La pandemia comienza a carcomer la imagen local e internacional de Putin
Vladimir Putin, había planificado que éste fuera su fin de semana de gloria. Para el desfile por el 75 aniversario del "Día de la Victoria" en la Segunda Guerra, la fecha más importante del calendario político ruso, ya habían comprometido su asistencia el presidente chino Xi Jinping, el francés Emmanuel Macron y los máximos mandatarios europeos. El referéndum del 22 de abril para reformar la Constitución le iba a habilitar la permanencia en el poder hasta 2036 para convertirse en el líder con más tiempo en el cargo en la historia rusa. Y hasta se iba a inaugurar en Moscú, también este fin de semana, una catedral ortodoxa con un enorme mosaico del rostro presidencial.
Pero en cuestión de días el confinamiento por el coronavirus lo arruinó todo. No hubo desfile de gloria en la Plaza Roja, tampoco referéndum, la inauguración de la catedral quedó pospuesta, la brutal caída del precio del petróleo vació los bolsillos del gobierno y el mal manejo de la crisis hundió la popularidad de Putin al peor registro de su mandato. El presidente prácticamente desapareció de los medios públicos y la gente hizo oír su reclamo.
"El gobierno no está haciendo nada para ayudarnos. La facturación de mi restaurante se redujo a un 30% de lo habitual porque sólo podemos atender por delivery. Y aunque por ahora puedo pagar el sueldo de las veinte personas que trabajan en el local, no me alcanza para el alquiler y menos para los impuestos. Y la mayoría de los pequeños comercios estamos igual", se quejó en diálogo telefónico con LA NACION Yuri Gabelyuk, 58 años, dueño del restaurante de comida india Khajuraho, en el centro de Moscú.
En un español aprendido en la época soviética cuando estudió Ingeniería en Construcción en la Universidad de la Amistad de los Pueblos, de Moscú, Gabelyuk recordó: "Desde los tiempos de la URSS, todos los presidentes fueron muy hábiles para la política exterior y los grandes temas, pero los problemas cotidianos de la gente quedan en un segundo plano. En eso, Putin no es la excepción".
Rusia acumuló hoy mil 915 muertos entre 209 mil 688 casos de coronavirus SARS CoV-2, causante de la pandemia de Covid-19, tras registrarse 88 fallecidos y 11 mil 12 nuevos contagiados, mientras que 34 mil 915 pacientes rebasaron la enfermedad.Más[R] https://t.co/JE84qHxxIdpic.twitter.com/4SnWkHJt9c&— PL Agencia Prensa Latina (@PLprensalatina) May 10, 2020
Desde que comenzó a expandirse en Rusia el coronavirus a comienzos de marzo -aproximadamente en la misma fecha que en la Argentina-, la curva fue ascendiendo de manera dramática y hoy ya se registran 10.000 nuevos casos por día, hay más de 180.000 infectados, aunque con una tasa de mortalidad muy baja, inferior al 1% -en la Argentina es más del 5%-, alrededor de 1700 fallecidos.
Pero la cuarentena decretada hace ya más de un mes golpeó duramente la economía y el gobierno sólo lanzó pequeñas medidas paliativas. Su paquete de ayuda destinado principalmente a las grandes empresas estatales no alcanza al 3% del PBI, mientras el de Alemania es del 22% y el de Estados Unidos el 10%, e incluso en la Argentina es de casi el 6%. Además, el PBI ruso caerá un 5,5% este año y el desempleo se disparará de 2,5 millones de personas a 8 millones, según prevé Alexei Kudrin, supervisor de Cuentas de la Federación Rusa.
La tormenta sanitaria, económica y política se vio aún más ensombrecida con el mayor hundimiento de su historia del precio del petróleo y el gas, que representan el 16% del PBI, el 52% de los ingresos del Estado y el 70% de las exportaciones.
En estos días Putin cometió además una serie de errores no forzados, como cuando dijo que se enorgullecía de que el 70% de los rusos perteneciera a la "clase media" porque ganaba el salario mínimo de 12.130 rublos (165 dólares) o cuando anunció un impuesto "a los ricos" con depósitos superiores a un millón de rublos (13.000 dólares, el 55% de los depósitos en los bancos rusos). También se enfrentó en la televisión pública con Anastasia Tatulova, la dueña de la popular cadena de cafés Anderson, con decenas de locales en todo el país, que tuvo que cerrar sus puertas por la cuarentena y le recriminó la "tragedia" que estaban atravesando las pymes y los comercios. La reacción de Putin fue eliminar a Tatulova de la comisión asesora estatal.
[R][R] | RUSIACon más de 190.000 contagiados , Rusia es ya el quinto país del mundo en número de casos confirmados. La primavera que Putin esperaba soleada se ha convertido en una enorme prueba. Y la afronta con un nivel de popularidad bajo mínimos#rusia#coronavirus@el_paispic.twitter.com/mUKMzvsejR&— Coronavirus NEWS[R][R] (@CoronavirusNewv) May 9, 2020
En un país donde la oposición está desarticulada, la popularidad del presidente, históricamente altísima, cayó en abril al 59%, la más baja de su gestión en 20 años, según la encuesta del instituto privado Levada.
El empresario ruso-argentino Sergei Mamontoff, propietario de una consultora de comercio exterior con sede en Moscú, confirmó la baja en el apoyo a Putin. "Hay un popular dicho ruso de la época del zarismo que decía: "El zar siempre es bueno, su entorno es malo", como una manera de exculpar siempre al líder. Pero esto para Putin se acabó. La gente se dio cuenta de que él vive encerrado en su burbuja y que no tiene idea de lo que le pasa al ruso común", dijo Mamontoff, que fue sorprendido por la cuarentena en Buenos Aires, donde tiene una casa en la zona de Tigre. Su doble nacionalidad le permite comparar la reacción de uno y otro gobierno. "En la Argentina al menos dieron una ayuda de emergencia de 10.000 pesos, pero en Rusia no hubo nada. Sólo un pequeño socorro para los jubilados, equivalente a 2000 pesos".
Sin embargo, en un país donde el 40% de la fuerza de trabajo son empleados estatales que tienen asegurado el sueldo aunque permanezcan en sus casas, la estabilidad de Putin no parece estar en juego. "El poder del presidente está fundado en varios pilares que no tambalean fácilmente, incluido el dominio estatal de los medios de comunicación", explicó a LA NACION Zachary Witlin, especialista de la consultora Eurasia Group, con estudios de posgrado en Rusia. "Tendrían que pasar muchos años de bajos precios del petróleo y una gran quita de apoyo a los empleados y empresas para que realmente el poder de Putin se vea amenazado", agregó.
Además, por varios motivos, tampoco ha quedado en el horizonte político ruso ninguna figura en condiciones de desplazar la estrella del líder del Kremlin. "Sólo hay una oposición pequeña, fragmentada e ineficaz. El sistema político, la cobertura mediática y especialmente la popularidad de Putin siempre terminan por opacar cualquier intento de hacerle sombra", concluyó Witlin.
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