Purga de manuales: el plan de Putin para influir en la educación
El Kremlin favorece a una editorial con afinidad ideológica y prohíbe miles de libros de texto
MOSCÚ.- La purga empezó a principios de este año. Uno por uno, cientos de textos utilizados por los escolares rusos desde hace años fueron declarados inservibles para su uso en las 43.000 escuelas del país. Las razones esgrimidas eran varias, pero compartían cierta obstinación de tipo burocrático.
Hace un par de meses, cuando empezó el año escolar, el número de textos aprobados para los 14 millones de chicos rusos había sido talado a menos de la mitad. La sumarísima purga realizada por el Ministerio de Ciencia y Educación perjudicó los planes de estudio a dos decenas de pequeñas editoriales y a la comunidad educativa. Hubo, sin embargo, un notorio beneficiado: la casa editorial Prosveshcheniye (Iluminismo), cuyo director, Arkady R. Rotenberg, integró el círculo íntimo del presidente Vladimir Putin y fue su compañero de judo durante su juventud en San Petersburgo.
La purga es la última de una seguidilla de maniobras del gobierno que han posicionado nuevamente a Iluminismo, que bajo el régimen soviético supo ser la única proveedora de textos escolares. Según consta en los registros, Putin primero ordenó la privatización de la editorial. Luego, tras haber instalado a Rotenberg en la dirección editorial, el gobierno noqueó a gran parte de su competencia.
La refundación de la industria de textos escolares en Rusia deja un oscuro rastro de transacciones que conducen como un callejón sin salida al turbio paraíso fiscal offshore de la isla de Chipre, y cuenta con un elenco de personajes que incluye a un legislador nacional del partido leal a Putin.
Iluminismo es una herencia de la era soviética, cuando el Kremlin buscaba asegurar una educación ideológicamente correcta para los jóvenes del país a través del control absoluto de los planes de estudio.
En 2011 el gobierno anunció que la estatal Iluminismo saldría a la venta como parte del plan de privatizaciones. La competencia le había costado a Iluminismo su monopolio, pero mantenía el 30% del mercado.
Las leyes rusas exigen que los bienes del Estado deben ser licitados al mejor postor, pero existe un recoveco legal que permite que el primer ministro pueda dar una orden que limite los competidores a unos pocos elegidos. Putin ocupaba entonces el cargo de primer ministro y se rumoreó durante meses que Iluminismo estaba a punto de ser entregada a Rotenberg, uno de sus más viejos amigos.
Durante el gobierno de Putin, Rotenberg pasó de ser un modesto comerciante especializado en artículos finlandeses a convertirse en uno de los empresarios más poderosos de Rusia, con una fortuna estimada en 3100 millones de dólares. Rotenberg lleva de la mano un vasto imperio bancario y de la construcción, y es el receptor de decenas de miles de millones de dólares en contratos públicos.
Ansiosos por pujar para quedarse con Iluminismo, los editores de textos escolares buscaron de inmediato aliados en el Parlamento para presionar en pos de una competencia abierta. Tenían razones para preocuparse: sin que lo supieran, Putin ya había firmado una resolución que sorteaba la venta pública. La resolución llevaba la fecha del 27 de septiembre de 2011 y designaba a Gazprombank para actuar como agente del gobierno para encontrar un comprador calificado para Iluminismo.
Los activos de la editorial eran manejados por el Banco Rossiya, una institución cuyo presidente y principal accionista es Yuri Kovalchuk, otro megamillonario que integra el círculo íntimo de Putin. Si bien el valor de mercado de Iluminismo debía ser determinado por un "tasador independiente", la contratación del tasador también estuvo a cargo de Gazprombank.
A fines de diciembre el gobierno anunció que Iluminismo había sido vendida al Olma Media Group, una editorial de Moscú especializada en libros de ficción y de arte. Putin firmó personalmente la venta.
Olma era un competidor menor, con menos de 1,8% del mercado del libro en Rusia. Pero sus conexiones eran políticas. Uno de sus copropietarios era Oleg Tkach, un legislador de la Cámara alta del Parlamento miembro de Rusia Unida, el partido político de Putin. Entre los autores de la editorial se encuentre el propio Putin, que en 2004 coescribió un libro titulado Aprenda judo con Vladimir Putin.
Semanas después, el Olma Media Group la vendió, a precio desconocido, a una empresa registrada en Chipre. Y en un giro final, la Iluminismo con sede en Chipre pasó a comprar el 99 por ciento del Olma Media Group. Prácticamente de la noche a la mañana los verdaderos dueños de la mayor editorial de textos escolares de Rusia se volvieron indetectables, debido a que la fusión había sido una operación offshore registrada en Chipre, un conocido paraíso fiscal que no exige que las empresas revelen el nombre de sus accionistas.
Fue entonces cuando Rotenberg apareció formalmente en escena. Los registros muestran que el financiamiento inicial que hizo posible toda la transacción -un préstamo de 54,2 millones de dólares- provino del Banco SMP, controlado por Rotenberg y su hermano Boris. Finalmente, en octubre de 2013, el rol de Rotenberg en Iluminismo se hizo oficial: tras una reestructuración interna, se sumó a la empresa como director general.
Traducción de Jaime Arrambide
Jo Becker y Steven Lee Myers
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