Por la tercera ola y la campaña oficial, ahora los rusos hacen cola para vacunarse
La tercera ola de casos de Covid-19 y la campaña del gobierno obligaron a la población a abandonar su reticencia y acudir masivamente a los centros de vacunación
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VLADIMIR, Rusia.- Alexander intentó tres veces durante diez días obtener su primera dosis de la vacuna contra el coronavirus Sputnik V de Rusia en su ciudad natal de Vladimir. Dos veces, los suministros se agotaron mientras él estaba en la cola.
“La gente hace fila desde las 4 de la mañana, aunque el centro abre a las 10 de la mañana”, dijo el hombre de 33 años, cuando finalmente entró en la sala de vacunación sin cita previa en la ciudad, donde las iglesias medievales con cúpulas doradas atraen a multitudes de turistas.
Una tercera ola de infecciones por Covid-19 elevó las muertes diarias reportadas en Rusia a niveles récord en las últimas semanas, y la lenta demanda de vacunas de una población cautelosa finalmente comenzó a crecer con un gran impulso oficial para impulsar la aceptación.
El cambio representa un desafío para Rusia, que firmó contratos para suministrar la Sputnik V a países de todo el mundo. Con la vacunación ahora obligatoria en algunas regiones de Rusia para las personas que trabajan en estrecho contacto con el público, como los mozos y los taxistas, apareció una escasez.
“En el último minuto, todos decidimos vacunarnos al mismo tiempo”, dijo Maria Koltunova, representante del regulador regional de salud de Vladimir, el 16 de julio. “Esto causó un problema”. El mes pasado, el Kremlin atribuyó a la escasez de vacunas en algunas regiones el aumento de la demanda y las dificultades de almacenamiento, pero dijo que se resolverían.
En los mostradores de turnos de cuatro clínicas en diferentes ciudades de la región de Vladimir en general, la semana pasada, se le dijo a Reuters que no había vacunas disponibles en ese momento. Los primeros turnos disponibles eran para el mes próximo y ninguna pudo dar una fecha.
El Ministerio de Industria dijo que estaba trabajando con el Ministerio de Salud para cerrar la brecha de demanda en lugares donde había aumentado. Rusia está produciendo 30 millones de conjuntos de dosis por mes, dijo el Ministerio de Industria, y puede escalarlo gradualmente hasta una cifra mensual de 40 a 45 millones de dosis durante los próximos meses.
Faltantes
En general, se liberaron casi 44 millones de dosis completas de todas las vacunas para la vacunación de los 144 millones de habitantes de Rusia, dijo el ministro de Industria la semana pasada. El primer ministro Mikhail Mishustin ordenó al gobierno el lunes que verifique qué vacunas estaban disponibles.
Un laboratorio en la India dijo que el despliegue completo del país tendría que suspenderse hasta que el productor ruso proporcione cantidades iguales de sus dos dosis, que son de diferentes tamaños. La Argentina y Guatemala también informaron retrasos en los suministros prometidos.
A pesar de su lanzamiento de vacunas en enero y aprobar cuatro vacunas de cosecha propia para uso doméstico, Rusia había dado a solo el 21% de toda su población una inyección para el 9 de julio, el ministro de Salud, Mikhail Murashko, aunque contando solo adultos la cifra sería más alta.
El Kremlin culpó anteriormente al “nihilismo” entre la población, mientras algunos rusos hablaron de la desconfianza, tanto de las nuevas drogas como de los programas gubernamentales.
En Vladimir, el repentino aumento en la demanda se debió a una tercera ola de coronavirus, pero también a una serie de medidas gubernamentales. Por ejemplo, la región ordenó a algunas empresas del sector público y de la industria de servicios que vacunaran al menos al 60% de sus empleados con una dosis.
Nueve de cada 12 personas a las que Reuters se acercó en los centros de vacunación dijeron que no querían vacunarse, pero que sus empleadores las presionaron. Y el Departamento de Salud dijo que estaba trabajando en universidades, empresas y centros comerciales para persuadir a la gente de que se vacune.
Pero las vacunas no alcanzan. En un café de Vladimir llamado ZZZed, el dueño Alexander Yuriev, junto con los funcionarios de Salud de la ciudad, establecieron un centro de vacunación, comenzando por los trabajadores de los restaurantes de la ciudad.
La gente llenó sus formularios de consentimiento sentados en el bar, debajo de una bola de discoteca. “Ahora tenemos una cola de alrededor de 1000 personas”, dijo Yuriev, y agregó: “Estamos limitados por la falta de vacunas en la región”.
Agencia Reuters
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