Colombia encabeza la lista, con 2,85 millones de personas que emigraron desde Venezuela; le sigue Perú con 1,5 millones y Brasil, con más de 568.000 personas, y en cuarto lugar figura Chile, con más de medio millón
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Los países de América Latina siguen con atención la crisis política en Venezuela debido a las consecuencias que puede ocasionar en la región. Tras las elecciones en las que Nicolás Maduro fue proclamado ganador pese a que la oposición presentó las actas que revelan la victoria de Edmundo González, existe el temor de que el conflicto por los resultados impulse un nuevo éxodo como el que ya generó le mayor movimiento migratorio en la historia de ese sector del continente.
El gobierno del presidente chileno, Gabriel Boric, llamó incluso a prepararse para una nueva ola migratoria de venezolanos y propuso a sus pares latinoamericanos acordar “cuotas” de migrantes venezolanos que cada país esté dispuesto a acoger en medio del conflicto por las actas.
Edmundo González y la dirigente María Corina Machado sostienen que la oposición obtuvo 67% de los votos frente a 30% de Maduro, según 80% de las actas de votación que publicaron en plataformas digitales. Maduro, quien fue declarado ganador por el Consejo Nacional Electoral sin haber hecho públicas las actas que respalden ese resultado, insiste en que la oposición busca un golpe de Estado. En medio de la pugna, el presidente venezolano pidió al Tribunal Supremo de Justicia que haga un peritaje de las actas.
Camila Vallejo, vocera del gobierno de Boric, dijo que la propuesta de cuotas está inspirada en la gestión migratoria que hicieron los países europeos frente a crisis recientes, como la llegada de refugiados ucranianos que escapaban de la invasión rusa. “La migración de venezolanos nunca cesó a nuestro país”, señaló la funcionaria cinco días después de los comicios en Venezuela, y agregó: “Pero, evidentemente, dado los últimos hechos y acontecimientos, lo que hizo nuestro gobierno es prepararse para esa posibilidad”.
La migración venezolana
Al menos 7,7 millones de personas emigraron de Venezuela durante la última década, según la Agencia de Naciones Unidas para los Refugiados (Acnur). De ellos, 6,5 millones se encuentran en América Latina y el Caribe, indica la Plataforma de Coordinación Interagencial para Refugiados y Migrantes (R4V), conformada por más de 200 organizaciones de asistencia humanitaria en 17 países de la región.
Se estima que otros cinco millones de venezolanos estarían dispuestos a emigrar del país en los próximos seis meses si esta crisis política no se resuelve con la salida de Maduro del poder, de acuerdo con una encuesta recabada en junio por la consultora venezolana ORC Consultores.
“La migración venezolana planteó desafíos humanitarios, económicos y sociales para los países de acogida en la región”, dijo a BBC Mundo Diego Beltrand, director Regional encargado para las Américas de la Organización Internacional para las Migraciones (OIM).
Beltrand explicó que para afrontar esos retos los gobiernos latinoamericanos “tuvieron que coordinar esfuerzos para ofrecer asistencia inmediata, protección y oportunidades de integración a millones de personas refugiadas y migrantes de Venezuela”.
Colombia encabeza la lista de países receptores de venezolanos, con 2,85 millones de personas que emigraron desde el país vecino. Le sigue Perú con 1,5 millones y Brasil, con más de 568.000 personas. En cuarto lugar figura Chile, con más de medio millón de migrantes venezolanos, reporta R4V.
“La migración venezolana en América Latina tuvo un impacto tremendo en la región por la magnitud y la velocidad de salida de la población”, explicó Carolina Jiménez Sandoval, directora de la sede en Washington de WOLA, una ONG especializada en migración y derechos humanos.
México y los países de Centroamérica también se vieron perjudicados por el paso de millones de venezolanos por sus territorios en ruta hacia Estados Unidos, que a su vez recibió un flujo inédito de migrantes de este país. Solo en 2023 se registraron 3,2 millones de detenciones de venezolanos en la frontera sur, según reportes de la Oficina de Aduanas y Protección Fronteriza.
El gobierno del presidente Joe Biden aprobó medidas enfocadas en los venezolanos, desde el visto bueno de permisos humanitarios (parole) y estatus de protección temporal para facilitar permisos de empleo (TPS, por sus siglas en inglés), hasta el bloqueo de la frontera con México para frenar la llegada de migrantes irregulares al país. A pesar de ello, 2,4 millones de venezolanos fueron capturados en la frontera sur durante el primer semestre de este año, una cifra que supera la tendencia registrada para la misma fecha en los años previos.
En este panorama, Jiménez advierte que el país más perjudicado es Venezuela. “Se está perdiendo el bono demográfico y una parte muy importante de la población económicamente activa”, indica. “Que se siga perdiendo un capital humano fundamental hiere profundamente a Venezuela”, suma.
El desafío de Colombia
Durante la última década, Colombia es el país que acogió a la mayor cantidad de migrantes venezolanos. Y sería el primer afectado por una ola migratoria, dado que comparte miles de kilómetros de frontera terrestre con Venezuela.
“Colombia debe jugar un papel fundamental en el proceso de retorno a la democracia en Venezuela para que se dé a través de una negociación, por la mutua interdependencia que tienen los Estados”, opina el politólogo Ronal Rodríguez, investigador del Observatorio de Venezuela de la Universidad del Rosario en Colombia.
Sin embargo, la llegada de los venezolanos representó un gran reto para las autoridades colombianas en términos de asistencia humanitaria e integración de los migrantes a las comunidades receptoras. “La administración pública colombiana no estaba preparada para recibir a los venezolanos y brindarles protección internacional como migrantes”, afirma Lublanc Prieto, abogada especializada en derecho internacional y fundadora de la organización de asistencia humanitaria Refugiados Unidos en Colombia.
“Si continúan las torturas, las detenciones y los tratos crueles, lo que se estima entre este mes y el próximo es que comience a salir una población en números altos”, vaticina. Las autoridades venezolanas reportaron que más de 1200 personas fueron detenidas después de los comicios, mientras que la oposición denunció 22 fallecidos y la persecución a dirigentes políticos, activistas, periodistas. Más de un centenar de los capturados son menores de edad, reportó la ONG venezolana Foro Penal.
Prieto afirma que las organizaciones de asistencia humanitaria en Colombia intentan prepararse para una llegada abrumadora de venezolanos: hasta un millón de personas en seis meses. “Si eso ocurre, sería una situación de emergencia humanitaria”, dijo. El lunes 5 de agosto, el presidente colombiano, Gustavo Petro, aseguró en su cuenta de X que la oposición y Maduro “deben llegar a un acuerdo político porque, si no, estallará el éxodo y la guerra en América toda”.
Mostrar las actas
La mayoría de los países de la región donde los venezolanos buscaron refugio durante los últimos años exigen a las autoridades electorales venezolanas que muestren las actas. Los más radicales fueron Argentina, Chile, Costa Rica, Ecuador, Panamá, Perú y Uruguay, que ya reconocieron la victoria de González, en línea con la posición de Estados Unidos. En respuesta, el gobierno de Maduro anunció la ruptura de relaciones diplomáticas con estos países.
R4V advirtió en un comunicado que la interrupción de los servicios consulares en esos países afectará la renovación de documentos, lo cual tendrá impacto en los trámites de reunificación familiar de venezolanos y solicitudes de visas. Sin embargo, los gobiernos de Petro en Colombia, Luiz Inácio Lula da Silva en Brasil y Andrés Manuel López Obrador de México, que lideran los contactos de la comunidad internacional con Maduro, se negaron a respaldar una resolución de la Organización de Estados Americanos que exigía mostrar las actas electorales.
Dos semanas antes de las votaciones, Panamá instaló alambres de púas en cinco entradas hacia el tapón del Darién, la intricada selva que comparte con Colombia, para frenar el paso de migrantes que buscan llegar a Estados Unidos.
Tres días antes de los comicios del 28 de julio en Venezuela, el presidente panameño, José Raúl Mulino, dijo que esperaba una “solución democrática y respetuosa” a la crisis, dado que el 66% de los migrantes que cruzaron el Darién durante el primer semestre de este año fueron venezolanos. Tras la proclamación de Maduro como ganador de los comicios, el gobierno panameño retiró su personal diplomático de Venezuela.
Fuentes vinculadas a los equipos de Acnur en la región dijeron a BBC Mundo que la amenaza de una ola migratoria desde Venezuela fue tema de discusión en los últimos días entre el personal de las agencias internacionales de asistencia humanitaria. “Resulta imposible predecir con certeza qué puede ocurrir tras las elecciones en Venezuela”, dijo Diego Beltrand de la OIM. Sin embargo, el organismo “seguirá ofreciendo apoyo humanitario, seguridad y oportunidades de integración para que (los migrantes venezolanos) logren una estabilidad efectiva”.
A pesar de los desafíos que provoca esta migración, el Fondo Monetario Internacional (FMI) calcula que la integración de la diáspora venezolana “permitirá a las economías de los países de acogida incrementar el PIB en hasta 4,5 puntos porcentuales para 2030″.
Por Valentina Oropeza
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