Por la matanza en Virginia, crece el reclamo de restringir el uso de armas
Como sucedió con otros tiroteos, el debate se potenció, alimentado por el presidente; "Hay que entender que son más los que mueren por estos crímenes que por atentados terroristas", dijo Obama
WASHINGTON.- "De alguna forma, hay que parar a todos esos locos." Un día después de que un alterado mental matara "en directo" a dos periodistas que transmitían por televisión e hiciera con ello su propio y macabro show en las redes sociales, este país repitió el rito del duelo que suele seguir a estos episodios, pero con interrogantes adicionales ante el sesgo particular que le imprimió el asesino.
"¿Por qué en este país hay tantas matanzas y por qué los homicidas se esfuerzan en morbosas coreografías rituales?", fue una de las preguntas colectivas que siguió al asesinato de la reportera Alison Parker y del camarógrafo Adam Ward a manos de un violento ex compañero de trabajo que, antes de suicidarse, arguyó que con eso buscaba una venganza personal.
Con argumentos en los que no faltaron apelaciones a una "exceso de narcisismo paranoide" que "debería poder detectarse y controlarse" en instancias educativas y laborales, numerosos expertos ensayaron diversas razones.
Ese clamor incluyó al controvertido candidato republicano Donald Trump, que apuntó: "Debemos concentrarnos en lo que está pasando con la salud mental en nuestro país", ante la reiteración de casos en los que un desequilibrado mental busca su propio minuto de fama cargándose a víctimas inocentes.
La muerte en la localidad de Montana, en el estado de Virginia, de los dos periodistas del canal local WDBJ coincidió con la imposición de 3318 años de prisión a James Holmes, el joven que, hace tres años, mató a 12 personas e hirió a otras 50 al disparar dentro de una sala de cine en la que se proyectaba la última entrega de la saga de Batman.
"Nuestra decisión es que este joven no se reinserte nunca más en la sociedad", dijo el juez Carlos Samour, al formalizar la condena del jurado que eligió enviar al ex estudiante de neurociencias a prisión perpetua, en lugar de aplicarle la pena de muerte, como había pedido la fiscalía.
Esposado, pero con aspecto mucho más saludable que cuando apareció disfrazado de Guasón luego de haber perpetrado su sangrienta barbarie en el cine de la localidad de Aurora, en Colorado, Holmes optó por guardar silencio cuando Samour le preguntó si quería hacer algún comentario.
Al igual que ocurrió entonces y como se repitió en cada caso -incluida la matanza a balazos de 20 niños de una escuela de Connecticut, a manos de un joven que luego se suicidó-, la muerte "en directo" de Parker y Ward renovó los llamados a producir una legislación más restrictiva del fácil acceso a armas de fuego que existe en esta sociedad.
"Hay que entender de una vez que son más los que mueren por crímenes de este tipo que por atentados terroristas", sostuvo el presidente Barack Obama, en un argumento que suele repetir en sus -hasta ahora- vanos intentos de producir una legislación en ese sentido.
Sin embargo, uno de los argumentos más potentes en esa dirección lo produjo Andy Parker, el padre de la cronista de WDBJ que encontró la muerte a manos de su desequilibrado ex colega Vester Lee Flanagan.
"Algo hay que hacer con todos estos locos que compran armas", dijo, desolado. "Yo entiendo que la Constitución ampara la tenencia y entiendo que ése es un derecho difícil de modificar. Pero no se puede permitir que cualquier trastornado haga cosas como las que le pasó a mi hija", añadió.
Con toda su pena, es muy posible que el clamor de las familias y de la sociedad conmovida por lo que vivió caiga en saco roto. Con el Congreso en manos republicanas, es más que improbable que se apruebe una legislación en tal sentido.
Poco más se supo de Flanagan -alias "Bryce Williams", según su seudónimo profesional-, el iracundo ex periodista que acumuló rabia durante dos años hasta que la descargó a balazos contra quienes fueron sus colegas para luego suicidarse. Nada que no sume a un marcado perfil de violencia, disconformidad y capacidad de pleito que lo caracterizaba.
"Tanto los empleadores como las escuelas deberían hacer un seguimiento de las personas con semejante nivel de agresividad", fue una de las tantas propuestas que se escucharon a lo largo del día. En este caso, por parte de ex directivos del FBI que aseguran que la detección de ese tipo de perfiles "es posible".
La propuesta fue refutada por los numerosos antecedentes de testigos que aseguraron no haber notado "nada en particular" en quienes, súbitamente, toman un arma y producen una matanza como ésta.
"Nunca pensamos que Flanagan podría llegar a una cosa así", dijo Jefrey Marks, director de WDBJ. Lo hizo luego de admitir que el ex empleado era tan agresivo que fue necesaria la intervención policial para que dejara las oficinas cuando lo despidieron en 2013. "Una cosa es ser problemático. Otra, cometer un asesinato."
La clave vuelve a estar, parece, en la facilidad con que personas con semejante desequilibrio acceden a armas de fuego.
Las claves de un debate que se repite
El hecho
Dos periodistas mueren en vivo y en directo asesinados por un ex colega de perfil violento y racista
Antecedentes
En los últimos meses aumentaron los ataques a la comunidad afroamericana, con casos de brutalidad policial y asesinatos en masa en parroquias y escuelas
Debate
La opinión pública vuelve el foco al fácil acceso de los norteamericanos a las armas de fuego, agravado por la falta de control sobre los compradores
Escollo
La Constitución avala el derecho a la tenencia de armas
Lobby
Sectores políticos conservadores y poderosas asociaciones civiles, como la Asociación Nacional del Rifle, impiden el avance de controles y límites
Temas
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