Por primera vez, el Papa tendrá un “asistente sanitario personal”: designó al enfermero que “le salvó la vida”
Se trata de Massimiliano Strappetti, quien el año pasado le recomendó someterse a la cirugía de colon para resolver el problema intestinal que padecía; el nombramiento es un reconocimiento a su labor de cuidado diaria
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ROMA.- En una designación que llamó la atención porque es la primera de este tipo y que evidentemente tiene que ver con sus limitaciones por los problemas de su rodilla derecha, el papa Francisco nombró hoy a Massimiliano Strappetti, el enfermero que “le salvó la vida” el año pasado cuando se operó de colon, como su “asistente sanitario personal”.
El nombramiento de Strappetti, enfermero coordinador de la Dirección de Sanidad e Higiene del Vaticano, a un cargo que los anteriores pontífices no tuvieron, se conoció por el habitual boletín diario del Vaticano. Fuentes del Vaticano consultadas por LA NACION confirmaron que se trata de un cargo papal nuevo, que no tuvieron otros pontífices. “No es un rol que haya visto antes”, dijo una de las fuentes, al recordar que Juan Pablo II (1978-2005), cuyos últimos años de pontificado estuvieron marcados por su enfermedad de Parkinson y otros achaques, era asistido por monjas-enfermeras polacas.
Los papas normalmente tienen médicos personales; Francisco, de hecho, tiene uno que es el geriatra Roberto Bernabei. La designación de Strappetti como “asistente sanitario personal” también es vista como una forma de agradecimiento a su labor. “Es claro que en el caso de hoy el Papa quiso dar un reconocimiento oficial a la persona que está cerca de él a diario y es quien lo asiste de más cerca”, dijo otra fuente informada del Vaticano.
“Me salvó la vida”
Strappetti, de 53 años, casado y padre de familia, saltó a la fama en septiembre del año pasado, cuando en una entrevista con la radio española Cope el Papa, hablando de la operación de colon a la que se sometió el 4 de julio del año pasado, reveló que un enfermero le había salvado la vida. Fue Strappetti, en efecto, quien le recomendó someterse a la cirugía para resolver el problema intestinal que padecía.
“Me dijo: ‘Usted tiene que operarse’. Había otras opiniones: ‘No, que con antibiótico…’ y él me explicó muy bien. Es enfermero de acá, del servicio sanitario nuestro, del hospital del Vaticano”, contó entonces. “Hace treinta años que está aquí, un hombre de mucha experiencia. Es la segunda vez en la vida que un enfermero me salva la vida”, agregó. Y recordó que la primera vez había sido en 1957, cuando a los 21 años tuvo una pulmonía grave, fue internado en un hospital porteño y una enfermera le recomendó que tomara el doble de antibióticos de lo que le había recomendado el médico.
En esa entrevista Francisco también dio detalles de la cirugía de colon por la que sacaron 33 centímetros de intestino y por la que pasó diez días en el hospital Gemelli de esta capital. Durante esa internación, en efecto, Strappetti apareció junto al Papa durante la oración del Angelus del domingo 11 de julio, cuando también rodearon al pontífice niños internados en el sector pediátrico oncológico.
Muy reservado, gentil y discreto, según quienes lo conocen, Strappetti llegó a trabajar al Vaticano, donde asistió a Juan Pablo II y a Benedicto XVI, papa emérito, después de haber comenzado su carrera y trabajado varios años en la terapia intensiva del hospital Gemelli.
Hincha de la Lazio, uno de los dos clubes de Roma, en su perfil de Facebook aparecen fotos de él junto a su esposa y a sus hijos.
La salud del Papa
Con un problema de ligamentos en su rodilla derecha desde principios de año, el Papa desde mayo pasado está utilizando una silla de ruedas, así como un bastón y en el último viaje a Canadá, un andador. En una entrevista que concedió recientemente a Reuters, en la que lamentó haber tenido que suspender por esta dolencia un viaje a África previsto para principios de julio, el Papa reveló que debido a un paso en falso tuvo una pequeña fractura en la rodilla, aunque aseguró que está mejorando lentamente a través de diversas terapias, que inclyen láser y magnetos.
Ayer llegó caminando a la audiencia general de los miércoles, ayudado por un bastón.
En la conferencia de prensa que concedió durante el vuelo que lo trajo de regreso a Canadá, si bien reconoció que deberá bajar el ritmo, dejó en claro que tiene la voluntad de seguir haciendo viajes internacionales, entre los cuales uno a Kiev, capital de la martirizada Ucrania, que podría darse en agosto. Reiteró, además, que no quiere operarse de la rodilla, porque le cayó mal la anestesia general a la que se sometió el 4 de julio del año pasado, cuando se operó de colon.
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