Elecciones en Estados Unidos: Política, negocios y religión, los lazos que unen a Joe Biden con la Argentina
Joe Biden conoce la Argentina y en la Argentina conocen a Biden. El candidato presidencial de Estados Unidos tejió en los últimos años lazos políticos y comerciales con nuestro país, incluso desde antes de llegar a la Casa Blanca como vicepresidente de Barack Obama.
Uno de esos contactos lo tuvo con la propia Cristina Kirchner en 2004, cuando ambos eran senadores. Biden conversó con la actual vicepresidenta en Boston en el marco de la Convención Demócrata de 2004, que eligió a John Kerry para disputarle la presidencia a George W. Bush.
Al tanto del proceso de recuperación económica que transitaba la Argentina en aquel momento y elogioso de la política fiscal que llevó al país a tener superávit, en ese momento el senador era partidario de que tanto la Casa Blanca como el Capitolio pusieran a América Latina en un nivel más alto entre sus prioridades.
El dirigente demócrata creía que el alejamiento era el motivo por el cual algunos países de la región, como Venezuela, se enfrentaban tan abiertamente a Washington. Ese año gobernaba Hugo Chávez y el país caribeño estaba todavía lejos de la crisis humanitaria que atraviesa hoy.
El vínculo cordial y sintonizado que habían tenido Cristina y Biden en ese encuentro en Boston y que ratificaron en Chile en marzo de 2009, poco después de la asunción de Obama, se fue enfriando al mismo tiempo que se tensaba la relación bilateral entre la Argentina y Estados Unidos, especialmente desde el incidente diplomático en Ezeiza a comienzos de 2011 con un avión militar de Estados Unidos.
Cristina Kirchner era presidenta en una región cada vez más unida con sus cuestionamientos al "imperialismo" y el vínculo con Obama se deterioró y quedó al borde de la ruptura.
Biden, entonces vicepresidente, mantenía sus vínculos institucionales con perfil bajo con otros dirigentes como el embajador (entonces y actual) Jorge Argüello, mientras que delegaba los negocios en su hijo Hunter y su hermano James, vinculados a los acreedores privados que en ese momento estaban en una guerra abierta con el país.
Con el Papa
En paralelo, el vicepresidente establecía una vínculo fuerte personal con Jorge Bergoglio en los momentos previos a ser elegido como sucesor de Benedicto XVI en 2013. Biden -quien, de ganar, se convertiría en el segundo presidente católico de Estados Unidos- apoyó la candidatura del arzobispo de Buenos Aires para que se convirtiera en el primer papa de América. Luego fue el enviado de Obama a la ceremonia que inauguró el pontificado de Francisco.
El Papa y Biden se reunieron en varias ocasiones tiempo después y hasta han encabezado conferencias conjuntas. Francisco incluso visitó a la familia del vicepresidente en Filadelfia en 2015 luego de la muerte de Beau, uno de sus hijos, producto de un cáncer.
De Macri a Fernández
Fue tras la llegada de Mauricio Macri a la Casa Rosada que el vínculo se recompuso casi inmediatamente. El expresidente limó asperezas con el gobierno de Obama con una reunión que mantuvo con Biden en el Foro Económico de Davos, Suiza, cuando apenas corría su primer mes y medio de gobierno. Biden había hablado telefónicamente con Macri después de Obama, semanas antes, para felicitarlo por su triunfo electoral.
En ese encuentro, del que también participó el actual presidente de la Cámara de Diputados, Sergio Massa, los funcionarios habían determinado que se iniciaba una "nueva etapa" de las alicaídas relaciones bilaterales.
Aunque el candidato conoce la Argentina, la relación política actualmente no es fuerte. Sin embargo, el gobierno de Alberto Fernández aspira a que una eventual victoria de Biden forzara un giro en cómo Washington ve a América Latina. Parte de esa esperanza residía en la ofensiva de la Argentina junto a otros países de la región para que se postergue la elección del futuro presidente del Banco Interamericano de Desarrollo (BID).
Trump designó a su asesor Mauricio Claver-Carone, que finalmente ganó y puso fin a una tradición de más de 60 años en los que el organismo estuvo liderado por un latinoamericano. De postergarse la elección para marzo, confiaba el Gobierno, una victoria de Biden podría haber significado una marcha atrás y la continuidad de la tradición. Si eso ocurría, el secretario de Asuntos Estratégicos, Gustavo Beliz, podía tener chances de ser el elegido para presidir el BID.
Una eventual presidencia de Biden tendrá su prueba de fuego con la Argentina a poco de asumir, pues el Gobierno deberá concluir las negociaciones de deuda con el Fondo Monetario Internacional (FMI), proceso que ya recibió el beneplácito de Trump.
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