Quién es Beatriz Hevia, la presidenta del Consejo Constitucional y nueva estrella de la ultraderecha en Chile
Militante del Partido Republicano, la dirigente fue la candidata a consejera más votada en mayo y quedó al frente de la elaboración de una nueva Carta Magna; su explicación de por qué evita referirse a la figura de Augusto Pinochet
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SANTIAGO, Chile.– Hay un concepto que utiliza Beatriz Hevia y redunda cada vez que se refiere a cómo cambió su vida desde el 7 de junio. “Yo diría que es positivamente intensa”, dice la abogada de 30 años, militante del Partido Republicano, y que ese día se convirtió en la presidenta del Consejo Constitucional, el órgano que nació para elaborar una nueva Carta Magna tras el rechazo a una primera propuesta que encumbraba el rol del Estado y la garantía de los derechos sociales.
“Se ha dado un espacio de escucha y de diálogo, y de poder confluir en miradas que pueden ser distintas en varios temas. Pero yo creo que tenemos claro cuál es el objetivo común: lograr un texto constitucional que mire al Chile del futuro y pensando en lo que necesitamos mejorar para que las personas tengan una mejor vida en nuestro país. Todo eso ha permitido un trabajo dialogante”, pondera Hevia, en diálogo con LA NACION, sobre las tres primeras semanas del Consejo, que hoy convive en medio de una evidente apatía de la ciudadanía y muy alejado del ruido mediático de la primera Convención.
“Los chilenos no tienen, al parecer, grandes expectativas en este proceso, pero sí entendemos la relevancia que tiene hacerlo bien”, agrega Hevia, integrante del conglomerado que se ubica más a la derecha de todo el espectro político chileno y que en el inicio de proceso fue renuente a sustituir la Constitución de 1980.
- ¿Qué temas piensa que serán los más críticos a la hora de llegar acuerdos para estructurar el nuevo texto?
- Creo que no hay que partir de la línea roja o donde están los problemas. Sino por el contrario. La idea es ir construyendo juntos un texto que nos genere puntos de encuentro. Y en ese sentido, por supuesto que cada comisión en el avance de la semana y del trabajo, se dará cuenta en qué tema es más fácil lograr acuerdos o en qué temas va a requerir un poco más de trabajo. Pero yo no quiero pensar que habrá posturas intransigentes de ninguno de los dos sectores y que, si hay voluntad de diálogo, escucha y una visión de respeto a la posición del otro, debiéramos resolver todas las otras materias.
- ¿Si algún sector quiere incluir un tema de valores será más difícil que avance en el actual contexto?
- No sé qué sería incluir un tema valórico. Yo lo creo que lo que necesitamos es un texto que funcione y proteja lo que queremos proteger. Aquí lo esencial, al menos para mí, es tener un texto constitucional que ponga a la persona en el centro. Y eso es por lo que yo voy a estar trabajando, con un Estado al servicio de las personas. Que nos preocupemos de cómo el Estado protege de mejor manera a las personas, pero dándole los espacios necesarios para que puedan desarrollarse lo más plenamente posible y, por supuesto, con una ayuda del Estado que muchas veces es necesaria. Aquí no se trata de enemigos.
Nueva cara de la derecha
La eclosión pública de Beatriz Hevia ocurrió en mayo de este año, en las elecciones de consejeros constitucionales. Con un 23,36% se transformó en la candidata con mayor porcentaje de votos a nivel nacional y el resultado en la Región de Los Lagos, en el sur de Chile, la posicionó como uno de los nuevos rostros de la derecha más dura, aunque con un perfil dialoguista. La abogada fue coordinadora de jóvenes en la campaña presidencial de 2017 del líder conservador José Antonio Kast y luego se desempeñó como asesora legislativa del diputado Harry Jürgensen. Más tarde, y durante el gobierno de Sebastián Piñera, se sumó a la Subsecretaría de Economía.
“Creo que tenía una experiencia profesional que me hizo más fácil entender en cómo funcionaba el Consejo Constitucional, pero además entendiendo que este trabajo no es individual. En la mesa estoy yo, pero también tengo a un vicepresidente que es Aldo Ovalle (Independiente del Partido Socialista) que tiene un rol importante, y hay otros 48 consejeros. Entonces ha sido una tarea bastante acompañada porque además cuento con una bancada grande que me permite sentirme muy respaldada”, indica.
Representante de un sector reconocido por su oposición al aborto, de la defensa del rodeo (un deporte tradicional chileno que ha generado históricas críticas de grupos animalistas), y a su cercanía con la figura de Augusto Pinochet, la propia Beatriz Hevia ha evitado referirse a temas más contingentes durante su investidura. Así lo hizo, por ejemplo, en un programa de televisión chileno cuando esquivó el tema del régimen militar, a propósito del calificativo de “estadista” que le asignó a Pinochet su compañero y también consejero constitucional del Partido Republicano, Luis Silva. “Yo nací el año 92 y referirme a hechos que no viví no tiene sentido”, señaló en ese momento la abogada.
“Yo sé que puede haber mucho interés en conocer mi opinión o la opinión de muchos al respecto, sin embargo creo que no es el minuto para conversarlo. Y al contrario, creo que necesitamos generar los espacios para comenzar a superar la crisis moral e institucional que tiene a Chile detenido en el tiempo. Y justamente eso es lo que pretendo hacer. Y para lograrlo es que necesitamos generar puntos de encuentro y diagnósticos comunes, y ese es el fin que tenemos hoy en día”, señala Hevia a LA NACION.
- En su discurso cuando asumió la presidencia del Consejo Constitucional también habló de esta “crisis moral” que atraviesa Chile. ¿A qué se refiere específicamente?
- Yo creo que no es algo que no es reciente, que no es nuevo, se ha venido gestando por un tiempo y hoy día hay ejemplos muy evidentes. Si uno ve la crisis educacional la violencia que hay, por ejemplo, en el Instituto Nacional de Santiago, en los caminos rurales que tienen basura y en otros casos que hemos conocido en los últimos días. Todo eso nos habla de un quiebre en nuestro tejido moral, en el cómo nos vinculamos los unos a los otros y cómo miramos al de en frente y en cómo nos respetamos. Es cómo entender que tenemos que construir un sentido de comunidad y un respeto entre las distintas personas de nuestro país. La Constitución no es el único mecanismo ni el principal para resolverlo, pero sí puede ser un instrumento importante. Necesitamos como sociedad estar de acuerdo en que tenemos este problema y ver cómo trabajamos en reconstruir el tejido social.
- ¿Considera que el octubrismo, el reclamo que surgió a partir del estallido social de 2019, quedó en el olvido?
- Yo creo que es evidente que hay un grado de frustración de los chilenos, pero hoy día hay otras urgencias sociales. Lo que creo es que debemos abocarnos a desarrollar un texto constitucional y son otros los encargados hoy día a dar respuesta a esas frustraciones en políticas públicas concretas en el corto plazo.
- ¿Piensa que todo su sector está alineado porque se apruebe este nuevo texto?
- Yo creo que mi sector está trabajando por tener un buen texto constitucional a votar el 17 de diciembre.
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