Reacciones encontradas en Cuba por el cambio migratorio

LA HABANA.- El gobierno de Raúl Castro apoyó la decisión de Barack Obama de eliminar la política que garantizaba la residencia a quienes tocaran suelo norteamericano, pero entre los residentes cubanos el ánimo se movía entre la frustración, el alivio y la esperanza, en un abanico de reacciones encontradas.

La norma conocida como "pies secos, pies mojados", que regía desde 1995, era según el gobierno cubano un peligroso aliciente para que los jóvenes se lanzaran al mar, tentados por la bienvenida automática que les daba Washington a quienes llegaban a sus costas luego de una arriesgada travesía por agua.

La encargada en la cancillería del área de Estados Unidos, Josefina Vidal, señaló que la norma creaba "serios problemas para la seguridad de Cuba, para la de Estados Unidos y para la de los ciudadanos que se veían expuestos por medio del aliento que implicaban estas políticas preferenciales al tráfico de personas y fraude migratorio".

Las autoridades cubanas aceptaron a cambio recibir a los cubanos con órdenes de deportación, algo a lo que se opusieron durante décadas. Estados Unidos tiene una lista de 2746 cubanos considerados "excluibles" de la residencia o ciudadanía norteamericana, por haber cometido delitos graves.

Cuando la televisión oficial transmitió el anuncio, muchos regresaban de sus trabajos o estaban de paseo, pero la noticia se esparció como la pólvora. "Eso es lo mejor que ha pensado Obama: haber quitado la política de «pies secos, pies mojados», al final se hace una tregua entre nuestro país y Estados Unidos, a ver si las cosas van mejorando", dijo el taxista Juan González.

"Lo que me sorprende es que esa política se haya prolongado tanto. Quizá debió extinguirse después de algunas de las muertes por naufragios en el estrecho de Florida", comentó Fermina Cueto, de 56 años, que hace tiempo desistió de la travesía luego de haberla planeado como una "aventura" con su novio de entonces. La misión debió ser abortada por la precariedad de la balsa. "Un día la probamos y hacía agua por todas partes", recordó.

Otros cubanos lamentaron el desamparo de parientes, amigos o conocidos que tenían todo listo para partir o estaban en algún punto del camino entre América Central y la frontera con México, la segunda vía de entrada para los cubanos lanzados a suerte y verdad.

"Hay mucha gente que tomó la decisión de irse producto de que esta política existía, y va a resultar perjudicada. Hubo gente que vendió casas y autos, que renunció a todo y hoy está como en el limbo. No podrá llegar y, en caso de volver, no tendrá nada", comentó Leonardo Serrano, de 47 años.

Desde que comenzó el deshielo bilateral, en diciembre de 2014, pequeñas -pero continuas- oleadas de cubanos partieron rumbo a Estados Unidos por mar y terceros países. Según un informe del Pew Hispanic Center de mediados del año pasado, 46.635 cubanos ingresaron en los primeros diez meses del año fiscal 2016. Esa cifra supera los 36.700 que emigraron en precarias embarcaciones en 1994, durante la llamada "crisis de los balseros".

La trabajadora privada Nilka Ocampo, de 26 años, fue una de las primeras cubanas en enterarse de la noticia. En una de las zonas con Wi-Fi junto al Malecón de La Habana, chateaba con amigos que viven en Miami. "De cierta forma es bueno, porque ya no corren el riesgo de morirse ahogados tantos cubanos. Son posiblemente más los que se mueren que los que llegan. Pero también es mala porque el cubano emigra buscando un futuro mejor, por necesidad", expresó.

Algunos cubanos favorables a la continuidad del ingreso irrestricto a suelo norteamericano se mostraban esperanzados en que el anuncio de Obama sea revertido por Donald Trump, después de que el presidente electo asuma el poder la semana próxima. "Vamos a ver lo que hace Trump", dijo José Perdomo, un jubilado que compraba pan en un establecimiento.

Trump ha sido crítico de las medidas de Obama para mejorar las relaciones con Cuba. Pero eliminar una política que permitió que cientos de miles de personas entren sin visa se enmarca en el compromiso del magnate de imponer medidas migratorias más estrictas.

Agencias AFP, AP, DPA y ANSA

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