Quién es Xiomara Castro, la líder hondureña que entrará al selecto grupo de presidentas de América Central

CÚCUTA, Colombia.- “Este es nuestro momento”. Xiomara Castro, de 62 años, se une este jueves al selecto grupo de presidentas en América Central, la cuarta en una lista que Violeta Barrios de Chamorro abrió el siglo pasado en Nicaragua. En la actualidad es la única en toda la región, ya que no hay ninguna presidenta en ejercicio, todos son hombres.

Y a la última no le va nada bien: la boliviana Jeanine Áñez permanece en prisión desde marzo del año pasado, encarcelada por sedición sólo cuatro meses después de transferir el poder al revolucionario Luis Arce y todavía en espera de juicio.

La dirigente izquierdista aprovechó el día de la mujer en Honduras para transmitirles la certeza que desde hoy mismo “empezaremos a accionar por nuestros derechos desde la presidencia de la República”.

Quién se lo iba a decir a la mujer del derrocado Manuel “Mel” Zelaya, casada desde los 16 años y administradora de empresas, capaz de unir su destino al de su pareja para pegar el salto de primera dama a presidenta. La resistencia de Castro va mucho más allá de la lucha reivindicativa por la obra de su marido, durante la cual fueron públicas varias infidelidades. Hasta ese momento siempre en segundo plano, la presidenta no solo se puso al frente de las protestas, también pasó a convertirse en uno de los símbolos de la lucha contra los orquestadores del golpe de Estado.

Poco queda de la paciente mujer que acompañó a su marido en un ambiente de máxima tensión durante el encierro de 129 días en la Embajada de Brasil con otras 70 personas en un espacio muy reducido. Hasta la iconografía copió de “Mel”, con el sombrero regional en su cabeza y la camisa roja.

Xiomara partió al exilio en República Dominicana sabedora de que el futuro le depararía un desquite, que llegó en 2013 al convertirse en la candidata del Partido Libertad y Refundación (Libre), fundado por Zelaya. Perdió por solo ocho puntos.

Aquella candidata no tiene nada que ver con quien ha llevado con pulso firme la pasada campaña electoral y una transición que se ha complicado con la rebelión de 19 diputados de Libre. Xiomara ha ganado peso político y ha sido adiestrada para mejorar sus discursos, siempre a la sombra de su marido y con la ayuda inestimable de su hija, Hortensia ´Pichu´ Zelaya, a la que ya se le adivinan futuras candidaturas tras salir elegida como diputada en el Congreso.

En el centro del huracán político que ha estallado en estos días en Tegucigalpa, en el que la ONU, Estados Unidos y la Unión Europea (UE) buscan un acuerdo contrarreloj para no empañar la ceremonia histórica de este jueves -a la que asistirá la vicepresidenta Cristina Kirchner-, está situada la propia Xiomara. Los rebeldes, encabezados por Jorge Cálix, han anunciado que apoyarán a la presidenta, pero no quieren ceder la presidencia parlamentaria al Partido Salvador de Honduras (PSH), uno de los principales puntos del Pacto de Oposición.

Pero junto a Cálix emerge la figura de la exvicanciller Beatriz Valle, que se siente perseguida por la futura presidenta por culpa de una presunta relación amorosa con Zelaya, que ella niega.

El enredo es importante no tanto por la consistencia del gobierno de Libre, sino porque no se sabe quién juramentará a la presidenta. Desde la vergonzosa pelea en el hemiciclo del pasado viernes y desde la constitución de dos parlamentos, con dos presidentes distintos, el pasado domingo, caben distintas posibilidades, incluida que sea un juez quien finalmente lo haga. Hasta ahora, Castro ha invitado a Luis Redondo, diputado del PSH y que cuenta con el apoyo de su partido, de la bancada de Libre y de parlamentarios liberales. En total 49, frente a los 79 de Cálix, respaldado por el bloque del derechista Partido Nacional, hasta ahora en el poder.

El lío en cuestión apunta directamente a una de las principales incógnitas que abre esta nueva etapa para Honduras: hasta qué punto gobernará Castro o lo hará desde la sombra el poderoso Zelaya, un terrateniente de Olancho devenido en líder revolucionario, amigo cercano de Nicolás Maduro y hooligan de las revoluciones y dictaduras latinoamericanas. Quienes los conocen aseguran a LA NACION que “Xiomara no es la misma y ha madurado mucho. Pero Mel está al lado, son la pareja y han construido juntos este proceso. Tiene capacidad y criterio, y toma decisiones. Y está acompañada definitivamente por Zelaya”.

“Revertimos 12 años de lágrimas y de dolor en alegría. El sacrificio de nuestros mártires no fue en vano”, destacó Castro tras confirmarse su triunfo. Su campaña electoral fue impecable, muy alejada de la que encabezó hace una década a los pocos meses de conformarse la unidad de la izquierda y del zelayismo con el nacimiento de Libre.

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