Rebelión contra Merkel: las regiones alemanas flexibilizan restricciones contra la voluntad del gobierno
Los gobiernos estatales comenzaron a aliviar por su cuenta las restricciones a las actividades acordadas a nivel federal; la canciller teme una tercera ola pero prometió ser flexible
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BERLÍN.- El reloj se acelera para Angela Merkel, la poderosa canciller alemana que comienza a sentir el rigor de los también poderosos gobiernos regionales, los orgullosos lander, en una carrera donde muchos pujan por aflojar las restricciones por el coronavirus.
Pese a una reunión programada con Merkel para la semana que viene donde se discutirá la evolución de la pandemia, varios estados se adelantaron a la cita y anunciaron planes para levantar las medidas instauradas, según indicó el diario británico The Telegraph.
La rebelión de las regiones se produce mientras una nueva encuesta señala que más de la mitad de los alemanes apoyan suavizar las restricciones. El 56% de la población está a favor de suavizar los cierres, con el 41% en contra.
Los alemanes enfrentan desde diciembre, e inicialmente hasta el próximo 7 de marzo, un confinamiento que obligó al cierre de establecimientos no esenciales, redujo al mínimo los contactos personales, restringió los viajes y fomentó el trabajo y la educación en casa.
Hasta el momento siguen completamente cerrados el ocio, la gastronomía, la cultura, el deporte y el comercio, excepto la alimentación, la telefonía y las farmacias. Pero esta semana se empezó a reanudar la enseñanza presencial para los más chicos en escuelas y guarderías en la mayoría de estados federados y bajo condiciones muy estrictas de higiene.
En la última ronda de conversaciones a principios de febrero, Merkel frustró las esperanzas de una pronta reapertura al introducir nuevos objetivos. Justo cuando la tasa de infección nacional semanal se acercaba al objetivo anterior de 50 por cada 100.000 personas, la redujo a 35.
Merkel advirtió repetidamente contra el levantamiento de las restricciones por temor a una tercera ola causada por nuevas variantes del virus. Pero bajo el sistema federal de Alemania, son los líderes regionales quienes tienen la última palabra sobre el cierre.
“Estamos destruyendo los medios de vida. Y, por cierto, también las finanzas estatales”, dijo Volker Bouffier, líder regional de Hesse, citado por The Telegraph. Bouffier dijo que las conversaciones de la semana próxima entre el gobierno federal y los estados serán “un desastre, gritos salvajes desde la cancillería a Baviera y viceversa, y al final la gente se volverá loca”.
Markus Söder, el líder regional bávaro que ha sido el aliado más firme de Merkel sobre el tema de los cierres, ha sido precisamente uno de los que quieren reaperturas.
Con la rebelión en ciernes, la canciller señaló durante una entrevista su disposición a negociar: “No puede haber un plan único con datos exactos directamente de la mesa de dibujo. Siempre tenemos que ser flexibles”.
Según informó a mediados de mes el ministro de Salud, Jens Spahn, la variante británica, conocida como B117, representa más del 22% de los nuevos contagios en Alemania, frente a menos del 6% dos semanas antes. Merkel y Spahn prometieron introducir pruebas rápidas gratuitas para que se puedan aliviar algunas restricciones, aunque por lo visto algunos estados no van a esperar.
Por otra parte, la canciller insistió esta semana en la necesidad de esclarecer de manera inequívoca que las personas vacunadas no contagian. “Cuando hayamos hecho un ofrecimiento de vacunación a suficientes personas y algunas no se quieran vacunar de ninguna manera, habrá que evaluar si en determinados ámbitos puede haber acceso solo para vacunados”, afirmó.
Agencias DPA y ANSA
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