Qué es Antifa: el movimiento de ultraizquierda que Donald Trump quiere declarar como terrorista
NUEVA YORK.- El contexto distópico de la pandemia del coronavirus ahora también se ve atravesado por la furia popular de un país. Estados Unidos ha visto en los últimos días el aumento de protestas y violencia en un escenario que bien podría pertenecer a otra década. El asesinato de George Floyd en manos de la policía en Minneapolis, Minnesota, ha quitado de la ecuación los temores de un contagio. Las calles volvieron a llenarse como hace meses no se veían, repletas de enfurecidas personas que exigen justicia.
En este panorama de caos y destrucción, el presidente Donald Trump anunció vía Twitter que declarará a Antifa como organización terrorista, el movimiento que acusó como responsable de los desmadres y saqueos en las manifestaciones en el país. Pero, ¿qué es y quién está detrás de esta corriente?
Antifa es una contracción de la palabra antifascista. El término es utilizado para definir a un amplio grupo de personas cuyas creencias políticas se alinean con un pensamiento radical ultraizquierdista. Si bien no tienen un líder oficial, células en distintas partes del país ofician reuniones regulares y reclutan seguidores en las redes. ¿Cómo se definen sus posturas? Según Mark Bray, historiador en temas vinculados a los derechos humanos y profesor en la Universidad de Dartmouth, Antifa parte de una política de revolución social aplicada a la lucha contra la extrema derecha. "Sus partidarios son predominantemente comunistas, socialistas y anarquistas que rechazan recurrir a la policía o al estado para detener el avance de la supremacía blanca", explicó el especialista en una columna publicada en el Washington Post.
En términos generales, los activistas radicales de Antifa buscan detener cualquier tipo de movimiento autoritario, racista, homofóbico o xenófobo. Sus orígenes se remontan, según el diccionario Merriam-Webster, a mediados de la década del ‘40, y descienden de los movimientos europeos antinazistas. Se trata de una iniciativa que surge como respuesta defensiva al crecimiento de la ultraderecha.
"El único propósito de este grupo es oponerse al fascismo. Será conformado por individuos que comparten una línea de pensamiento: socialdemócratas, apolíticos, socialistas, anarquistas, comunistas... todo antifascista es bienvenido", reza uno de los grupos en Facebook que aspira a aumentar sus seguidores. "El propósito es educar, habilitar y alentar a antifascitas en todo el mundo", subrayan.
En diálogo con LA NACION, el historiador de la Universidad de Columbia Karl Jacoby analizó el contexto, y dijo: "Las protestas de los afroamericanos que denuncian brutalidad policíaca no son algo nuevo, esto es algo que viene sucediendo hace un siglo. Lo interesante de las marchas que vemos hoy es la alta participación de jóvenes blancos a la par de los afroamericanos, y la denuncia del presidente Trump es una forma de demonizarlos y convertirlos en radicales".
En este sentido, Jacoby remarcó que Antifa es un movimiento dispuesto a asumir la destrucción de la propiedad privada como una táctica legítima para hacer reclamos. "[Donald] Trump está intentando buscar un grupo al que culpar por lo que sucede hoy, y Antifa suena aterrador porque, pese a no tener una organización ni un liderazgo, se convierte en una estrategia política útil", expresó el profesor de la prestigiosa casa de estudios en Nueva York.
"Políticamente es útil porque como no hay liderazgo, potencialmente cualquiera puede ser visto como líder, y si se lo identifica como tal podría hacer que muchas personas sean vulnerables: no hay manera de efectivamente probar si pertenecen o no a esa organización. Es muy preocupante que esté haciendo eso", subrayó Jacoby a este medio.
El movimiento, que desde sus inicios estuvo más asociado al anonimato y al hermetismo, hoy apunta a ser uno más progresista y con presencia en manifestaciones públicas, según Brian Levy, director del Centro de Estudios de Odio y Extremismo en la Universidad de California, en San Bernardino.
"Lo que están tratando de hacer ahora no solo se vuelve prominente a través de la violencia en protestas de alto perfil, sino también a través de pequeños encuentros y de la diseminación en redes sociales para así cultivar individuos privados de sus derechos que hasta ahora eran pacíficos", dijo Levin a CNN.
¿Cómo identificarlos en una protesta? Suele ser difícil distinguir a los miembros de Antifa del resto de los manifestantes, especialmente ahora, en tiempos de pandemia, en los que la gran mayoría se cubre el rostro con algún tipo de tapabocas. No obstante, este grupo se caracteriza por utilizar todas vestimentas de negro de pies a cabeza, una práctica que llaman "black bloc", o sea, bloque negro.
The United States of America will be designating ANTIFA as a Terrorist Organization.&— Donald J. Trump (@realDonaldTrump) May 31, 2020
No se trata de un movimiento estructural ni de una iniciativa unificada, sino de grupos o redes que comparten una serie de ideales que consideran antifascistas. Su presencia se ve no sólo en Estados Unidos, sino distintos países del viejo continente.
Antifa es un movimiento que data desde hace décadas, pero tuvo su crecimiento exponencial en apariciones cuando Trump fue electo presidente. En el día de su inauguración, en enero de 2017, el movimiento participó de protestas que acabaron con la detención de más 200 personas y disturbios generalizados en Washington DC. Meses más tarde, en Charlottesville, protagonizaron fuertes enfrentamientos con grupos de supremacía blanca, lo que los llevó a alcanzar mayor notoriedad.
En línea con la decisión del presidente Trump -que todavía no ha sido concretada-, el procurador general de Estados Unidos, el republicano William Barr emitió un comunicado a través del Departamento de Justicia en el que anunció que "Antifa y otros grupos son terrorismo doméstico y serán procesados como tal". El funcionario detalló que se ha desplegado a las Fuerzas de Tarea Conjuntas contra el Terrorismo del FBI "a fin de identificar organizaciones criminales y sus instigadores". "Es tiempo de parar de mirar la violencia, confrontarla y detenerla", subrayó el letrado.
Una semana atrás, George Floyd, de 46 años, fue asesinado por la policía local de Minneapolis, Minnesota. En poco más de 8 minutos, un oficial lo asfixió con su rodilla mientras lo sostenía en el suelo, tras haberlo arrestado por -presuntamente- haber intentado pagar en un comercio con un billete falso. Otros tres agentes vieron cómo se sucedía el momento que fue registrado por cámaras de transeúntes. El hecho provocó un desborde de movimientos sociales y protestas en las calles de distintos puntos del país que ruegan justicia por el hombre.
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