Quienes lo practican buscan “valorar su independencia” y sienten que la monogamia los corre de su centro
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Luego de que Chris, de 35 años, se declarara bisexual hace tres años, decidió que “no necesariamente quería vivir una vida heteronormativa”.
“He querido salir con hombres y mujeres simultáneamente durante toda mi vida”, dice Chris (su apellido no se revela por motivos de privacidad). “Sentí que la monogamia me negaría una parte de mí”.
Durante la pandemia, Chris se mudó a una comunidad sexualmente positiva en Brooklyn, Nueva York, un “espacio seguro” donde podía explorar más a fondo su relación con el sexo y la sexualidad. A través de esta comunidad descubrió un curso llamado Open Smarter, que guía a sus alumnos a explorar diferentes tipos de relaciones éticamente no monógamas.
Fue allí donde escuchó por primera vez el término “poliamor solitario” y rápidamente se dio cuenta de que encajaba con su estilo de vida amoroso.
Básicamente, el poliamor solitario se refiere a personas que están abiertas a participar en una variedad de relaciones significativas, sin tener una “pareja principal”, una persona con la que están comprometidas por encima de todas las demás parejas.
Alguien que opta por el poliamor solitario, en cambio, puede verse a sí mismo como su pareja principal, evitando etapas típicas de una relación, como tener finanzas comunes o vivir con una pareja, casarse y tener hijos.
El poliamor solitario representa una pequeña porción de los partidarios del poliamor en general. Muchos de ellos tienden a tener o quieren tener una pareja principal, según Liz Powell, una educadora y terapeuta sexual con sede en Filadelfia.
Es difícil por ello calcular qué porcentaje de la población general elige tener relaciones de esta manera. Pero los estudios muestran que las generaciones más jóvenes tienen más probabilidades de adoptar algún tipo de relación no monógama que las generaciones mayores.
Según un estudio de YouGov de 1.300 adultos estadounidenses realizado en 2020, el 43 % de los millennials dijo que su relación ideal sería no monógama, aunque solo el 30 % de la Generación X dice lo mismo.
Y una encuesta de 2016 que sintetiza dos estudios diferentes de EE.UU. halló que el 20 % de los participantes tuvo, en algún momento, relaciones no monógamas consensuales.
Pero estos estudios no desglosan los números para tipos específicos de relaciones no monógamas, por lo que es imposible decir cuántas de las personas encuestadas se identifican con el poliamor solitario.
Como los seguidores del poliamor solitario son un grupo minoritario, hay muchos conceptos erróneos sobre sus estilos de vida, desde aquellos que comparan el poliamor solitario con tener múltiples relaciones monógamas hasta encontrar “el elegido”, hasta personas que lo consideran una actitud egoísta, que busca “tener lo mejor de ambos mundos”.
En última instancia, se reduce a salir de lo que se conoce como la “escalera mecánica de relaciones” heteronormativas y optar por una forma alternativa de participar en relaciones románticas y sexuales.
La “escalera mecánica de las relaciones”
La expresión poliamor solitario ganó popularidad con el blog “Solopolynet”, escrito por la periodista estadounidense Amy Gahran bajo el seudónimo de Aggie Sez.
La primera entrada del blog se titulaba “Montando la escalera mecánica de relaciones (o no)”, en 2012. Unos cinco años después escribió un libro sobre el tema con el título " Saliendo de la escalera mecánica de relaciones: amor y vida poco comunes”.
Gahran define la “escalera mecánica” como “el conjunto estándar de costumbres sociales para la conducta adecuada en las relaciones íntimas”.
En otras palabras, el término “escalera mecánica” alude a relaciones que alcanzan, o tienen la intención de alcanzar, los momentos tradicionalmente definidos de la vida, como convivir con una pareja, juntar las finanzas, comprometerse, casarse y tener hijos.
“Tenemos estos momentos definitorios o señales normalizadas de que la relación es seria”, según Rachel Krantz, quien está basada en California y es autora del libro “Open: An Uncensored Memoir of Love, Liberation and Non-Monogamy - A Polyamory Memoir”, que podría traducirse como “Abierta: Amor, Liberación y No-monogamia - Memorias del Poliamor”.
“Los partidarios del poliamor solitario tienden a evitar conectar sus vidas con otras personas de esta manera”, agrega Krantz. Hay muchas maneras de adoptar el poliamor en solitario.
Sus seguidores tienden a ser “alosexuales”, lo que significa que tienden a experimentar deseos sexuales, según Elisabeth Sheff, autora basada en Colorado de libros que incluyen “The Polyamorists Next Door” (“Los poliamorosos de al lado”). Pero otros son asexuales y prefieren tener una variedad de relaciones no sexuales.
Quienes optan por el poliamor solitario también tienden a “valorar su independencia”, según Sheff, aunque algunos tienen relaciones no amorosas muy importantes en sus vidas que anteponen a todo.
“El padre soltero que prioriza a sus hijos sobre todas las demás relaciones puede ser un poliamor solitario”, según Sheff, así como alguien que cuida a una persona con discapacidad.
El poliamor solitario tampoco tiene que durar para siempre. Alguien podría identificarse con el poliamor solitario hoy, pero terminar entrando en una relación más tradicional, compartiendo su hogar o sus finanzas en el futuro.
El poliamor solitario no tiene que ser una identidad fija para ser válido, según Zhana Vrangalova, una consultora sexual e investigadora en Nueva York.
De hecho, Chris está interesado en encontrar una pareja principal algún día, pero afirma que, mientras tanto, el poliamor solitario “me permite tener citas, tener experiencias con personas, conocer a muchas personas diferentes y satisfacer algunas de mis necesidades”.
Agrega que es algo similar a cuando tenía citas monógamas, “excepto que ahora tengo una etiqueta para comunicarle a la gente cuáles son mis intenciones”.
No es para todos
Vrangalova es originaria de Macedonia del Norte e imparte el curso Open Smarter, al que Chris asistió en Nueva York. Ella estima que alrededor de dos tercios de los que asisten a su clase están en relaciones, de las cuales poco más de la mitad son monógamas.
Pero estas personas están “tratando de averiguar si algún tipo de relación no monógama sería adecuada para ellas”.
Los estudiantes restantes ya están explorando varias formas de relaciones no monógamas y están buscando más conocimiento para ayudarles en el proceso, o son solteros que buscan relaciones. Vrangalova realiza pruebas de personalidad con sus alumnos para ayudarlos a definir uno o más tipos de relación que podrían funcionar mejor para ellos.
Estas pruebas incluyen preguntas como “cuánta aventura y novedad” necesitan los participantes o cuánta seguridad requieren en sus relaciones. Los partidarios del poliamor solitario, según Vrangalova, “normalmente no necesitan mucha seguridad en la relación”.
Un seguidor del poliamor solitario puede no necesitar el mismo grado de seguridad que alguien en una relación monógama a largo plazo. Pero esto no significa que no pueda o no quiera formar vínculos profundos y duraderos con sus parejas.
Para fomentar estas relaciones de confianza, la educadora sexual Powell, que se identifica con el poliamor solitario, afirma que es mejor ser muy abiertos con parejas potenciales sobre deseos y necesidades.
“No voy a dejar de preguntar [qué quiero en una relación] solo porque me preocupa que digas que no”, asegura. “Si la gente dice que no, nosotros decidimos a dónde vamos a partir de ahí”.
¿Antídoto para el ‘privilegio de pareja’?
Gran parte del estigma en torno al poliamor solitario proviene de una falta de comprensión de por qué algunas personas no quieren una relación tradicional “seria”. Algunos estereotipos sobre los partidarios del poliamor solitario señalan que denota “egoísmo, evasión o confusión en varias formas”, según Vrangalova.
El poliamor solitario se caracteriza además por la falta de etapas marcadas en la relación, como el matrimonio y los hijos, que también se consideran hitos de la edad adulta.
“Las personas que consideramos ‘adultos’ están casadas, tienen hijos, viven juntas y comparten las finanzas”, dice Powell. “Por otro lado, los ‘adultos inestables’ como yo, que viven solos y no se han casado, son ejemplos según algunos de todo lo que anda mal en la sociedad”.
Que alguien se identifique con el “poliamor solitario” no significa que “no les importen las personas”, según Sheff. “Simplemente no quieren organizar su vida en torno a una pareja amorosa”.
Estos prejuicios van de la mano con otro fenómeno social conocido como “privilegio de pareja”.
El significado de esta expresión es amplio e incluye tanto las ventajas que tienen las parejas en la sociedad en relación con las personas solteras (como los beneficios económicos del matrimonio y la unión estable) como la actitud de que, en una relación poliamorosa por ejemplo, el éxito de la pareja primaria debe ser priorizada y todas las demás acciones de pareja deben tomarse considerando la preservación de esa relación primaria.
Estos estigmas y expectativas sociales pueden ser obstáculos para que las personas se identifiquen con el poliamor solitario.
Cuando Powell estaba en una relación poliamorosa en Savannah, Georgia, alrededor de 2014, ella y su pareja intentaron sin éxito hallar un terapeuta para relaciones no monógamas. Esto la llevó a llenar el vacío y abrir su propia práctica privada dirigida a personas que se identifican como no monógamas, queer, kinky y/o trans.
Incluso en los círculos de psicología aún hay una falta de conocimiento sobre el poliamor, especialmente sobre el poliamor solitario.
Sheff es parte de “División 44″, un subgrupo de la Asociación Estadounidense de Psicología que desarrolla materiales educativos sobre el poliamor para consejeros y terapeutas.
Más que tener múltiples citas
En última instancia, el poliamor solitario es mucho más que una forma de salir con varias parejas que viven solas. Es un rechazo a los patrones de relación heteronormativos. “Para mí, una gran parte del poliamor solitario es descubrir formas de centrarme en mi propia autonomía y la autonomía de los demás”. También es una forma de cuestionar honestamente lo que quiero en una relación en lugar de asumir que todas las relaciones siguen la fórmula de la escalera mecánica”, señala Powell.
Del mismo modo, Chris se sintió atraído por el concepto de poliamor solitario porque le permite abordar las relaciones de manera diferente. Chris señala que las formas de relación que acompañaron su desarrollo no tenían sentido para él.
Antes de que se legalizara el matrimonio homosexual en Estados Unidos tuvo relaciones sexuales con personas con las que sabía que nunca podría casarse. Hoy en día Chris asegura que no descartaría por completo la posibilidad de casarse, pero no es exactamente un admirador de esa institución.
“Como persona queer y bisexual, no me gusta la estructura heteronormativa del matrimonio”, dice. “Quiero rebelarme contra eso”.
Por Jessica Klein
BBC Worklife
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