"Pyonghattan": Kim cubre de rascacielos la capital norcoreana
El líder del país ordenó la construcción de varios edificios para mostrar fortaleza ante la presión internacional por el plan nuclear del régimen; la torre más alta tendrá 70 pisos
PYONGYANG.- Para demostrarle al mundo que a pesar de las presiones y sanciones internacionales por su programa nuclear en Corea del Norte está todo bien, el líder Kim Jong -un otra vez puso a trabajar a sus soldados-constructores en un proyecto a gran escala: una serie de rascacielos y edificios de departamentos que cambiarán nuevamente el paisaje de Pyongyang, la capital del país.
El objetivo del proyecto es mostrar que "el espíritu de la República Popular Democrática de Corea (RPDC) sigue de pie en el mundo y no se doblega ante las presiones y sanciones del imperialismo de Estados Unidos y sus aliados", y que "la RPDC encontró su propio camino hacia la prosperidad y puede concretar todo lo que se propone". Son palabras textuales de Kim de marzo pasado, durante la inauguración de las obras.
Bajo gigantescos estandartes que llaman a trabajar a una "velocidad Mallima" -en referencia a un mítico caballo alado capaz de atravesar enormes distancias a una velocidad sobrenatural-, sus soldados-constructores levantan piso tras piso al vertiginoso ritmo de 14 horas diarias, para terminar antes de fin de año.
El proyecto es parte de la segunda "campaña de velocidad" que moviliza a Corea del Norte durante este año, tras la reciente inauguración del Distrito del Futuro, un conjunto de rascacielos de departamentos y oficinas, rodeados de parques ribereños y dedicados a los científicos del país.
Y a manera de gesto desafiante frente a tanta crítica internacional, todo el distrito es de inspiración nuclear. Visto desde arriba, el rascacielos central tiene la forma del típico diagrama del átomo; hay una escultura metálica del átomo emplazada en la explanada de acceso, y de noche, sobre los laterales de dos de los principales edificios, brillan enormes átomos de neón.
El fallecido padre de Kim, Kim Jong-il, también tenía debilidad por las grandes construcciones. Una de ellas, el Ryugyong Hotel, de 105 pisos y forma de pirámide, tuvo problemas que demoraron la construcción durante décadas y todavía no fue inaugurado. Pero otro de sus emprendimientos, un distrito de rascacielos cerca de la icónica plaza Kim Il-sung, se convirtió en una de las vistas más impactantes de la capital, aunque habría que ver cómo es la vida en esos departamentos, ya que los extranjeros rara vez son admitidos y nunca sin permiso previo.
Por la modernidad de sus construcciones, los restaurantes de moda y los centros comerciales donde venden productos de marca los pocos extranjeros que viven aquí apodaron ese distrito "Little Dubai". Otros lo llaman "Pyonghattan", por la isla neoyorquina. Las obras terminaron en 2012, luego de la muerte de Kim Jong-il.
En la nueva "Pyonghattan" que se construye ahora estará la torre de departamentos más alta del país, de 70 pisos, junto a otra de 50 pisos y un puñado de edificios más, de entre 30 y 40 pisos.
Según se informó, la calle Ryomyong sumará más de 3000 departamentos, todos con aire acondicionado, y contará con guardería, jardín de infantes, lavandería, oficina de correo y otros edificios públicos de servicios y amenities. Kim ordenó que fuese un "distrito verde", con sistemas de iluminación y calefacción a base de energía solar y geotérmica. En las terrazas habrá invernaderos hidropónicos y otras instalaciones que aprovechan la luz solar al máximo.
Además de la intención declamada de modernizarse, ese diseño arquitectónico responde a razones prácticas: los cortes de luz son un problema persistente.
La red de suministro eléctrico de Pyongyang es la más confiable del país, pero los paneles solares instalados en los balcones ya son moneda corriente en la capital y en el resto del país. Y si bien los departamentos de los rascacielos nuevos suelen ser entregados como recompensa al trabajo duro o la lealtad, las panorámicas vistas desde los pisos superiores dejan de ser tan atractivas si se corta la luz y no hay ascensor.
Corea del Norte se movilizó en un programa de 200 días destinado a redoblar la producción y estimular la economía, una elocuente muestra de adhesión a los líderes del país. Cada tanto, el régimen encara una de estas campañas de "velocidad", que eran tan comunes en los países comunistas durante la Guerra Fría.
Traducción de Jaime Arrambide
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