Es un territorio lleno de minerales y otros recursos naturales muy preciados; el hallazgo de petróleo en 2015 le dio un mayor impulso a la causa venezolana
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Con una superficie mayor a la de países como Inglaterra, Cuba o Grecia, el Esequibo es un territorio lleno de minerales y otros recursos naturales cuya diversidad es una de mayores del mundo.
Más allá de su riqueza y los grandes yacimientos de petróleo que se han hallado allí, el territorio es conocido por ser una zona que enfrenta a dos países sudamericanos. Desde 1841, Venezuela y Guyana se disputan su soberanía.
Aunque el reclamo venezolano ha persistido durante todo este tiempo, el gobierno del presidente Nicolás Maduro ha elevado su voz progresivamente desde 2015, cuando se descubrieron vastos yacimientos de petróleo en la zona.
Venezuela considera al Esequibo, también conocido como Guayana Esequiba, como una “zona en reclamación” y suele incluirla en sus mapas con un tachado, mientras que Guyana, quien la controla y administra, tiene allí seis de sus diez regiones administrativas.
Pero Venezuela parece ahora decidida a romper el status quo.
El gobierno venezolano organizó el pasado domingo un polémico referéndum sobre la disputada región.
En él, preguntó a los venezolanos, entre otras cosas, si apoyan la creación del estado Guayana Esequiba, además de un plan para otorgarles la ciudadanía venezolana a sus habitantes.
El resultado fue abrumador y todas las cuestiones planteadas recibieron un respaldo de más del 95%, según el CNE, aunque con una altísima abstención.
Según el gobierno guyanés, este referéndum y su resultado representan una amenaza existencial para la integridad territorial de Guyana y pidió a la Corte Internacional de Justicia de la Haya que lo detuviera.
Venezuela rechazó la solicitud argumentando que interfería con sus asuntos internos y continuó adelante con la convocatoria.
El viernes pasado la Corte no pidió a Venezuela que suspendiera el referéndum, pero advirtió que ese país debe abstenerse de tomar cualquier medida que cambie la actual situación que prevalece en el territorio en disputa, donde la República Cooperativa de Guyana ejercer control y administra esa área
Maduro calificó la votación de este domingo como “un referéndum histórico que ha puesto de pie a Venezuela” y aseguró que el siguiente paso es “lograr recuperar lo que nos dejaron los libertadores, la Guayana Esequiba”.
Críticos aseguran que el referéndum tiene un tinte nacionalista en un momento en el que en 2024 se celebrarán elecciones presidenciales.
Los analistas anticiparon el apoyo masivo a las propuestas del gobierno venezolano, que movilizará a su electorado en un país en el que la reivindicación del Esequibo une a chavistas y opositores como ningún otro tema.
El resultado del referéndum, sin embargo, no es vinculante para el derecho internacional.
En una visita a la región a finales de octubre, el presidente de Guyana, Irfaan Ali, aseguró que su país no cederá ni una “pulgada” de territorio. “Que nadie cometa ni un solo error. El Esequibo es nuestro, cada centímetro cuadrado”, añadió.
El geógrafo guyanés Temitope Oyedotun, profesor de la Universidad de Guyana, afirma que el Esequibo es vital para su país. “Es un territorio tres veces más grande que Costa Rica, donde viven casi 300.000 personas”, le dice a BBC Mundo. El Esequibo representa dos tercios de la superficie de Guyana y alberga casi un tercio de su población.
Para él, no hay ninguna disputa. “El Esequibo es parte de Guyana y no me cabe ninguna duda de ello”, añade.
Los gobiernos de Guyana y de Venezuela no respondieron a las solicitudes de comentarios de BBC Mundo.
La disputa se explica por la amplitud del territorio, pero sobre todo por sus riquezas.
El Escudo Guayanés
El Esequibo abarca alrededor de 160.000 kilómetros cuadrados, la mayor parte de ellos son de selva impenetrable.
“Desde un punto de vista geográfico, el Esequibo forma parte del Macizo Guayanés (también conocido como Escudo Guayanés)”, le explica a BBC Mundo Reybert Carrillo, geógrafo de la Universidad de Los Andes, en Venezuela. “Comparte características muy similares con estados de Venezuela como Delta Amacuro, Bolívar y Amazonas”.
En esos tres estados venezolanos, limítrofes con la zona en reclamación, se encuentra el Arco Minero del Orinoco, un área de explotación de más de 111.800 kilómetros cuadrados que cuenta con grandes reservas de oro, cobre, diamante, hierro, bauxita y aluminio, entre otros minerales.
Carrillo apunta que las formaciones geológicas del Macizo Guayanés suelen contener minerales “muy cotizados”.
En el territorio también se encuentran varios tepuyes, formaciones montañosas con cimas planas y paredes inusualmente verticales compuestos principalmente por areniscas y que están entre las estructuras emergidas más antiguas del planeta, con unos 2.000-4.000 millones de años de antigüedad.
Petróleo y gas
Las tensiones entre Venezuela y Guyana han aumentado desde que en 2015 comenzaron a descubrirse decenas de yacimientos de petróleo en áreas costeras de la zona en disputa.
Hasta la fecha, la multinacional ExxonMobil y sus socios han realizado 46 descubrimientos que han elevado las reservas de petróleo de Guyana a alrededor de 11.000 millones de barriles, lo que representan cerca de 0,6% del total mundial.
Los inesperados hallazgos han hecho que Guyana, un país de 800.000 habitantes, se convierta en una de las economías de mayor crecimiento en el mundo y se espera que su PBI crezca 25% este año, tras haberse expandido 57,8% en 2022.
Pero la mayoría de las reservas se encuentran en un bloque de petróleo y gas de 26.000 kilómetros cuadrados conocido como Stabroek, frente a la costa atlántica del país.
Y una porción importante de ese bloque se encuentra en aguas territoriales de la región disputada por Venezuela.
Según datos de la consultora Refinitiv Eikon, Guyana exportó 338.254 barriles diarios durante el primer trimestre de 2023, más del triple de lo que producía en 2021.
Analistas del sitio web OilPrice afirman que toda esa producción proviene del bloque Stabroek, que opera un consorcio liderado por la multinacional estadounidense ExxonMobil.
Guyana espera producir 1,2 millones de barriles diarios para 2027, lo que lo convertiría en uno de los mayores productores de petróleo de América Latina, sólo superado por Brasil y México, y por encima de los 750.000 barriles diarios que produce Venezuela actualmente.
Las exploraciones en la zona también han hecho que se descubran importantes reservas de gas en Stabroek, pero la gran mayoría se encuentra en el sureste del bloque, cerca de la frontera con Surinam, según un mapa del Ministerio de Recursos Naturales.
El ministro de Finanzas de Guyana, Ashni Singh, afirmó en enero de este año que las reservas de gas del país se estiman actualmente en 17 billones de pies cúbicos.
Oro y otros recursos minerales
La disputa por el Esequibo comenzó oficialmente en 1841, cuando Venezuela denunció una presunta incursión británica en suelo venezolano.
En aquel entonces Guyana era una colonia británica controlada desde Londres.
Reino Unido había adquirido la Guayana Británica en 1814 mediante un tratado con Países Bajos, pero el pacto no definía la frontera occidental del territorio y por eso los británicos designaron en 1840 al explorador Robert Schomburgk para que trazara la frontera.
Pero la polémica “Línea Schomburgk” reclamaba casi 80.000 kilómetros cuadrados adicionales, mientras que Venezuela -recurriendo a los límites establecidos al momento de su independencia- aseguraba que su frontera se extendía hasta el este del río Esequibo.
Años después se descubrió la existencia de oro en la zona disputada y Reino Unido buscó extender la frontera aún más, agregándole 85.000 kilómetros cuadrados a su colonia.
Para 1876 ya se habían establecido minas de oro habitadas principalmente por personas de habla inglesa en la cuenca del río Cuyuní, que en ese entonces se ubicaba en territorio venezolano, más allá de la línea Schomburgk, pero dentro de un área que Schomburgk pensaba que Londres podía reclamar.
Allí nació la mina de oro Omai, que se convertiría en una de las más grandes del Escudo Guayanés y una de las mayores fuentes de ingresos de Guyana.
Omai produjo más de 3,7 millones de onzas de oro entre 1993 y 2005, en lo que fue su mejor momento. Casi dos siglos después, la mina de oro ubicada en el territorio en disputa aún sigue produciendo riquezas.
A principios del año pasado se detectaron unos 1,6 millones de onzas de oro en un tajo conocido como “Wenot”.
“El Esequibo es una región con muchos recursos minerales. Además de petróleo, hay muchísimo oro”, constata el geógrafo Temitope Oyedotun, de la Universidad de Guyana. “También hay otros recursos minerales como diamantes, bauxita, manganeso y uranio”, prosigue Oyedotun.
Una importante red de ríos
Además de los recursos minerales, Oyedotun destaca los recursos hídricos de la región. “Hay una extensa red de ríos como Cuyuní, Mazaruní, Kuyuwini, Potaro, Rupununi”, agrega el geógrafo.
Reybert Carrillo afirma que la extensa red de afluentes hídricos del Esequibo es “de los recursos naturales más importantes” del territorio.
“Hay ríos como el Potaro, que alberga una gran variedad de peces y cascadas de hasta 200 metros. Este río tiene además un gran potencial para generar energía hidroeléctrica”, estima el geógrafo de la Universidad de los Andes.
En el río Potaro, que desemboca en el Esequibo y tiene una longitud de 225 kilómetros, se encuentran nueve cascadas, entre las que se destacan las cataratas Kaieteur y las de Tumatumari.
Con una caída libre de hasta 227 metros, las cataratas Kaieteur son hasta cinco veces más altas que las del Niágara, ubicadas entre EE.UU. y Canadá. Para Oyedotun, es “una de las cascadas más impresionantes del mundo”.
Por su parte, Carrillo estima que los recursos hídricos del Esequibo pueden ser vitales para el futuro. “Para lo que se proyecta con la crisis climática y la escasez de agua contar con una red de ríos como la que tiene este territorio podría ser importantísima”, explica. “Creo que ese será el recurso más importante en varias décadas”.
Aguas costeras
El territorio en reclamación tiene casi 300 km de costa y alrededor de 40 km de aguas oceánicas.
Según Carrillo, la importancia de las aguas costeras va más allá de la pesca. “Esa costa y sus aguas permiten consolidar y extender una salida hacia el Atlántico”, afirma.
“También otorga unos 370 kilómetros de zona económica exclusiva, que dan jurisdicción aduanera. Esto quiere decir que cualquier embarcación que pase por allí tiene que tributar”.
Además, en esas aguas precisamente es donde se encontró el “mar de petróleo” que en 2015 reavivó las tensiones entre Guyana y Venezuela.
El profesor Oyedotun critica que Venezuela se haya interesado en la reclamación del Esequibo tras el descubrimiento de petróleo en sus aguas y opina que el gobierno venezolano también está utilizando la disputa para ganar apoyo político.
El Esequibo es un tema que suele unir a los venezolanos independientemente de sus ideologías políticas y está previsto que Venezuela celebre sus próximas elecciones presidenciales el año que viene.
Oyedotun además cuestiona las preguntas del referéndum que tendrá lugar el 3 de diciembre
“No se puede organizar un referéndum preguntándole a un pueblo si le gustaría empezar a considerar una región de otro país como propia”, argumenta el geógrafo guyanés. “¿Por qué no le preguntan a los ciudadanos del Esequibo cómo y por quién les gustaría ser gobernados?”, afirma.
Georgetown ha insistido en que la organización del referéndum es parte de un “plan siniestro de Venezuela para apoderarse de territorio guyanés”.
Para Guyana, la disputa fronteriza se resolvió hace más de un siglo con el Laudo Arbitral de París de 1899, en el que se estableció la “Línea Schomburgk” como la frontera entre ambos territorios.
Pero en 1949 comenzaron a surgir evidencias que denunciaban la complicidad entre los delegados británicos y el jurista Friedrich Martens para fallar en contra de Venezuela. Por eso, Venezuela considera que el Esequibo fue tomado de forma ilegítima e ilegal por Gran Bretaña en el siglo XIX.
Poco antes de la independencia de Guyana de Reino Unido en 1966, Caracas y Londres firmaron el Acuerdo de Ginebra, un tratado aún vigente que reconoce el reclamo de Venezuela y que busca encontrar soluciones satisfactorias para el arreglo práctico de la disputa.
Caracas se aferra a ese acuerdo y rechaza la jurisdicción de la CIJ (Corte Internacional de Justicia) para definir la disputa territorial.
El equipo legal de Guyana, que denunció el referéndum ante la de CIJ, lo califica de “amenaza existencial” que busca allanar el camino para la anexión del Esequibo por Venezuela.
Ninguno de los dos países da su brazo a torcer. En juego hay un gran territorio lleno de riquezas.
Por Norberto Paredes
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