Puerto Rico entró en el triste club del default
Por primera vez en su historia, el país cayó en cesación de pagos
SAN JUAN. El gobierno de Puerto Rico entró ayer en default por primera vez en su historia, luego de no hacer un pago de más de 57 millones de dólares que tenía que abonar por obligaciones contraídas por una de sus entidades, y busca ahora reestructurar su deuda.
La determinación se hizo en torno a la deuda de la Corporación para el Financiamiento Público (PFC, por sus siglas en inglés), una entidad gubernamental encargada de obtener fondos para obra pública cuyas deudas se pagan mediante asignaciones específicas realizadas por la Asamblea Legislativa.
Este año esas asignaciones no se incluyeron en el Presupuesto General de la Asamblea, por lo que el Banco Gubernamental de Fomento (BGF) informó que no se haría el pago de 57 millones de dólares. En otras ocasiones el gobierno utilizó fondos de otras partidas para cubrir las deudas de la PFC, pero esta vez se argumentó que la falta de liquidez ponía en riesgo otros servicios prioritarios.
"Nuestra intención es cumplir con nuestras obligaciones. Eso va atado a que tenemos como primera instancia proteger los servicios esenciales que les damos a los ciudadanos y establecer prioridades", declaró el secretario de la gobernación, Víctor Suárez. "En la medida en que podamos cumplir las obligaciones lo haremos; en la medida en que no, estamos intentando lograr una reestructuración de los términos de pago de la deuda para cumplir con ella", agregó.
Sin embargo, el gobierno de Puerto Rico cumplió con otros pagos, tales como la deuda de 169 millones de dólares del propio BGF y el pago de deuda que corresponde al gobierno central de la isla.
En lo referido a las deudas de la PFC, en cambio, el gobierno argumentó que no está garantizada por la administración central, sino por la Asamblea Legislativa, y que por esa razón no estaba obligado a pagarla.
De todas formas, también se aclaró que Puerto Rico intentará iniciar una negociación formal con la totalidad de sus acreedores.
"El planteamiento es que nosotros tenemos que terminar el trabajo del Plan de Ajuste Fiscal y Económico a Largo Plazo para continuar los trabajos de renegociación de deuda de los distintos acreedores. Estamos activos trabajando en la realización de ese plan y esperamos tenerlo a fines de este mes", sostuvo Suárez.
En rigor, el impago de ayer es insignificante en el universo de una deuda de todas las corporaciones públicas que alcanza los 72.000 millones de dólares, pero trajo dudas sobre las actitudes futuras del gobierno ante los acreedores.
Para Elías Gutiérrez, un economista respetado de la isla, el default de ayer es resultado de un cálculo del gobierno. Gutiérrez recordó que el ejecutivo puertorriqueño anunció recientemente que su situación de liquidez había mejorado y que podría hacer frente a sus obligaciones. Pero, al advertir la debilidad de la posición legal de los acreedores de la PFC, suspender el pago puede ser visto como un gesto intimidatorio para el resto de los tenedores de deuda.
En agosto vence también la deuda de la Corporación del Fondo de Interés Apremiante de Puerto Rico (Cofina) por 330 millones de dólares; la de la Autoridad de Acueductos y Alcantarillados (AAA) por 2600 millones; la de la Corporación de Financiamiento Municipal (Cofim) por 91 millones, y la del Sistema de Retiro por 14 millones.
El gobernador Alejandro García Padilla no hizo comentarios sobre la cesación de pagos, ya que se encuentra en Washington buscando apoyos para lograr que Puerto Rico, que se encuentra asociado a Estados Unidos por un régimen político especial, pueda acogerse a la ley de quiebras federal de ese país.
En tanto, el Índice de Actividad Económica cayó un 1,6% en el último año fiscal, en gran parte debido a la pérdida de empleo y la baja en el consumo de combustibles y cemento.
El desempleo en la isla llega al 12,4%, más del doble de la tasa nacional de Estados Unidos. La caída del empleo, sumada a la crisis financiera que golpea a la isla desde 2011 y al aumento del IVA del 7% al 11,5%, generó un éxodo hacia Estados Unidos, especialmente concentrado en el estado de Florida. Se calcula que desde 2011 hasta hoy Puerto Rico perdió 50.000 habitantes al año.
Por otro lado, las alarmas en la isla por el tema de la deuda pública ya se habían disparado en julio, cuando el gobernador García Padilla anunció que el Estado Libre Asociado de Puerto Rico no podría hacer frente a la deuda de 72.000 millones de dólares y que necesitarían reestructurarla. El impago de ayer parece ser la primera muestra concreta de ese anuncio.
Agencias EFE, DPA y Reuters
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