Protestas: América Latina enfrenta nuevos riesgos económicos y se estanca
Los expertos advierten que la ola de descontento podría forzar a los gobiernos a posponer reformas y afectar el crecimiento de la región, ya alicaído
WASHINGTON.– No hace mucho tiempo, los inversores miraban hacia América Latina con renovado interés. El péndulo parecía oscilar hacia una nueva era de reformas y apertura, con buenas perspectivas para los negocios y las inversiones. Pero la ola de protestas que azotó a varios países de la región –sobre todo a Chile, un ícono hasta ahora de estabilidad y seguridad– oscureció un panorama económico que ya había empezado a nublarse antes, forzó a gobiernos a suspender o posponer reformas más amenas al paladar de los mercados que al de los votantes, arraigó temores a un contagio y apagó el optimismo hacia la región.
Un hilo que une a muchos países es la urgencia por impulsar el crecimiento –hoy vegetativo– para responder al descontento y atacar la pobreza y la desigualdad, pero sin la caja de antaño y sin descuidar la estabilidad lograda en las últimas décadas. Es un equilibrio complejo.
Chile y Colombia, dos de los países que mejor desempeño económico han tenido en el último tiempo, quedaron entre los más convulsionados. Muchos miran a Brasil, la economía más grande de la región, y se preguntan si será el próximo. México, que estaba estancado, cayó en recesión a pesar de que su principal socio, Estados Unidos, crece desde hace más de una década. Y la Argentina ofrece, por ahora, más interrogantes que certezas. La pobreza y la extrema pobreza, en tanto, están en crecimiento.
Una nota reciente de Eurasia Group, una firma especializada en el análisis de riesgos políticos, reflejó el cambio de época respecto de la década anterior, cuando los gobiernos gozaban de fuerte crecimiento y restricciones fiscales prácticamente nulas gracias al boom de las commodities. Era "uno de los mejores momentos en la historia" para ser líder en América Latina, describió la firma.
Ahora, ese escenario se esfumó y "los líderes se ven tironeados entre los inversores, el Fondo Monetario Internacional [FMI] y la necesidad de hacer ajustes, por un lado, y las demandas de los votantes y la necesidad de ganar elecciones y mantener su popularidad alta, por el otro". Las sociedades, alertó la nota, están "profundamente polarizadas".
Un dato muestra con crudeza el giro: la pobreza, que antaño bajaba, ahora aumenta. En 2014, tocó un piso histórico tras varios años de bonanza. Desde entonces, 27 millones de personas cayeron en la pobreza en la región, según la Comisión Económica para América Latina y el Caribe (Cepal). Este año, la pobreza aumentó hasta el 30,8% desde el piso del 27,8% de hace cinco años. Y la mejora en la desigualdad se ha frenado, advirtió la Cepal.
Incapacidad
Un análisis de Eurasia señaló un problema: el "descontento popular" reduce la capacidad de los gobiernos para implementar reformas que piden los inversores y que el FMI recomienda para mejorar la productividad y el crecimiento. Los votantes quieren más gasto, pero es época de vacas flacas. Los gobiernos, prevé la firma, priorizarán las demandas de la gente, a riesgo de empeorar las condiciones económicas.
"El FMI y los inversores presionarán por cambios. Pero los gobiernos los emprenderán a medias. A su vez, los equilibrios fiscales se deteriorarán, las elecciones se volverán más inciertas, los políticos populistas o antiestablishment se fortalecerán, y el sentimiento de los inversores empeorará", auguró.
En su último panorama para la región, antes de que se desatara la ola de protestas, el FMI ya había advertido que la economía de América Latina y el Caribe se frenará aún más este año. El organismo preveía a fines de octubre un opaco crecimiento del 0,2%, inferior al 1% que dejó el año anterior.
Para 2020, el FMI avizoraba una expansión levemente superior, del 1,8%. Paradójicamente, Bolivia, Chile y Colombia, los tres países más convulsionados en los últimos meses, cosechaban los mejores pronósticos de crecimiento del Cono Sur.
Tasas
"El panorama macroeconómico de América Latina, sobre todo en términos de crecimiento económico, ya era mediocre antes de la reciente ola de protestas. Las perspectivas son ahora aún menos prometedoras", indicó Alejo Czerwonko, director ejecutivo del banco de inversión UBS.
"América Latina sufre de niveles sumamente escasos de inversión, lo que condiciona persistentemente sus tasas de crecimiento. Otra limitación estructural es la salud de sus cuentas fiscales. Los gobiernos continúan gastando ampliamente por encima sus ingresos, principalmente en gasto corriente. En este entorno, el apetito de los inversores internacionales para la región es, en general, escaso", agregó.
UBS prevé que las siete economías más grandes de la región crezcan a un ritmo promedio inferior al 1% anual en 2020, y ve a Brasil, hoy, como el país más prometedor.
La actual desaceleración en el crecimiento económico pone más presión, al limitar las mejoras en la pobreza y la desigualdad. Un círculo vicioso.
"Este es un desafío significativo. Los altos niveles de desigualdad y la falta de oportunidades económicas siguen siendo una fuente de descontento para la población y perjudican el crecimiento económico", advirtió el director del Hemisferio Occidental del FMI, Alejandro Werner.
El Fondo indicó además que la incertidumbre política en algunos países continúa siendo un "obstáculo" para el crecimiento. Y reconoció la disyuntiva a la que se enfrentan muchas naciones, entre ellas, la Argentina, entre impulsar el crecimiento con políticas fiscales expansivas y consolidar la caja para pagar deuda y garantizar la estabilidad, una realidad que acota los márgenes de maniobra.
El FMI también advirtió sobre otro riesgo: la actividad económica en China y Estados Unidos, los dos principales socios de la región, también se desacelerará debido a las fuerzas cíclicas, el envejecimiento de la población y el lento crecimiento de la productividad.
Las tensiones comerciales y la puja tecnológica podrían, además, conducir a una desaceleración más rápida, con las consecuentes repercusiones en América Latina, indicó el FMI. Una sombra adicional para un futuro ya sombrío.
Cifras que explican la desaceleración
La economía y los indicadores socialesde América Latina, afectados porla convulsión en varios países
0,2%
Crecimiento
- Meses atrás, el FMI vislumbraba para América Latina un crecimiento de 0,6% en este año, pero en octubre recortó ese pronóstico a 0,2%, muy por debajo del promedio mundial, que será 3%; en tanto, para 2020 recortó la suba de 2,3% a 1,8% por las crisis regionales.
30,8%
Pobreza
- De los 620 millones de habitantes de América Latina, 191 millones viven bajo el umbral de la pobreza, casi un tercio del total, según la Cepal; el organismo señaló que seis millones de personas caerán en la pobreza extrema este año, que alcanzará a 72 millones.
8%
Desempleo
- La tasa de desempleo en la región en 2019 es del 8%, "la más alta en una década, y podría subir", según la Oficina de Coordinación para el Desarrollo de la ONU y la Organización Internacional del Trabajo; otra señal de alarma es que la mitad de los empleos son informales.
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