Qué dijo el Papa Francisco por el Día de la Ascensión de Jesús
La cabeza de la Iglesia Católica se dirigió a los fieles para recordar de qué trata esta festividad y reflexionar sobre la subida de Cristo al Cielo
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La Iglesia Católica conmemoró, en los últimos días, el Día de la Ascensión de Jesús; es decir, el día en que Cristo asciende a los cielos tras su crucifixión y resurrección. Es la celebración que le sigue a las Pascuas, y esta fecha es festiva en muchas partes del mundo, como es el caso de Alemania, Italia, Francia, Islandia, Noruega, Países Bajos, Suecia, Suiza, Costa de Marfil, Madagascar, Senegal, Colombia, Haití, Corea del Sur, Filipinas, Indonesia, entre otros.
Para esta ocasión, el Papa Francisco compartió en su cuenta de Twitter una breve explicación de qué significa esta celebración para los cristianos: “Jesús sube al Padre para interceder por nosotros, para presentarle nuestra humanidad. Así, ante los ojos del Padre, están y estarán siempre, con la humanidad de Jesús, nuestras vidas, nuestras esperanzas, nuestras heridas”.
Jesús sube al Padre para interceder por nosotros, para presentarle nuestra humanidad. Así, ante los ojos del Padre, están y estarán siempre, con la humanidad de Jesús, nuestras vidas, nuestras esperanzas, nuestras heridas. #AscensióndelSeñor
— Papa Francisco (@Pontifex_es) May 18, 2023
Luego, el Pontífice amplió su explicación en el Regina Caeli que dio en la mañana de este domingo ante las personas presentes en la Plaza de San Pedro, en el Vaticano. Allí reflexionó: “¿Por qué celebrar la partida de Jesús de la Tierra? ¡Su despedida parecería un momento triste, no algo por lo que estar alegre! ¿Y por qué celebrar una partida? Primera pregunta. Segunda pregunta: ¿qué hace ahora Jesús en el Cielo?”.
En ese sentido, señaló que, con el acto de subir a los Cielos y mostrar sus llagas a Dios, Jesús ha llevado nuestra humanidad al cielo. Esto es especialmente importante porque no fue solo el espíritu lo que subió, sino que también lo hizo su cuerpo humano. “Desde el día de la Ascensión Dios mismo, podríamos decir, ha ‘cambiado’. ¡Desde entonces, ya no es solo espíritu, sino que por todo lo que nos ama lleva en sí nuestra misma carne, nuestra humanidad!”, reflexionó Francisco.
Y añadió: “Me gusta pensar que Jesús, delante del Padre, reza así, haciéndole ver las heridas: ‘Esto es lo que he sufrido por los hombres: ¡haz algo!’. Le muestra el precio de la redención. El Padre se conmueve. ‘Pero, piénsalo bien’, así reza Jesús. Por eso, no nos ha dejado solos”.
¿Qué dijo el Papa Francisco para celebrar el Día de la Ascensión de Jesús?
Queridos hermanos y hermanas, ¡buenos días!
Hoy en Italia y en muchos otros países se celebra la Ascensión del Señor. Es una fiesta que conocemos bien, pero que puede hacer surgir algunas preguntas, al menos dos. La primera: ¿por qué celebrar la partida de Jesús de la tierra? ¡Parecería que su despedida sea un momento triste, no precisamente algo por lo que estar alegre! ¿Por qué celebrar una partida? Primera pregunta. Segunda pregunta: ¿qué hace ahora en el cielo? Primera pregunta: ¿por qué celebrar? Segunda pregunta: ¿qué hace Jesús en el cielo?
Por qué celebramos. Porque con la Ascensión sucedió algo nuevo y hermoso: Jesús ha llevado nuestra humanidad, nuestra carne al cielo - ¡es la primera vez! - es decir la ha llevado a Dios. Esa humanidad, que había tomado en la tierra, no se ha quedado aquí. Jesús resucitado no era un espíritu, no, tenía su cuerpo humano, la carne, los huesos, todo, y ahí, en Dios, estará para siempre. Podemos decir que desde el día de la Ascensión Dios mismo ha “cambiado”: ¡desde entonces ya no es solo espíritu, sino que por todo lo que nos ama lleva en sí nuestra misma carne, nuestra humanidad! El lugar que nos espera está indicado, nuestro destino está ahí. Así escribía un antiguo Padre en la fe: «¡Espléndida noticia! Aquel que se ha hecho hombre por nosotros […], para hacernos sus hermanos, se presenta como hombre delante del Padre, para llevar consigo a todos aquellos que están unidos a él» (S. Gregorio de Nisa, Discurso sobre la resurrección de Cristo, 1). Hoy celebramos “la conquista del cielo”: Jesús que vuelve al Padre, pero con nuestra humanidad. Y así el cielo es ya un poco nuestro. Jesús ha abierto la puerta y su cuerpo está ahí.
La segunda pregunta: ¿qué hace Jesús en el cielo? Él está por nosotros delante del Padre, le muestra continuamente nuestra humanidad, muestra las llagas. A mí me gusta pensar que Jesús, delante del Padre, reza así, enseñándole las llagas. “Esto es lo que he sufrido por los hombres: ¡haz algo!”. Le enseña el precio de la redención, y el Padre se conmueve. Esto es algo que me gusta pensar. Así reza Jesús. Él no nos ha dejado solos. De hecho, antes de ascender nos dijo, como dice el Evangelio hoy: «Y he aquí que yo estoy con vosotros todos los días hasta el final del mundo» (Mt 28,20). Está siempre con nosotros, nos mira, está «siempre vivo para interceder» (Hb 7,25) en nuestro favor. Para enseñar las llagas al Padre, por nosotros. En una palabra, Jesús intercede; está en el mejor “lugar”, delante del Padre suyo y nuestro, para interceder por nosotros.
La intercesión es fundamental. También nos ayuda a nosotros esta fe: nos ayuda a no perder la esperanza, a no desanimarnos. Delante del Padre hay alguien que le enseña las llagas e intercede. La Reina del cielo nos ayude a interceder con la fuerza de la oración.
¿Cuándo fue el Día de la Ascensión y por qué se celebra?
Se calcula que el Día de la Ascensión ocurre 40 días después de la Pascua, que es la festividad en la que se recuerda que Jesucristo resucita entre los muertos: uno de los más grandes milagros para los católicos. En muchas partes del mundo, se celebra esta fecha porque recuerda la glorificación de Jesús en el momento en que sube al cielo en presencia de sus apóstoles, lo que nos asegura que las personas también ascienden al cielo tras el Juicio de Dios. Es un gran contrataste con lo que se recuerda durante la Semana Santa, donde Él fue humillado y se sacrificó por la humanidad.
Además, antes de su asunción, Jesús apareció ante sus discípulos varias veces, con el fin de instruirlos sobre cómo llevar a cabo sus enseñanzas y, antes de subir con Dios, anunció ante sus seguidores que enviaría el Espíritu Santo.
Cabe recordar que esta festividad se suele festejar un jueves porque es cuándo caería exactamente el cuadragésimo día desde el primer día de Pascua. Sin embargo, en algunos lugares, se ha trasladado al domingo siguiente, que este año cae el 21 de mayo de 2023.
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