Putin usó por primera vez la palabra “guerra” para hablar de Ucrania y desató una ola de indignación
La declaración generó el rechazo de los rusos antiguerra que fueron procesados penalmente por el simple hecho de haber denunciado el eufemismo del Kremlin
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RIGA.– Después de diez meses de referirse a su brutal invasión a Ucrania como una “operación militar especial”, ayer el presidente Vladimir Putin finalmente la llamó “guerra” por primera vez, desatando una ola de indignación en los rusos antiguerra que fueron procesados penalmente por el simple hecho de haber denunciado el mentiroso eufemismo del Kremlin.
“Nuestro objetivo no es fogonear este conflicto militar, sino poner fin a esta guerra”, dijo Putin el jueves, a la salida de una reunión de gabinete. “Y ese es nuestro propósito.”
El propósito exacto de Putin ha sido objeto de debate y de consternación desde que empezó la guerra, especialmente el Ucrania, donde murieron miles de personas y quedaron ciudades en ruinas, y también en las capitales de Occidente, que enviaron miles de millones de dólares en armas y ayuda económica para ayudar al gobierno de Kiev a contrarrestar la agresión rusa.
Putin ha alternado entre decir que busca “desnazificar” Ucrania, “liberar” a las regiones rusohablantes del sudeste del país, y “frenar” al avance de los países de la OTAN, especialmente Estados Unidos, que intentan destruir Rusia. Putin ha negado querer conquistar Ucrania y derrocar al gobierno, una afirmación desmentida por su fallido intento de tomar por asalto y ocupar Kiev, la capital.
Lo que Putin nunca había dicho hasta ayer es que los combates en Ucrania, más allá de su objetivo, es de hecho una “guerra” con todas las letras.
Putin empezó a usar el término “operación militar especial” en su anuncio matutino del 24 de febrero, día en que lanzó su invasión a gran escala. Pareció un esfuerzo por recalcar que lo que estaba a punto de pasar no afectaría sustancialmente la vida del ciudadano ruso común, y trató de vender la imagen de una operación limitada, conducida por un pequeño número de soldados profesionales.
Tras varios días de protestas contra la guerra en Rusia y de cobertura crítica en los últimos medios de comunicación independientes que quedan en ese país, las autoridades rusas salieron a acallar las críticas y a refrendar el uso de “operaciones militares especiales” con la aprobación de leyes draconianas que prohíben la “difusión de falsedades” que “desacreditan” al ejército, lo que básicamente convirtió en delito el llamar “guerra” a una guerra.
Las protestas masivas fueron reprimidas y muchos rusos huyeron del país por temor a ser procesados. Los pocos activistas que quedaron y que salieron solitariamente a las calles a cortar calles fueron barridos inmediatamente por la policía y luego multados.
En base a esas nuevas leyes, para octubre las fuerzas del orden rusas ya habían iniciado casi 5000 procesos administrativos, lo que significa que los acusados probablemente recibieron fuertes multas. Y se iniciaron más de 100 procesos penales donde los acusados enfrentan condenas de hasta 15 años de prisión efectiva.
A principios de diciembre, el político opositor Ilya Yashin fue condenado a ocho años y seis meses de prisión por el cargo de “difundir información falsa”. Yashin había puesto en evidencia las atrocidades cometidas por los rusos en la ciudad de Bucha, cerca de Kiev, para desacreditar el relato oficial del Kremlin, que insiste en que esos informes fueron escenificados o fabricados para difamar a Rusia.
La condena de Yashin fue la más dura que se haya tomado hasta la fecha bajo las nuevas leyes. En julio, el legislador moscovita Alexei Gorinov fue sentenciado a siete años de prisión por cargos similares, tras haber solicitado un minuto de silencio por los muertos “en la guerra” en el inicio de una reunión pública.
El jueves, cuando el presidente ruso pronunció finalmente la palabra “guerra”, sus críticos y los opositores a la guerra reaccionaron con indignación y con furia.
“Alexei Gorinov fue sentenciado a siete años de cárcel por llamar guerra a la guerra en una reunión del consejo de diputados”, tuiteó Georgy Alburov, un aliado exiliado del líder opositor Alexei Navalny, que sigue preso. “Hoy Vladimir Putin hizo lo mismo: llamó públicamente guerra a la guerra. Así que liberen a Gorinov o metan preso a Putin durante siete años.”
La mayoría de los medios independientes se han visto obligados a abandonar el país y cientos de miles de rusos huyeron de la “movilización parcial” ordenada por el Kremlin, que quebró la promesa de Putin de una exitosa guerra relámpago que no afectaría la vida de los civiles.
Hace tiempo que en Rusia las leyes se aplican de manera selectiva para apuntar a los detractores de Putin, mientras que a los halcones proguerra y al aparato de propaganda de la televisión estatal se les permite criticar abiertamente a los comandantes militares rusos por las grandes pérdidas en el campo de batalla e incluso usar la palabra guerra sin recibir sanciones.
Владимир Путин назвал войну войной: «Наша цель - закончить эту войну». Но указа о завершении СВО не было, войну не объявляли. За такие слова про войну осудили уже несколько тысяч человек. Направил обращение в органы, чтобы Путина привлекли за распространение фейков об армии pic.twitter.com/dEmNSyNwyQ
— Никита Юферев (@NikitaYuferev) December 22, 2022
Nikita Yuferev, diputado de la legislatura de San Petersburgo que huyó del país por su postura antibélica pero que sigue cumpliendo sus funciones de manera remota desde el exilio, presentó este jueves una denuncia contra Putin, solicitándole al procurador general de Rusia que investigara las declaraciones del presidente.
“No hubo un decreto para poner fin a la operación militar especial, ni hubo una declaración oficial de guerra”, tuiteó Yuferev. “Varios miles de personas ya han sido procesadas por usar tales palabras, así que he solicitado a las autoridades que acusen a Putin de difundir falsedades sobre el ejército”.
La denuncia es simbólica y se sabe que la policía no actuará en consecuencia, pero deja al descubierto hasta qué punto en el sistema judicial ruso rige el procesamiento selectivo, con diferentes estándares para cada ciudadano según su nivel de apoyo al presidente.
Por Mary Ilyushima
(Traducción de Jaime Arrambide)
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