Joe Biden retoma la iniciativa con un ambicioso plan para reanimar la economía
WASHINGTON.- Un día después de que el Congreso acusara formalmente al presidente, Donald Trump, y lo llevara a su segundo juicio político, el presidente electo, Joe Biden, buscó reenfocar la atención en su agenda para los primeros 100 días de su futuro gobierno al presentar un ambicioso paquete de estímulo fiscal para reactivar la economía del azote de la pandemia del coronavirus. El programa, bautizado "Plan de Rescate de Estados Unidos", busca inyectar US$ 1,9 billones de dólares para dar vuelta la página a la crisis, y comenzar a torcer la rampante desigualdad en la primera potencia global.
El plan de Biden incluye un programa nacional de vacunación para acelerar las inmunizaciones contra el coronavirus, una nueva ronda de ingresos de emergencia de US$ 1400 por persona, y transferencias a las pequeñas y medianas empresas para apuntalar el empleo. El ambicioso paquete fiscal va más allá de la pandemia al incluir medidas para combatir la desigualdad de la economía –propone elevar el salario mínimo a 15 dólares la hora–, mejorar el acceso a la salud y la educación, y apuntalar la lucha contra el cambio climático, las prioridades que Biden fijó para su agenda doméstica durante la campaña presidencial.
"Estamos en una carrera contrarreloj y, sin asistencia gubernamental adicional, la crisis económica y de salud pública podría empeorar en los próximos meses; las escuelas no podrán reabrir de manera segura, y las vacunas seguirán siendo demasiado lentas", indicó el equipo de Biden al difundir los detalles del plan a la prensa.
Biden le pedirá al Congreso que destine US$ 160.000 millones para el programa nacional de vacunación y ampliar los testeos para frenar la ola de contagios, pilar central de su plan para reactivar la economía. El plan también incluye otros US$ 130.000 millones para reabrir las escuelas.
Tras la ofensiva de los demócratas para llevar a Trump a un segundo juicio político, en el equipo de Biden existe urgencia y preocupación de que el proceso pueda trabar o demorar la agenda legislativa de su gobierno, y la aprobación del paquete de estímulo. Biden dijo luego de la votación en la Cámara de Representantes que el Senado debía encontrar la forma de lidiar con el juicio y "otros asuntos urgentes" que enfrenta el país. Biden ha dicho que quiere alcanzar las 100 millones de dosis de vacunas administradas antes del cierre de sus primeros 100 días de gobierno.
"Esta nación también permanece en las garras de un virus mortal y una economía tambaleante. Espero que el liderazgo del Senado encuentre una manera de lidiar con sus responsabilidades constitucionales en el juicio político mientras también trabaja en los otros asuntos urgentes de esta nación", afirmó el presidente electo en un comunicado.
Lo que está claro es que el juicio que se avecina será diferente a cualquier otro en la historia de Estados Unidos, el primero para un presidente que ya no está en el cargo. Esta paradoja forzará a algunos republicanos que han apoyado a Trump durante su presidencia –y en gran medida le han permitido difundir ataques infundados de fraude contra la legitimidad del triunfo de Biden en las elecciones de 2020– a darle la espalda al magnate o a renovar su respaldo. Si Trump es condenado por "incitar una insurrección" –un desenlace que requiere de una mayoría especial de 67 senadores–, el Senado puede desterrarlo de la política al proscribirlo para ocupar cargos públicos con una mayoría simple de 51 votos.
El paquete de estímulo fiscal que planean impulsar los demócratas incluirá una nueva ronda de ingresos de emergencia directos por US$ 1400 para la gente, además de nuevo beneficios para las pequeñas y medianas empresas para apuntalar el empleo. Aunque la economía de Estados Unidos ha comenzado a recuperarse, todavía casi un millón de personas solicitan algún tipo de asistencia por desempleo por primera vez todas las semanas, una señal nítida que el mercado laboral aún forcejea para curar el daño provocado por la pandemia.
El próximo gobierno planea además poner mucho énfasis en apuntalar la campaña de vacunación, ampliar los testeos para detectar los nuevos casos de Covid-19 y el rastreo de contactos para frenar el brutal aumento de contagios que vivió Estados Unidos durante el cambio de año. El país acumula más de 23 millones de casos confirmados de coronavirus, y casi 400.000 muertos. Biden ha dicho que priorizará la apertura de las escuelas, una estrategia que podría llevar a nuevas restricciones a bares, restaurantes y al movimiento de la gente, tal como ha ocurrido en Europa.
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