Punta Arenas, la cuna de Grabriel Boric que busca convertirse en el epicentro del ecoturismo austral en Chile
La ciudad patagónica donde nació el presidente chileno se ofrece como la puerta de entrada a una decena de destinos y atractivos naturales
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SANTIAGO, Chile.– Ahí en la calle Colón, entre avenida España y Manuel Señoret, existe un árbol que por cuestiones políticas se transformó en un ícono de Punta Arenas, la ciudad del extremo sur chileno donde nació Gabriel Boric. Es un ciprés que tiene más de cien años, que supera los diez metros de altura, y al que ya se le conoce en todo el país como el “árbol presidencial”, luego que el joven mandatario lo escalara durante la campaña electoral y su imagen sobre la copa se convirtiera en uno de los símbolos de su llegada a La Moneda.
Por ello, y a casi un año de su irrupción “pública”, el afamado ciprés se ha transformado en una de las atracciones de la urbe más austral de Chile y ciudad de origen del mandatario, de 37 años. Si en un momento fue usado como el epicentro de los festejos de los partidarios al gobierno, con el correr de los meses el árbol sufrió algunos ataques y en febrero opositores a Boric lo quisieron incendiar. Un síntoma de la oscilante popularidad del primer año del presidente trasandino que durante sus vacaciones regresó a la ciudad, pero debió interrumpirlas para enfrentar la crisis de los incendios forestales.
🔴🗳 EN VIVO | En Punta Arenas, las y los adherentes de Gabriel Boric se juntaron a celebrar en "el árbol" del Presidente electo: ahora el ciprés también tiene su banda presidencial https://t.co/SRduUpbSnA #ADNLaDecisiónFinal pic.twitter.com/yNUz1IcMvy
— Radio ADN (@adnradiochile) December 19, 2021
De igual modo, y pese a su baja en las encuestas -que hoy lo tienen con un 30% de aprobación entre los chilenos-, son decenas de personas que apenas ponen un pie en la ciudad llegan a fotografiarse junto al ejemplar. “Es redes sociales es un hit, si no vienes a Punta Arenas y no te sacas una foto con el ciprés, es como si no hubieras hecho el viaje”, cuenta Alejandra Salinas, periodista chilena, y quien ha sido testigo de cómo con el correr de los meses se ha cristalizado uno de los vínculos más sui generis entre los miles de viajeros que año a año visitan Punta Arenas.
“Entendemos que se ha convertido en un punto turístico y lo que queremos es protegerlo para que se mantenga para las próximas generaciones”, explicó Claudio Radonich, alcalde de la ciudad, y cuyo municipio finalmente les prohibió a los turistas que lo escalen. “Tiene un daño interno importante”, justificó una ingeniera forestal de la entidad regional.
Sin embargo y más allá su nexo indisoluble con el actual jefe de Estado, Punta Arenas pretende sacudirse de la atención sobre aquel símbolo y dar un paso al frente como la urbe más importante del extremo sur chileno. “La Región de Magallanes fue la que más creció económicamente el año pasado, con una cifra de 3,3% del PBI […] la nuestra es en general una región bastante más estable de lo que ocurre con el resto del país”, señaló la titular de la Secretaría regional ministerial de economía, fomento y turismo, Ruth Saieh Latrach.
Por ello, la industria turística local junto a las autoridades regionales buscan potenciar su imagen como centro de operaciones de la zona austral y como epicentro de ecoturismo. Con la pandemia por coronavirus en retirada (el año pasado ingresaron a la Región de Magallanes 158.327 visitante, según la Subsecretaría de Turismo), la ciudad se ha vuelto a promocionar como el acceso natural a la Antártica y sus múltiples atractivos la sitúan como un destino ideal para realizar actividades en torno a la naturaleza, aprovechando su condición de vía entre el Océano Pacífico y el Atlántico.
“El turismo de naturaleza y de aventura tienen numerosas alternativas, como la visita a reservas, parques nacionales terrestres y marinos, o realizar trekking en circuitos como en el Monte Tarn. La Patagonia chilena es un lugar único en el planeta y esperamos que siga atrayendo a miles de turistas de todo el planeta”, dijo a LA NACION la subsecretaria de Turismo de Chile, Verónica Kunze.
“Punta Arenas es la puerta de entrada para los visitantes que quieren conocer los atractivos turísticos del fin del mundo. Torres del Paine es uno de los destinos de Chile más consolidados en el mundo, pero existen muchos otros en la región que ofrecen diferentes experiencias”, añadió la autoridad chilena en conversación con este medio.
Atractivos
Considerado como el mayor centro urbano de la región de Magallanes y Antártica Chilena, y gracias a su origen cosmopolita y su arquitectura, Punta Arenas se asemeja a una pequeña ciudad europea, sobre todo por la serie de comodidades que ofrece para satisfacer a los visitantes que llegan en cruceros y que la utilizan como la primera estación para acceder a Torres del Paine, el ícono turístico de la Patagonia chilena y al que es visitado exclusivamente por más de un 70% de extranjeros.
“Su ubicación, frente al Estrecho de Magallanes, es el punto de inicio para recorrer lugares de belleza e interés cultural, como estancias, antiguos faros y fuertes”, se lee en el sitio Patagonia Chile, un portal que posee un buscador de servicios turísticos de la zona y que reúne las actividades que se pueden realizar como kayak, pesca, trekking, cabalgatas y canopy. Además, en las estancias de Río Verde, San Gregorio y Laguna Blanca, se puede realizar agroturismo y participar de múltiples actividades ganaderas.
Otro de los aspectos llamativos que también han seducido a diversas celebridades del mundo que se han dejado ver en Punta Arenas, tiene que ver con el clima, particularmente cambiante. De hecho, en un mismo día se pueden experimentar las cuatro estaciones del año con fuertes lluvias, ráfagas de viento de hasta 100 kilómetros por hora, frío congelante y un sol radiante. Todas estas fluctuaciones climáticas se deben a su gran extensión e influencia del Océano Pacífico al oeste, el Océano Atlántico al este y de la Antártica al sur.
Sus costas, en tanto, poseen áreas protegidas y son ideales para el ecoturismo y las prácticas deportivas. Dichos atractivos naturales, en su mayoría, cuentan con la administración y resguardo de la conservación a través de la Corporación Nacional Forestal de Chile (Conaf), que también dispone de senderos accesibles para personas con discapacidad y rutas para ciclistas. En total hay 17 parques nacionales de la Patagonia Chilena que totalizan más de 11,8 millones de hectáreas protegidas.
En lo específico, destaca el bosque austral en la Reserva Nacional Magallanes; el área de pesca deportiva de la Reserva Laguna Parrillar y el primer parque marino en Chile, llamado Francisco Coloane, que se presenta como el único lugar en el hemisferio sur donde las ballenas jorobadas se alimentan fuera del continente blanco y que posee una superficie de 67 mil hectáreas. En dicho sitio también es posible observar diversas especies como la del pingüino de Magallanes o la del pilpilén austral, además de leones marinos, delfines australes, petreles, albatros, gaviotín antártico, entre otros animales.
Deportes
La reserva forestal Laguna Parrillar, ubicada al sur de Punta Arenas, ofrece la posibilidad de practicar pesca con mosca, al igual que en la provincia de Última Esperanza, y en el río Serrano del mismísimo Parque Nacional Torres del Paine. Mientras para los residentes chilenos se debe obtener la licencia de pesca recreativa de “aguas continentales” y “aguas marinas”, en el caso de los extranjeros, la licencia de un año debe solicitarse en la oficina de Sernapesca o en su sitio web.
En el sur de la ciudad, en tanto, también es posible hacer trekking para aventureros avezados que suben al Monte Tarn para tener una vista panorámica del Estrecho de Magallanes, isla Tierra del Fuego y la Cordillera Darwin. Asimismo, se pueden realizar caminatas para recorrer el Faro San Isidro y el popular Cabo Froward, considerada una ruta clave para quienes habitualmente practican el senderismo, así como para los observadores de ecosistemas poco intervenidos por el hombre.
Dicha caminata comienza desde el sector Punta del Árbol, a 73 km al sur de Punta Arenas, y su trazado atraviesa la costa del Estrecho de Magallanes. Luego de tres horas de trayecto se llega al Faro de San Isidro, donde también se puede realizar esta ruta como day trek (con un nivel de dificultad: medio) o la ruta más desafiante que considera una caminata que dura de 6 a 7 días, con 83 kilómetros de ida y vuelta.
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