Hay incendios menos conocidos que pueden ser igualmente destructivos: los de combustión latente
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Desde España a Francia y Portugal, desde California a Siberia. La ola de fuegos forestales y llamas devastadoras no cesa. Pero Estos otros incendios sin llamas son tan difíciles de combatir que uno de ellos, en Australia, lleva ardiendo al menos seis mil años, señaló a BBC Mundo el ingeniero español Guillermo Rein, profesor de Ciencias del Fuego en el Departamento de Ingeniería Mecánica del Imperial College en Londres.
Y entre los fuegos de combustión latente, hay un tipo especialmente complejo y sorprendente: los llamados “incendios zombi”. Guillermo Rein le explicó a BBC Mundo qué clases de incendios hay, por qué al escapar nunca debemos correr hacia arriba en una pendiente y cómo llegan a producirse los fuegos que “parecen volver de la muerte”.
¿Qué tipo de incendios hay?
Hay diferentes clases fuegos dependiendo de dónde se ve la combustión, señaló el experto de Imperial College. “Si la combustión ocurre en la copa de los árboles las llamas son muy altas. Esos incendios son tremendamente peligrosos y feroces”.
“Algo más normal e intermedio en ferocidad es lo que ocurre cuando lo que se está quemando es el combustible de superficie, los arbustos, las hierbas, los árboles pequeños, el combustible que vemos a nuestra altura”. El tercer tipo es el de combustión latente, el incendio que no tiene llama y en el que lo que se quema es el suelo.
“No todos los suelos son combustibles, pero cuando son inflamables, como en el caso de la turba, el suelo se quema sin llama”.
¿Qué es la turba y cómo entra en ignición?
“Si la humedad es muy, muy alta, o sea, si está inundado básicamente, o hace muchísimo frío, como cerca de los polos, la vegetación del bosque que cae al suelo no se degrada. No hay gérmenes, no hay bacterias que se lo coman, entonces se acumula y se va compactando”, explicó Rein.
Lo que resulta de ese proceso es la turba, un material rico en carbono que puede tener miles de años de antigüedad. “Básicamente, cuando cogemos turba con nuestras manos cuanto más profundo vamos, estamos hablando de bosques que pueden ser más antiguos que los humanos saliendo de África”.
La turba tiene que estar o muy húmeda o muy fría. Pero si está seca y caliente se convierte en un material inflamable, explicó el ingeniero Rein. “Típicamente lo que puede suceder es un fuego forestal con llama, por ejemplo por un rayo o por acción humana. La llama que prende la turba se extingue pero la turba sigue quemándose durante semanas, meses o años”.
Si bien todo humo es tóxico, en el caso de los incendios de combustión latente “el humo es el más tóxico que se conoce”. “Es el humo que se registró, por ejemplo, en incendios de turba en Indonesia. Como no hay llama el humo no está muy caliente y no se eleva por flotación, se queda en el suelo donde están las personas”, afirmó Rein.
Aunque pueden ser devastadores, la ausencia de llamas hace que sea difícil transmitir en los medios de comunicación “la inmensidad o el horror de los fuegos de combustión latente”.
¿Qué son los incendios zombi?
El incendio zombi es un tipo de combustión latente de turba. “El nombre zombi fue un éxito fantástico. Es un nombre informal, pero funciona muy bien para comunicar”, señaló Rein. El término fue usado por primera vez por científicos en Alaska para describir incendios que ocurren en verano.
“Hay incendios de llama que ocurren en verano. Luego la llama se extingue típicamente por razones naturales, porque llega a un río o llueve y todo el mundo está muy contento”. “Pero no se dieron cuenta de que la turba prendió y empieza a quemar hacia abajo”. Cuando llega la nieve cubre el suelo completamente.
“Pero el fuego continúa por debajo. La capa de nieve que es aislante protege a la combustión latente en el subsuelo y cuando llega la primavera y se derrite la nieve, la combustión latente sube a la superficie y es capaz incluso de prender llamas”.
“El fuego que se había extinguido el verano pasado vuelve entonces en el mismo sitio, pero la gente no puede encontrar cuál es el posible proceso de ignición”. “Son fuegos zombi en el sentido de que pensaban que estaban muertos pero estaban vivos como los zombis y luego volvieron a asustarnos”.
¿Puede haber incendios zombi en sitios donde no hay nieve?
El término suele reservarse para incendios en zonas donde hace mucho frío, como Alaska o Siberia. Rein señaló que también hay incendios muy conocidos de combustión latente en sitios sin nieve. Pero no se sabe si podrían llamarse propiamente “incendios zombi” porque se desconoce si hubo llamas en un principio que se extinguieron o si se iniciaron directamente como combustión latente, en lo que se llama selfheating o autocalentamiento.
El incendio más antiguo conocido por la humanidad está en Australia y es el de Burning Mountain o Montaña Ardiente, como se llama popularmente al Monte Wigan, unos 220 km al norte de Sidney. “Es un caso de combustión latente, pero no de turba, sino que la turba después de varios millones de años se convirtió en carbón, es el bosque fosilizado de la antigüedad”, explicó el experto de Imperial College.
“Lleva quemándose desde hace al menos seis mil años bajo la montaña siguiendo la veta de carbón”. Otro caso célebre de combustión latente es el de Centralia, un pueblo de Pensilvania, Estados Unidos. “En los años 60 Centralia era un pueblecito minero muy pequeñito”.
“Había una mina donde la gente trabajaba y extraía el carbón”, señaló Rein. “Y un día en una festividad hicieron un fuego y el fuego acabó en la entrada de la mina y prendió la mina. Las llamas acabaron pero desde 1962 no pudieron apagar la combustión latente”.
“El fuego se movió dentro de las galerías de la mina que están debajo del pueblo de Centralia, creando socavones. Y sale humo por todos lados con azufre, con humo tóxico. Por eso el gobierno de Estados Unidos tuvo que cerrar el pueblo”.
¿Cómo se combaten los incendios zombi?
“Es realmente muy difícil. De hecho, la gran mayoría de las veces no se pueden apagar, solo los más pequeños”, señaló Rein. “Pero los que más nos preocupan, en Siberia por ejemplo, empiezan a ir muy profundo y continúan consumiendo combustible. La densidad de la turba es muy alta y producen muchísimo humo. De hecho, producen más humo los fuegos latentes que los fuegos de llama”.
La forma más efectiva de apagar un incendio zombi es inundar el terreno, afirmó el experto de Imperial College.
“La turba ocurre en sitios que se inundan de forma natural. Entonces, básicamente, si el agua a desapareció hay que volver a traerla”. “En Estados Unidos se apagaron incendios de combustión latente inundando el terreno pero con un esfuerzo humano gigante. Estamos hablando de cientos de bombas de agua, o de 300, 400 bomberos trabajando durante un mes y moviendo muchísima agua. O de desviar temporalmente el curso de un río”.
“Otra respuesta es no es apagarlo sino reducir su impacto, por ejemplo, compactando el suelo con tractores. Eso evita que el oxígeno le llegue a la combustión latente. No lo apaga, pero lo hace más débil”.
¿Cuál es la forma más efectiva de combatir los incendios de llama?
“La forma más efectiva de apagarlos es con los bomberos en el terreno que crean zanjas en las que retiran el combustible, la vegetación. Crean un cortafuegos en tiempo real”. “Cortan árboles, remueven arbustos, quitan las hierbas. Imagínate que el esfuerzo físico es bestial”, señaló Rein.
El énfasis audiovisual siempre es en imágenes de aviones y helicópteros, “pero realmente la acción, el mérito, está en la gente en el terreno”. La función de los helicópteros o aviones es lanzar agua con productos químicos retardantes para ralentizar el fuego. “El agua moja la vegetación, con lo que la llama se hace más lenta, y se da más tiempo a los bomberos que están en el terreno para construir cortafuegos”.
¿Qué determina cuán rápido se propaga un incendio? ¿Y por qué al escapar nunca hay que correr hacia arriba en una pendiente?
Hay tres elementos que definen la velocidad de la llama, explicó Rein. “El número uno es el combustible. Hay pinos, por ejemplo, que son menos combustibles”. “Otro factor es la meteorología, es decir, el viento y la humedad. El fuego se propaga mucho más rápido en la dirección del viento que en contra, y no es lo mismo un combustible húmedo que un combustible seco”.
El tercero es la topografía. “Por la gravedad, la llama siempre va hacia arriba. Es porque si un gas está caliente se expande, y al expandirse el peso por unidad de volumen, la densidad disminuye”. “Y el aire que está alrededor, que está frío, pesa más, baja y empuja el aire más ligero hacia arriba”.
“Entonces, si hay un terreno inclinado, el calor tiene que viajar menos espacio hacia arriba, que hacia abajo”. La llama calienta siempre más el combustible que está arriba, por lo que se propaga más rápido en esa dirección, explicó Rein. “El fuego siempre va mucho más rápido cuesta arriba que cuesta abajo. Y por eso si vemos un fuego y hay una pendiente, no debemos ir hacia arriba. Tenemos que ir hacia abajo”.
¿Cuáles son los incendios tan potentes que crean su propia meteorología?
Son los fuegos que en inglés se llaman megafires o megaincendios. “No se pueden apagar, es absolutamente imposible. Los bomberos solo pueden esperar a que disminuya la intensidad de alguna forma y se convierta en un incendio normal”, afirmó Rein.
“Estos incendios producen llamas gigantes y corrientes de aire. Las llamas consumen oxígeno y crean vientos”. “Y el humo que sube hacia arriba en la atmósfera lleva mucho vapor de agua. Porque el proceso de combustión genera vapor de agua, es uno de los productos de combustión en los motores”.
“Estos incendios llevan muchísima agua a la atmósfera, lo que crea nubes, y estas nubes están cargadas de partículas y entonces crean carga eléctrica, rayos, lluvia”. “Entonces lo que tienes es un incendio absolutamente gigante que crea un minisistema meteorológico con sus nubes, con sus lluvias, con sus rayos y sus vientos”.
¿Está aumentando el número de incendios a nivel global?
Estudios con satélites determinaron que a nivel global el número de incendios no está aumentando ni disminuyendo, señaló Rein. “Pero el número de incendios no es el problema. El problema es el daño que causan”.
“El daño se puede medir por el tamaño del incendio, cuánta superficie se quemó, o por el peligro que creó a los seres humanos”. “Y cuando medimos eso, el tamaño o el peligro que generaron, lo que vemos es que año tras año el impacto de los fuegos forestales está aumentando”.
¿Qué es lo más preocupante actualmente en relación a los incendios?
“Me preocupa que desgraciadamente todavía no se entiende a nivel global qué hacer con los incendios forestales”. Rein apuntó que durante millones de años hubo incendios con efectos beneficiosos en los ecosistemas, ya que crean claros en los bosques para nueva vegetación, o favorecen que las piñas de algunas especies de árboles se abran y larguen sus semillas.
“No todos los incendios son malos y si se apagan todos los incendios el problema puede ser más grave aún”, explicó Rein. “Es lo que ocurrió por ejemplo en Estados Unidos, con lo que se conoce como la ‘exclusión del fuego’”.
“Estados Unidos lleva cien años apagando fuegos forestales. Han excluido el fuego de muchísimos bosques y de muchos ecosistemas, entonces los bosques estuvieron acumulando combustible, materia muerta. Y esto significa que ahora cuando haya un incendio será muchísimo más grande”.
“Hay que demostrar que quemar cada veinte años con un incendio de baja intensidad, en primavera, cuando la vegetación tiene más humedad y no está muy caliente y el subsuelo está húmedo, limpia básicamente el sotobosque”. También preocupa a Rein laincertidumbre sobre el futuro impacto del cambio climático.
“El cambio climático de forma global está calentando el planeta”. Cuando la vegetación se calienta, pierde agua y eso incrementa la inflamabilidad de la vegetación, señaló el experto.
“Entonces el cambio climático lo que está haciendo es que de forma global, no en todos los sitios, pero en la mayoría de los sitios, está incrementando la inflamabilidad de la vegetación, lo que significa que puede prender más fácilmente y que cuando prende el fuego será más rápido y de llamas más altas”.
¿Qué pueden hacer los países de América Latina para prepararse mejor ante los incendios forestales?
“La idea es prepararse, pero prepararse no es solo tener bomberos con grandes camiones llenos de agua o tener aviones y helicópteros”. “Eso es muy importante, pero es lo último. Básicamente después de eso no tenemos nada”.
“Hay muchas cosas que se pueden hacer antes. Por ejemplo, crear conocimiento a nivel de la comunidad para limpiar el bosque”. “También se puede preparar a las comunidades que viven dentro del bosque para que cuando venga el fuego no lo destruya todo”.
“Eso se hace mucho en Estados Unidos. Las comunidades tienen que echar un vistazo a su entorno inmediato y tener en cuenta cómo es de inflamable”. “Pueden, por ejemplo, cortar la continuidad de combustibles, la línea de arbustos hasta la casa, o cambiar los árboles por unos árboles que se protegen más del incendio, o poner techos que no son de madera sino de tejas de cerámica”.
“Evidentemente van a tener un susto, van a tener a lo mejor que evacuar. Pero ese pueblo es muchísimo más resistente al fuego”.
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