Qué puede pasar en Ecuador tras la “muerte cruzada” que decidió Lasso según los analistas
La medida, tomada por primera vez en la historia del país, puede generar protestas
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Este artículo fue publicado originalmente en Americas Quarterly.
NUEVA YORK.- Amenazado por el avance de un juicio político, el presidente ecuatoriano, Guillermo Lasso, tomó la medida sin precedente de pedir una “muerte cruzada”. Con este mecanismo constitucional, Lasso disolvió el Congreso y puede gobernar por decreto hasta que se celebren elecciones presidenciales y legislativas dentro de los próximos seis meses. Lasso citó una grave crisis política y la conmoción social como razones para justificar la medida. El 16 de mayo había declarado en la Asamblea Nacional en un juicio político por malversación de fondos.
A continuación, el análisis de expertos y observadores que siguen el desarrollo político en Ecuador.
Will Freeman, becario de estudios sobre América Latina en el Consejo de Relaciones Exteriores, columnista de Americas Quarterly
La decisión de Lasso de apretar el gatillo de la “muerte cruzada” muestra que no le quedaban opciones. Este era su único camino hacia la supervivencia política. Cuando Lasso subió al estrado del Congreso ayer, o poco tiempo después, debió haberse dado cuenta de que no tenía los votos para sobrevivir a su juicio político. Lasso dijo en su discurso ayer, y nuevamente hoy, que cierra la Asamblea Nacional para salvaguardar la democracia y la estabilidad política de Ecuador, no para salvar a su propio gobierno. Eso es dudoso.
Es cierto que el bloque mayoritario de la oposición en la Asamblea, hasta cierto punto, había convertido en arma el proceso de juicio político. Sus líderes estaban actuando imprudentemente para servir a sus propios intereses políticos y la evidencia contra Lasso, por el cargo específico de malversación de fondos, era bastante débil. Pero la idea de que la disolución de la Asamblea traerá estabilidad a Ecuador es una fantasía peligrosa: una que muestra lo desconectado que está Lasso de su propia sociedad. Conaie, la poderosa federación indígena de Ecuador, ya ha denunciado la situación actual como una dictadura y promete protestas masivas. Lasso es demasiado impopular para salir adelante. Lo más probable es que se enfrente a un levantamiento masivo. La Corte Constitucional pronto decidirá si su decisión de invocar la “muerte cruzada” sobre la base de que Ecuador está experimentando una “grave conmoción interna” está justificada o no. Esa decisión le dará legitimidad a Lasso o lanzará a Ecuador a una auténtica crisis constitucional.
Esperemos que los acontecimientos no tomen un giro violento, pero las probabilidades son altas. La oposición y la Conaie tienen un gran poder organizativo para respaldar las protestas. Podemos esperar que haya cortes de rutas y cierre de aeropuertos y puertos en los próximos días. Las próximas protestas se beneficiarán de un apoyo de abajo hacia arriba: Lasso no ha sido un presidente popular, por decirlo suavemente, y muchos ecuatorianos verán su decisión como una extralimitación. Pero también hay muchos ecuatorianos que esperan evitar el caos de las protestas masivas y el inevitable costo para la economía. Los altos mandos de las fuerzas armadas hicieron una declaración esta mañana en apoyo de Lasso, con una advertencia implícita a los manifestantes: no escalen la situación. Veremos si hacen caso a esa advertencia. Una cosa es cierta: ambas partes en el conflicto político polarizado de Ecuador ahora ven la batalla en términos existenciales.
Camila Ulloa, coordinadora de democracia, transparencia y participación ciudadana de Grupo Faro
La “muerte cruzada” detiene efectivamente el juicio político en curso a Lasso por malversación de fondos. Esto podría generar descontento entre la población y especialmente entre los legisladores de la oposición que buscaban reemplazar a Lasso. No está claro que pasará con el caso de ahora en adelante.
Dentro de siete días, el Consejo Nacional Electoral debe convocar a elecciones para llenar las vacantes dejadas por las autoridades salientes hasta 2025. Esto presenta una oportunidad para que las fuerzas políticas se realineen y vuelvan a participar en un proceso electoral. Pero los funcionarios recientemente elegidos enfrentarán limitaciones de tiempo que limitarán su capacidad para promulgar cambios sustanciales o reformas significativas.
La capacidad de Lasso para emitir decretos económicos urgentes hasta que los nuevos legisladores asuman el cargo podría ser una oportunidad para aprobar leyes que de otra manera no podría promulgar. Pero estas leyes pueden carecer de legitimidad ya que eluden el proceso legislativo normal. En este entorno volátil, son posibles grandes protestas callejeras.
¿Cómo responderán los diferentes actores políticos y la ciudadanía a estos hechos? ¿Aceptará la población que el uso de la “muerte cruzada” fue legítimo? Este es un momento sin precedente en la historia del país, por lo que es crucial que la sociedad civil analice el uso de este tipo de mecanismos constitucionales, que están destinados a promover soluciones democráticas a los problemas políticos. La sociedad civil debe permanecer alerta y salvaguardar el respeto a las instituciones y derechos fundamentales del país.
Sebastián Hurtado, presidente de Prófitas, consultora de riesgo político
La “muerte cruzada” traerá una inestabilidad política significativa y posiblemente una crisis constitucional, pero eventualmente conducirá a un nuevo equilibrio a través de nuevas elecciones. Sin embargo, es probable que la medida enfrente una fuerte resistencia por parte de numerosas facciones políticas que la perciben como un intento desesperado de evadir el juicio político. Se prevé que los líderes de grupos indígenas y sindicales, que previamente advirtieron al presidente Lasso contra tal medida, organicen protestas públicas en los próximos días.
Si la Corte Constitucional aprueba el decreto, el período interino en el que Lasso gobernará por decreto podría darle la oportunidad de avanzar en algunas reformas de liberalización económica largamente postergadas. Sin embargo, algunas podrían eventualmente ser revertidas por un nuevo Congreso.
Las elecciones anticipadas podrían beneficiar potencialmente a dos grupos. En primer lugar al correísmo, que como principal oposición al gobierno “neoliberal” e impopular de Lasso ganó un terreno significativo en las elecciones locales celebradas en febrero. Incluso podrían apoyar la decisión del presidente Lasso si consideran que el impulso electoral los favorece. Por otro lado, los candidatos que aprovechan la frustración social con el tira y afloja político de una década entre el correísmo y el anticorreísmo podrían obtener apoyo. Este sentimiento público ayudó previamente al candidato presidencial de izquierda Yaku Pérez, que estuvo a punto de llegar a la segunda vuelta contra el propio Lasso. Hay una persona que no se beneficiará de esto: las posibilidades de reelección del presidente Lasso parecen mínimas, en caso de que decida postularse nuevamente.
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