Recorte a la política: Italia aprobó una sustancial reducción de sus legisladores
ROMA.- "Sí". Tal como se esperaba, la mayoría de los italianos votó en favor de un drástico recorte de parlamentarios en un referéndum confirmativo que tuvo lugar entre ayer y esta mañana, el primer test electoral de la era Covid-19, en el que también se renovaron autoridades en siete regiones y más de 900 comunas de la península.
Según datos del Ministerio del Interior, el Sí, impulsado por el Movimiento Cinco Estrellas (M5E) — que se encuentra en el gobierno, aliado con el Partido Democrático (PD), de centroizquierda-, triunfó con casi el 70% de las preferencias, algo considerado un resultado "histórico" por el líder de esta agrupación y actual canciller, Luigi Di Maio. "Es la política que le da una señal a los ciudadanos. Sin el M5E todo esto nunca habría pasado", exultó Di Maio.
Pese a que se temía que los comicios regionales desestabilizaran el gobierno de coalición encabezado por Giuseppe Conte, finalmente las cosas no fueron mal. Si bien la centroderecha avanzó, conquistando a las Marcas, en Italia central, que estaba en manos de la centroizquierda y consolidó su poder en el norte, confirmando ampliamente su poder en Liguria y Véneto, dos regiones donde ya gobernaba, no logró conquistar la Toscana, el desafío más esperado de esta cita electoral y de enorme valor simbólico.
Bastión histórico de la izquierda, la roja Toscana, donde en los últimos años la derecha avanzó conquistando varias ciudades símbolo, finalmente logró defenderse del "asalto" y quedó en manos del PD. Pese a que los sondeos hablaban de una lucha cabeza a cabeza, el candidato del PD, Eugenio Giani, finalmente con el 48% de los votos logró frenar a Susanna Ceccardi (40%), joven candidata del líder de la Liga, Matteo Salvini. El PD también retuvo y ganó cómodamente en la región de Campania, donde Vincenzo de Luca triunfó con el 67%, como se esperaba, así como en Puglia, otra región que parecía en vilo. Allí Michele Emiliano, del PD, se impuso a su adversario por casi diez puntos. Los datos de la Valle d'Aosta, otra región que renovó autoridades, se conocerán mañana.
Con el triunfo del "sí" en el referéndum, Italia dejará de tener un Parlamento elefantiásico: de 630, los diputados pasarán a ser 400 y los senadores de 315 bajarán a 200. También el número de parlamentarios electos en el exterior se achicará: los diputados de 12 bajarán a 8 y los senadores de 6 a 4. La reducción entrará en vigor en las próximas elecciones y, todo el mundo coincide, implicará la urgente puesta a punto de una nueva ley electoral.
Hasta esta reforma, de la que se habla desde hace décadas e impulsada por el M5E que siempre condenó a la "casta política", Italia tenía el segundo parlamento más grande de Europa, detrás del Reino Unido (650 Cámara de los Comunes, 776 Cámara de los Lores) y por delante de Francia (577 Asamblea Nacional, 348 Senado) y Alemania (Bundestag 709, Bundesrat, 66).
Pese a que la ley constitucional fue aprobada en forma definitiva en el Parlamento por una amplia mayoría transversal en noviembre pasado, durante la campaña electoral en vista del referéndum, todo cambió. En algo que confundió a los italianos, si bien el PD llamó a votar por el "sí", varios de sus referentes, como Romano Prodi y Walter Veltroni, se manifestaron a favor del "no". Y lo mismo ocurrió con los partidos de la oposición de derecha, que al ver una oportunidad estratégica de golpear al gobierno, dejaron a los votantes libertad de elección.
Todo esto dio vida a una campaña electoral "soft", sin pasión, que confundió y que fue totalmente distinta a la que precedió al referéndum del 4 de diciembre de 2016. Entonces, el 60% de los electores rechazó una reforma aún más drástica que directamente preveía la abolición del Senado, impulsada por el expremier, Matteo Renzi, que personalizó la consulta y que, ante la derrota, se vio obligado a renunciar.
La afluencia al referéndum, no obstante, finalmente fue superior al 53%, considerada alta, teniéndose en cuenta el miedo al contagio del coronavirus, que sigue circulando en Italia, aunque en forma controlada, según las autoridades.
Defensores del si
Los sostenedores del sí aseguran que el drástico recorte de parlamentarios significará un ahorro de 500 millones de euros por legislatura, una cifra no demasiado elevada pero considerada una señal importante para los ciudadanos, que demuestra que también la política puede hacer sacrificios en medio de una grave crisis económica. Además, aducen que el cambio no daña la representatividad — como cree el bando contrario- porque el número sigue en línea con las grandes democracias europeas. Aseguran, también, que es solo el primer paso, ya que luego se reducirán sueldos y se modificarán los reglamentos parlamentarios.
La victoria del Sí le dio aire al M5E, partido de todos modos muy golpeado y lacerado por peleas internas que, además, a diferencia de la oposición de centroderecha, que se presentó en casi todos lados unida, prefirió no ir junto al PD, su aliado de gobierno. También significó oxigeno para Conte — considerado cercano a esta agrupación- y para su socio, el líder del PD, Nicola Zingaretti, que a diferencia de muchos "padres nobles" de su partido, llamó a votar por la dramática reducción de parlamentarios, un cambio más que trascendente para la política italiana. Zingaretti celebró, además, la victoria en Toscana, región emblemática que si hubiera caído en manos de la oposición -el fantasma de estas elecciones- hubiera provocado un verdadero terremoto, que para muchos incluso podría haber significado una caída del frágil gobierno de Conte.
Otro gran ganador de esta cita electoral marcada por las medidas anticoronavirus fue el gobernador del Véneto, Luca Zaia, de la derechista Liga, que obtuvo otro mandato con más del 74% de los votos, toda una señal. Este triunfo, esperado también porque Zaia fue premiado por su gestión de la pandemia, volvió a poner en duda la figura del líder de la Liga, Matteo Salvini, exhombre fuerte de Italia cuya popularidad sufrió durante la pandemia. Y que quedó con las manos vacías al confirmarse la derrota, aunque con la frente alta, de su candidata en Toscana, la joven Susanna Ceccardi.
Salvini no sólo comenzará a ser cuestionado en el seno de la centroderecha por eso, sino también porque quien le arrebató a la centroizquierda la región de las Marcas fue Francesco Acquaroli, candidato impuesto por la también derechista Giorgia Meloni, la líder de Hermanos de Italia y estrella en ascenso en el siempre fragmentado panorama político italiano.
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