Las ciudades españolas le declaran la guerra a la invasión de monopatines eléctricos
MADRID.- Aterrizaron cuando empezaba el verano europeo, revolucionando la movilidad urbana pero exasperando a peatones y automovilistas. Los monopatines eléctricos tomaron por sorpresa a las grandes ciudades de España, que ahora emprenden el contraataque.
En las calles de Madrid, los centenares de monopatines eléctricos de la empresa emergente californiana Lime, dividen las opiniones, como sucede en otras ciudades europeas.
"No respetan nada, tendría que haber una norma para regularlos o algo. Es una locura. Se meten por el carril del colectivo, se meten por el carril del taxi", se queja el taxista Fernando Sobrino, de 59 años.
"Están entre los coches por las calles, por las veredas, sin control", agrega un peatón, José Manuel, un comerciante de 55 años que advierte del "peligro que te atropellen, que te den un golpe como casi me pasa a mí el otro día".
Un video viralizado en las redes sociales mostró a dos personas, entre ellas un chico, circulando a toda velocidad sobre un monopatín por una autopista cerca de Valencia.
Presentes en calles y veredas de París, Viena o Zurich, estos monopatines transformaron el paisaje urbano en la capital española, junto con las bicicletas eléctricas de la municipalidad o las motocicletas eléctricas de alquiler. En Venecia es furor entre los turistas, aunque las autoridades decidieron regularlo por lo que consideran excesos.
"Vamos más rápido, conocemos más áreas. Es descansado y simpático, fácil de usar", dice Mónica Rodríguez, de 58 años. No obstante, reconoce que "es peligroso e incómodo para las personas que están caminando".
La irrupción de este nuevo medio de transporte tomó por sorpresa a las grandes urbes españolas. En Madrid no existe ningún reglamento específico para controlar el uso.
Pero la alcaldía gobernada por la izquierda tiene previsto aprobar un nuevo plan de movilidad urbana, que regula la circulación de los novedosos medios de transporte.
Valencia también está por adoptar una nueva reglamentación para prohibir principalmente su circulación por las veredas.
Barcelona ya controla el uso de los particulares: no se pueden usar sobre las veredas y solo los más veloces tienen el derecho de transitar por la calle.
En la urbe catalana, desbordada por el turismo masivo, el modelo del monopatín eléctrico compartido está totalmente prohibido. Según el reglamento, toda persona que pague por usarla debe ir acompañado de un guía, como en el caso de los segway.
Como resultado, los monopatines eléctricos esparcidos por la empresa alemana Wind a fines de agosto fueron retirados en apenas unas horas por la policía catalana.
Cerca de Barcelona, la alcaldía de Hospitalet de Llobregat prohibió que Lime instalase sus vehículos.
Algo similar ocurrió en Valencia, ciudad conocida por su extensa red de ciclovías, donde Lime desplegó sus monopatines sin autorización de la alcaldía, que exige una licencia para ejercer una actividad económica en la vía pública.
Los monopatines fueron retirados y la empresa norteamericana recibió una multa. Lime trata de dialogar con la alcaldía y ha propuesto incluso pagar un impuesto para obtener permiso para operar.
Álvaro Salvat, representante de Lime en España, lamenta la ausencia de un reglamento específico para sus vehículos en eléctricos en Madrid o en otras ciudades españoles.
"Somos los primeros en querer que haya una regulación específica para nuestros usuarios, para que sepan por dónde se puede, por dónde no se puede ir", aseguró.
Agencia AFP