¿Quién asumirá la conducción de Al-Qaeda?

Con la muerte de Osama ben Laden, son más los interrogantes que las certezas de cara al futuro de la red terrorista Al-Qaeda, cuyo mando quedó descabezado tras el asesinato de su número uno. Si bien ya son varios los nombres que comenzaron a girar para reemplazar al líder, el que pica más fuerte es el del egipcio Ayman al-Zawahiri, segundo en la línea de mando del grupo y conocido por su feroces amenazas contra las potencias mundiales.

Aunque muchos analistas consideran que no tiene el carisma del fallecido jefe, Al-Zawahiri es señalado como el único terrorista capaz de mantener la cohesión de la organización y permitir que siga viva la mística que le imprimió Ben Laden a su organización.

Este hombre, de origen egipcio y a quien Estados Unidos le atribuye la autoría intelectual de los atentados del 11 de septiembre de 2001, es uno de los terroristas más buscados tras convertirse en el lugarteniente de Osama ben Laden, líder máximo de Al-Qaeda.

Ayman al-Zawahiri abandonó una carrera de médico en Egipto para consagrarse a una vida de fanatismo religioso y convertirse en el número dos del grupo terrorista más temido del mundo. Su inicio en ese camino se remonta a la década del ’80, en ese momento un médico de clase media, cuando llegó a encabezar la Jihad Islámica en ese país.

Mientras Ben Laden brindó dinero y carisma a la red terrorista, Al-Zawahiri, a punto de cumplir 60 años, aportó astucia y experiencia en los principales movimientos extremistas. Además, el ex cirujano fue visto con frecuencia junto a Ben Laden en videos entregados a cadenas árabes.

Acusado formalmente en Estados Unidos por su presunto papel en los atentados de 1998 contra las embajadas norteamericanas en Tanzania y Kenya, el actual número dos de la red terrorista logró escapar ileso de varios ataques estadounidenses en los últimos años.

Si bien Al-Zawahiri encabeza los pronósticos, son muchos los que ocupan la lista para heredar la conducción del grupo terrorista. En esa lluvia de candidatos, quien aparece con grandes posibilidades es otro egipcio, de unos 50 años, también formado en las mismas filas que el número dos de la organización.

Se trata de Saif al-Adel, inculpado por su presunta participación en los atentados contra las embajadas norteamericanas de Nairobi y Dar es Salaam hace más de una década. Su paradero es también una gran incógnita, lo que llevó a Estados Unidos a ofrecer cinco millones de dólares a quien ofrezca datos certeros sobre su ubicación.

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