Qué hacer para bajar el riesgo de conflicto
El presidente Donald Trump aplicó "presión máxima" sobre Corea del Norte, y los norcoreanos siguen avanzando en la fabricación de armas nucleares. Les aplicó "presión máxima" a los chinos, y ahora Estados Unidos libra una guerra comercial.
También aplicó "presión máxima" sobre Venezuela, profundizando el hambre en las calles, pero dejando intacto al dictador. Y les aplicó "presión máxima" a los palestinos, quienes respondieron negándose a reunirse con funcionarios norteamericanos.
Lo que es más preocupante es que Trump también le aplicó su "presión máxima" a Irán, dejándonos tal vez al borde de una guerra.
En cada uno de esos casos, Trump recurrió a tácticas agresivas sin ninguna estrategia evidente. Las más de las veces, esas tácticas demostraron ser bastante exitosas para infligir miserias, pero eso solo hizo que varios países redoblaran su belicosidad poniendo en riesgo a Estados Unidos, y eso es particularmente cierto con Irán.
Trump parece vivir en un mundo de fantasía en el que su abandono del acuerdo nuclear negociado por Obama con Irán, sumado a las sanciones económicas y a sus belicosos tuits, forzarán a Irán a dar marcha atrás con su programa nuclear. Algunos hablan alegremente de "ataques quirúrgicos", y me temo que muchos otros, incluidos los integrantes de la Casa Blanca, no entienden hasta qué punto se puede desmadrar la cosa.
Si matamos a 150 iraníes en ataques aéreos, como según Trump estaba previsto, las fuerzas proiraníes en Irak, Siria, Afganistán y el resto del mundo tomarían represalias asesinando a norteamericanos en esos países. Tanto Irán como esos grupos podrían atacar la infraestructura petrolera en Arabia Saudita, y a la vez interrumpir la ruta del petróleo que atraviesa el estrecho de Ormuz. Hezbollah podría atacar Israel y estaríamos frente a una nueva Guerra del Líbano. El golpe para la economía global sería significativo.
Sugiero esta consigna de política exterior: que los halcones que se equivocaron garrafalmente sobre Irak se abstengan de hacer patrioterismo con Irán. ¿Qué se puede hacer para reducir el riesgo de una guerra? Acá van cuatro pasos que Trump podría dar para lograrlo.
Primero, asegurarse de que las fuerzas de Estados Unidos solo abran fuego en clara defensa propia o por orden presidencial, para reducir el riesgo de un choque accidental. En 1988, el crucero portamisiles USS Vincennes derribó lo que creyó que era un amenazante jet militar iraní. De hecho, se trataba de un avión comercial y murieron los 290 pasajeros a bordo.
Segundo, intentar conformar una fuerza internacional para proteger el tráfico marítimo a través del Golfo de Ormuz. Eso presentaría un frente unido contra las provocaciones de Irán y reduciría el riesgo de que una mina lapa sobre un carguero desate una guerra.
Tercero, desinvolucrar a Estados Unidos de Arabia Saudita y los Emiratos Árabes Unidos, que han jugado un rol pernicioso (junto con Israel), alentando la beligerancia contra Irán. En ese sentido, hace unos días, el Senado norteamericano dio un paso en la dirección correcta al votar el bloqueo de venta de armas a Arabia Saudita.
Y cuarto, buscar un canal de diálogo secreto con los iraníes, para intentar emparchar el acuerdo nuclear de 2015. Tal vez esos abordajes no rindan frutos, pero lo que está en juego es tan grave que vale la pena intentarlo. A veces la guerra es necesaria, y este no es el caso.
La "presión máxima" ha sido un fracaso en país tras país, y temo que la cancelación del ataque contra Irán del jueves solo haya demorado el choque militar con Irán. Ambos países siguen en curso de colisión. Quedan pocas rampas de salida que permitan salvar las apariencias, y los halcones de uno y otro bando no hacen más que potenciarse y fogonearse mutuamente. ¡Cuidado!
Traducción de Jaime Arrambide
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