Por qué la muerte del líder de Hamas podría destrabar las negociaciones para una tregua en Gaza y qué obstáculos quedan
Con la caída de Yahya Sinwar, Israel puede declararse ganador de la guerra y acordar un alto el fuego, y el nuevo liderazgo del grupo terrorista tal vez esté más dispuesto a hacer concesiones, aunque ni uno ni otro bando se replegarán por completo
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JERUSALÉN.- Durante más de un año, el destino de Yahya Sinwar, líder de Hamas, parecía estar indisolublemente ligado al destino de la guerra en la Franja de Gaza.
Sinwar fue quien orquestó el ataque de Hamas de octubre pasado en territorio de Israel, donde murieron 1200 personas y fueron capturados unos 250 rehenes, desatando una devastadora represalia israelí que ya ha dejado decenas de miles de palestinos muertos y convertido gran parte de la Franja de Gaza en tierra arrasada.
Raw footage of Yahya Sinwar’s last moments: pic.twitter.com/GJGDlu7bie
— LTC Nadav Shoshani (@LTC_Shoshani) October 17, 2024
Se cree que Sinwar era quien se negaba tajantemente a la rendición de Hamas, por más que los ataques aéreos y la invasión por tierra de Israel estuviesen devastando el territorio y desalojando a la mayoría de población gazatí. Por otro lado, mientras estuviera vivo, para Israel era imposible cantar victoria: Sinwar era la prueba viviente de que Hamas, aunque diezmada, no había sido derrotada.
Ahora, tras la muerte de Sinwar, tanto los analistas israelíes como los palestinos dicen que el camino hacia una tregua en Gaza parece ligeramente más despejado, aunque aclaran que en ambos bandos subsisten obstáculos, y que la resolución del conflicto ampliado entre Israel y los aliados de Hamas en la región corre por otro carril, todavía inaccesible.
En parte, las negociaciones para un alto el fuego y el acuerdo para la liberación de los rehenes estaban estancados porque Sinwar aspiraba a un acuerdo permanente que permitiera que Hamas conservara el poder en la Gaza de posguerra. Esa postura extrema era incompatible con la de Benjamin Netanyahu, el primer ministro israelí, que tan solo aspiraba a una tregua temporaria que permitiera que Israel vuelva al combate en cuestión de semanas para impedir la supervivencia de Hamas a futuro.
Con la muerte de Sinwar, dicen los analistas, Netanyahu tendría un argumento más fuerte para convencer a los halcones de su coalición de gobierno de que Hamas ha sido derrotada sin necesidad de seguir con la guerra. “Ahora que tiene una victoria para mostrar y está en mejor posición, Netanyahu tal vez se muestre más dispuesto al diálogo”, apunta Itamar Rabinovich, exembajador de Israel en Washington.
Y la desmoralizada y amedrentada cúpula restante de Hamas, por su parte, podría estar dispuesta a cederles una cuota de poder a otras facciones palestinas y así asegurarse de que el movimiento sobreviva de alguna manera. El grupo también podría aceptar intercambiar más rehenes por menos prisioneros palestinos detenidos en cárceles israelíes, que hasta ahora era otro de los obstáculos para lograr una tregua.
“Tal vez nos encontremos con líderes de Hamas debilitados y más pragmáticos, dispuestos a hacer algunas concesiones tácticas, aunque no en cuestiones estratégicas”, apunta Ibrahim Dalalsha, director del Centro Horizon, un grupo de investigación política de Ramallah.
De todos modos, los obstáculos que subsisten son muchos. Hamas es una organización altamente disciplinada que ya anteriormente ha sobrevivido al asesinato de varios de sus líderes. Se cree que Mohammed, hermano de Sinwar, sigue vivo y conserva una influencia significativa en la agrupación.
Y aunque Sinwar ya no esté, es poco probable que la nueva cúpula de Hamas retire su demanda de una tregua permanente o acepte la continuidad de la ocupación israelí en partes de Gaza, agrega Dalalsha.
Sin embargo, los nuevos líderes podrían ser más permeables que Sinwar a entregarle el poder de Gaza a un gobierno tecnocrático palestino, o a aceptar la presencia temporal de los israelíes en la franja, siempre y cuando Israel se comprometa nominalmente a retirarse de manera permanente en el futuro, dice Dalalsha.
“Por su propia supervivencia física, pueden estar más dispuestos a hacer concesiones que el hombre que inició esta guerra”, señala Dalalsha, pero advierte que “tampoco dirán: ‘por supuesto, señor Netanyahu, haremos lo que usted diga’”.
De hecho, tal vez la muerte de Sinwar no sea suficiente ni siquiera para Netanyahu: los familiares de los rehenes que siguen retenidos en Gaza lo presionaron ayer para que utilice la muerte de Sinwar como palanca política para acordar una tregua que permita la liberación de los aproximadamente 100 israelíes que siguen cautivos en Gaza.
Pero el premier tiene entre manos un cálculo político muy complicado, porque les ha prometido a sus partidarios que desmantelará a Hamas y lo removerá del poder, y miembros claves de su coalición han amenazado con tumbarle el gobierno si la guerra no termina con la derrota total de Hamas. El grupo conserva algunas capacidades administrativas y militares, demostrando una resistencia que podría impulsar a Netanyahu a continuar la guerra para garantizarse su propia supervivencia política.
“La gran pregunta es si Netanyahu está o no está a la altura de las circunstancias”, dice Rabinovich. Además, y sin importar la respuesta de Netanyahu, el fin de la guerra en Gaza no resolvería en lo inmediato la guerra de Israel con Hezbollah en el Líbano, donde Tel Aviv ya tiene una invasión terrestre en curso, como tampoco su eterno conflicto con Irán.
Patrick Kingsley
Traducción de Jaime Arrambide
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