Todo empezó hace 25 años, cuando le llamó la atención una irregularidad en un caso penal; desde ese momento, comenzó a trabajar para ayudar a personas encarceladas injustamente
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Cuando era un joven profesor de Derecho en Michigan, Estados Unidos, Justin Brooks vio en el periódico una historia que le llamó la atención.
Era un informe sobre Marilyn Mulero, una mujer de 21 años que había sido condenada a muerte por un doble asesinato en Chicago después de que su equipo legal la alentara a aceptar un acuerdo con la fiscalía por el que renunció a la oportunidad de tener un juicio ante un jurado.
Brooks se interesó en la mujer y en por qué había aceptado el trato con la fiscalía.
“Renunció al derecho a un juicio aceptando un acuerdo de culpabilidad y lo que obtuvo fue una sentencia de muerte”, expone el abogado y profesor de Derecho, de 56 años.
“Fui a conocerla y me dijo que era inocente, así que volví con los estudiantes de Derecho a los que estaba enseñando y les dije: ‘¿Quién quiere ayudarme a investigar este caso?’ y cuatro estudiantes levantaron la mano”.
Lo que siguió a continuación fue como la escena de una película.
Una en la que Brooks y sus alumnos se sientan en su cocina una noche y se ponen a revisar todos los informes del caso.
Desde esos comienzos, Brooks ha ayudado a liberar a 35 personas de la pena de muerte o la cadena perpetua.
La BBC habló con él para averiguar qué lo impulsa en su búsqueda de justicia.
Mentiras, pruebas inventadas y testigos falsos
Cuando comenzaron a investigar aquel primer asunto, Brooks y sus ayudantes encontraron varias fallas en la investigación policial y en el caso de la defensa.
Entre ellos, dice Brooks, estaba el hecho de que el interrogatorio a la sospechosa duró 14 horas.
Una investigación más exhaustiva halló que los abogados de la mujer no habían visitado la escena del crimen ni recolectado pruebas, lo que significa que dependían de las declaraciones de los testigos.
Cuando el mismo Brooks visitó la escena, descubrió que una testigo clave había mentido sobre la visibilidad que tenía para captar lo que sucedió desde la ventana de su apartamento, porque los obstáculos y el ángulo de su casa lo hacían imposible.
“Su abogado no investigó el caso”, señala Brooks.
“Descubrimos que la mujer que decía ser un testigo clave se había inventado la historia y era la novia de una de las víctimas.
“Me paré justo donde ella dijo que vio el asesinato en un día brillante y soleado y no podía ver [el escenario] y este tiroteo ocurrió de noche. Había árboles que bloqueaban la vista y una camioneta de comida. Era imposible tener visibilidad de lo que sucedió desde ahí”, prosigue.
“Si el abogado hubiera hecho algo tan simple como eso, habría sabido que la testigo estaba mintiendo y el caso se habría derrumbado”.
Brooks se hizo cargo del caso y presentó una apelación.
Tuvieron que pasar años de trabajo legal para revocar la condena. “Se enfrentó a un nuevo jurado y luchó por su vida”, dice.
Mulero finalmente salió de la cárcel en abril del año pasado, 25 años después de que Brooks y sus estudiantes comenzaran a investigar.
Ahora tiene un nuevo trabajo y se ha reunido con su familia.
La verdadera asesina, Jackie Montanez, ha admitido ahora que ella planeó sola el asesinato.
“Durante más de 25 años luché en todos los tribunales, y cuando recibí la llamada sobre la liberación de Marilyn, literalmente no podía hablar”, cuenta Brooks.
“Comencé el caso cuando tenía 29 años y terminó cuando tenía 55. Fue emotivo”.
“Los estudiantes de derecho que me ayudaron son personas de mediana edad ahora. Lloraron mucho cuando les conté la noticia”.
Ese caso y otros similares inspiraron a Justin Brooks a cofundar el California Innocence Project, una organización sin fines de lucro que depende de financiación y donaciones externas para su funcionamiento.
Trabaja junto con nueve miembros del personal legal a tiempo completo y 100 voluntarios para ayudar a liberar a las personas que han sido condenadas injustamente, en particular a las que pasan décadas tras las rejas.
Un caso emblemático llevado al cine
Uno de los casos más destacados fue el de la estrella de fútbol americano Brian Banks, quien a la edad de 17 años fue condenado a seis años de cárcel por una violación que no cometió.
La mujer finalmente retiró sus acusaciones y se disculpó, y Banks pidió ayuda a Brooks para anular su condena.
Se revirtió con éxito en 2012 y el caso es el tema de la película Brian Banks en la que el actor Greg Kinnear interpreta a Justin Brooks.
Pero Brooks no puede hacerse cargo de todos los casos por los que lo contactan.
Dice que decidir qué casos aceptar y cuáles rechazar es difícil.
“Lamentablemente, digo que no a la mayoría de los casos porque es importante poder demostrar su inocencia y no solo reunir pruebas”, explica.
“La parte más difícil del trabajo es decir que no todo el tiempo. Realmente me agobia. Tengo que empezar a salirme de esa parte del proceso o no podré seguir haciendo esto”.
“Cada uno es un caso trágico. Incluso cuando la gente no es inocente, es un caso trágico: hay vidas destruidas, víctimas asesinadas”, señala.
“Llego a un punto en el que no puedo poner otro caso en mi cabeza. Se vuelve demasiado”.
“Conduzco por California y mi esposa tiene que evitar que le diga dónde ocurrieron todos los asesinatos”.
“Le indico dónde se encontró este cuerpo o dónde ocurrió ese homicidio. No puedo pasar por un lugar sin pensar en esas cosas”, relata.
¿De qué trata California Innocence Project?
- Es una organización sin fines de lucro que investiga los casos de personas inocentes en prisión o en el corredor de la muerte.
- Justin Brooks dejó de enseñar y cofundó este proyecto en California en 1999. Es uno de los más grandes de su tipo, ya que acepta alrededor de 150 casos al año.
- En 22 años ha ayudado a 35 personas inocentes a salir libres.
- La organización es uno de alrededor de 60 proyectos similares que existen en Estados Unidos, o los 40 que existen en Europa y Asia.
- Además Brooks ayudó a establecer 25 en Sudamérica.
- Cuando está en Reino Unido, Brooks también trabaja con los proyectos de Londres, Manchester y Cardiff y ayuda a capacitar a estudiantes de Derecho.
El estrés de su trabajo lleva a Brooks a viajar regularmente a su segunda casa en Reino Unido, en la ciudad de Belper, Derbyshire, donde le gusta dar largos paseos y perderse en la vida rural británica.
Ahí tiene una casa de campo de 240 años de antigüedad que comparte con su esposa Heidi, nacida en Derbyshire, a quien conoció en 1988 cuando ella trabajaba en Estados Unidos como au pair.
La pareja suele pasar varios meses al año en Inglaterra visitando a sus amigos y familiares, especialmente en Navidad.
Hace tres años decidieron comprar su propia cabaña para tener un lugar donde alojarse en estas visitas, y Brooks se ha enamorado del escapismo que proporciona.
“Tengo demasiados casos en mi cabeza y es abrumador”, agrega.
“Así que me encanta subir al avión y salir de ahí. Belper me fascina, porque nunca he estado involucrado en nada relacionado con lo criminal allí”, indica.
“Cuando voy a caminar por el pueblo de Matlock, puedo detenerme y relajarme y estoy completamente aislado del mundo”.
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