“¿Puedo besarte?”: la foto que complica al gobernador de Nueva York, denunciado por acoso sexual
El funcionario fue acusado por dos exasistentes y ahora se sumó una tercera mujer, Anna Ruch, a quien le toma las mejillas en una fotografía de la boda en la que habrían ocurrido los hechos
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Con tres denuncias por acoso sexual que recaen sobre el gobernador de Nueva York, Andrew Cuomo, -quien afronta, incluso, pedidos de renuncia- ahora se suma a ello una prueba documental del relato de Anna Ruch (33), la tercera víctima.
Con un traje negro, corbata roja y un gesto de deseo se lo ve a Cuomo en un casamiento tomándole la cara a la mujer, para preguntarle si podía besarla, uno de los episodios que ella narró en su denuncia. El testimonio de Ruch se sostiene también por mensajes de texto y fue, además, corroborado por una amiga que se encontraba con ella la noche en que todo habría ocurrido.
Según consigna The New York Times, Ruch nunca se había cruzado con Cuomo hasta septiembre de 2019, en la boda de unos amigos, en la ciudad de Nueva York. Luego de brindar por los recién casados, Cuomo se acercó a ella, que le agradeció por las palabras; pero, tal como revela el periódico, la mujer se sorprendió cuando el mandatario le colocó la mano sobre su espalda desnuda, ya que tenía un vestido abierto, y la movió hacia la parte baja. “Le quité rápidamente con mi mano la suya, lo que pensé que sería un claro indicador de que no quería que me tocara”, dijo la mujer, según The New York Times.
“Cuando ella le sacó la mano, recordó Ruch, el gobernador comentó que ella parecía ‘agresiva’ y le puso las manos en las mejillas. Le preguntó si podía besarla, lo suficientemente fuerte como para que una amiga que estaba cerca lo escuchara. Ruch estaba desconcertada por la súplica, dijo, y se alejó cuando el gobernador se acercó”, describieron en The New York Times.
Ruch indicó que se sintió “confundida, conmocionada y avergonzada” y, además, dijo: “Giré la cabeza y no tuve palabras en ese momento. Me sentí tan incómoda y avergonzada, cuando en realidad él es el que debería haberse sentido así”.
Más tarde, la mujer le preguntó a su amiga -quien capturó fotos del intercambio- si los labios de Cuomo habían hecho contacto con su cara mientras se alejaba. Le dijeron que el gobernador le había besado la mejilla.
“Es el acto de impunidad lo que me golpea”, dijo Ruch, de acuerdo a The New York Times. “No tuve elección en ese asunto. No tuve elección en su dominio físico sobre mí en ese momento. Y eso es lo que me enfurece”, agregó.
El periódico detalla que Ruch posó para una fotografía con Cuomo, en su estado de desconcierto, y que una vez que el funcionario se alejó, su amiga se acercó alarmada. “Fue cuando mi amiga me miró y me dijo ‘¿estás bien?’, con una preocupación tan genuina en su cara que me di cuenta de lo obviamente inapropiado que fue”, contó Ruch. “No solo para mí, sino también para quienes me rodean”, aclaró.
La mujer también señaló que esa misma noche intentó hablar con el gobernador antes de salir de la recepción para confrontarlo por su comportamiento, pero que no pudo encontrarlo. Según explica The New York Times, en un mensaje de texto enviado a su amiga un día más tarde, Ruch escribió “estoy tan enojada”, refiriéndose al gobernador como “este tipo”.
Las otras denuncias
La mujer marca, por su posición, una diferencia con los otros dos testimonios, que son de exasistentes de Cuomo: el de Charlotte Bennett y el de Lindsey Boylan. Ruch, en cambio, es una exmiembro de la administración Obama y la campaña de Biden del año pasado. “Pero su experiencia refuerza las crecientes preocupaciones y acusaciones sobre la conducta personal de Cuomo, un patrón de palabras y acciones que, como mínimo, han hecho que tres mujeres que son décadas menores que él se sientan profundamente incómodas en su relato colectivo”, indican en The New York Times.
En medio del escándalo que ocasionaron los testimonios de las tres mujeres -que incluso generaron fricciones dentro de las filas demócratas- Cuomo dijo en un comunicado el fin de semana que “lamenta sinceramente” que su conducta haya sido “malinterpretada como un flirteo no deseado” y negó haber incurrido en una conducta o propuesta inapropiada.
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