Por no estar vacunado, Jair Bolsonaro tuvo que comer pizza en la calle en Nueva York
La cena al aire libre fue, según la prensa brasileña, una consecuencia de su rechazo a inmunizarse contra el Covid-19; el primer mandatario viajó en el marco de las Asamblea General de las Naciones Unidas
- 3 minutos de lectura'
Ayer por la noche, el presidente de Brasil, Jair Bolsonaro, fue fotografiado cenando una porción de pizza en las calles de Nueva York, una consecuencia, según la prensa brasileña, de su rechazo a vacunarse contra el coronavirus.
El primer mandatario brasileño viajó a la Gran Manzana en el marco de la Asamblea General de las Naciones Unidas. Sin embargo, como no está inmunizado contra el Covid-19, Bolsonaro no tiene el pase sanitario que permite el ingreso a restaurantes y demás sitios públicos de Nueva York.
Pese a las dificultades que enfrentaría el presidente para cenar fuera de su hotel, los ministros que lo acompañan aseguraron que la decisión de comer pizza en la calle fue tomada por Bolsonaro por su “sencillez”.
”El presidente es una persona a la que le gusta ir a ambientes más simples, incluso en Brasil. Lo mismo que hace ahí, lo hace aquí”, dijo a la prensa el lunes el ministro de Salud, Marcelo Queiroga, presente en la improvisada cena.
Además de Queiroga, el presidente de Caixa, Pedro Guimarães, los ministros de la Secretaría General, Luiz Eduardo Ramos, de Justicia, Anderson Torres, y de Turismo, Gilson Machado, y el secretario de asuntos especiales de la presidencia, Flávio Rocha, estaban con Bolsonaro. La foto fue publicada en las redes sociales por Gilson y Ramos, y generó muchos comentarios porque Bolsonaro no estaba vacunado y no podía ingresar a los restaurantes.
“Cena de lujo en Nueva York”, bromeó en Twitter el ministro de la Secretaría de la Presidencia, Luiz Eduardo Ramos, en un tuit publicado el domingo por la noche, que adjuntó con una foto de Bolsonaro disfrutando de una porción de pizza junto a varios miembros de su delegación.
Jantar de luxo em NYC. @jairbolsonaro @gilsonmachadont @mqueiroga2 @andersongtorres pic.twitter.com/SVQuFZXHGY
— Ministro Luiz Ramos (@MinLuizRamos) September 20, 2021
“A Bolsonaro le gusta simular simplicidad y modestia en momentos así , pero no se trata de gusto o elección, sino de una imposición de la ley vigente en Nueva York”, explicó el célebre columnista Reinaldo Azevedo en el portal de noticias Uol.
Como marca la tradición, el presidente brasileño debe pronunciar el primer discurso en la Asamblea General de la ONU el martes, aunque su participación fue puesta en duda durante unos días.
En un principio, las autoridades sanitarias de Nueva York sostuvieron que el anfiteatro de la Asamblea General es “un centro de convenciones” sujeto a las mismas reglas sanitarias que la mayoría de los espacios cerrados.
No obstante, el último jueves, el presidente de la Asamblea General, Abdulla Shahid, escribió a los delegados de los estados miembros para especificarles que basta con declarar que no son portadores del virus (por medio de la vacuna, una prueba negativa o la ausencia de síntomas).
Objeto de duras críticas por su gestión de la crisis sanitaria durante la pandemia, Bolsonaro, que suele decir que ya está inmunizado tras haberse contagiado de coronavirus el año pasado, ha afirmado reiteradamente que será “el último brasileño” en recibir una vacuna contra el coronavirus, que ya se han inyectado 222 millones de dosis en su país.
Tras llegar a Nueva York el domingo por la noche, tuvo que usar la puerta trasera para ingresar a su hotel para no toparse con los manifestantes que lo esperaban frente a la entrada principal a gritos de “¡Fuera Bolsonaro!”, según la prensa local.
Agencias AFP y Reuters
Otras noticias de Covid
- 1
El chavismo afirma que el opositor que dejó la embajada argentina colabora activamente con la Justicia
- 2
Un ómnibus chocó con un camión y se prendió fuego: 32 muertos
- 3
Cómo el caso Pelicot relanzó debates jurídicos y sociales y qué podría cambiar tras la sentencia en Francia
- 4
Día clave en Venezuela: Maduro extrema la represión y piensa en su nuevo mandato como punto de partida hacia un “sistema cubano”