Por la ley del velo, expulsan en Francia a alumnas musulmanas
Se negaban a quitarse los pañuelos
PARIS.- Tres niñas musulmanas que se negaron a quitarse los pañuelos con que cubren su cabeza fueron expulsadas de las escuelas estatales a las que asisten por violar una nueva ley que prohíbe la exhibición de símbolos religiosos en colegios y oficinas públicas, hecho que reavivó el debate sobre la polémica medida.
Las niñas, dos de ellas de 12 años y la tercera de 17, fueron expulsadas en Mulhouse, en el este de Francia, y en Flers, al oeste, y se convirtieron en los primeros casos en los que se aplica la denominada ley del velo, aprobada en marzo y que entró en vigor al comienzo del año académico, en septiembre.
El consejo disciplinario de Mulhouse decidió expulsar a las dos niñas de 12 años, ambas excelentes estudiantes, después de que los responsables de su colegio intentaran en vano explicar a las familias durante dos meses la necesidad de aceptar la ley, que también prohíbe el uso de la "kippá" o solideo judío, de cruces cristianas ostentosas y otros signos religiosos.
Desde septiembre, las tres alumnas ahora expulsadas recibían clases en salas privadas, no entraban ni salían a las mismas horas que el resto de sus compañeros y no podían unirse a ellos en las horas de recreo. Pasadas algunas semanas, las dos alumnas de Mulhouse cambiaron el velo por una gran cinta que cubría sus cabellos, aunque el gesto no sirvió para convencer a los responsables del colegio.
Según las dos jóvenes, sus padres no son partidarios del uso del pañuelo islámico pero ellas prefieren utilizarlo "por pudor" y no por razones religiosas. Las familias de ambas anunciaron que presentarán un recurso al rector del centro antes de acudir a un tribunal administrativo para lograr que sus hijas vuelvan a la escuela y completen sus estudios.
En el caso de los menores de 16 años -la edad legal para terminar la escuela- los estudiantes deben continuar su educación en escuelas privadas, por correspondencia u otros medios.
Los casos de Mulhouse y Flers no son los únicos, ya que esta semana están programadas en el país nueve audiencias en consejos disciplinarios, que podrían decidir medidas similares con alumnas musulmanas que se niegan a dejar de usar los pañuelos. Unos 600 casos de desobediencia de la ley fueron contabilizados al comenzar el año escolar, pero la gran mayoría fue resuelta mediante la denominada fase de diálogo, establecida en la ley. Sin embargo, unas 66 jóvenes estudiantes musulmanas se encuentran todavía en aquella fase con sus tutores y profesores para evitar el consejo disciplinario y el riesgo de expulsión si continúan negándose a acatar la ley.
Si bien la mayoría de los que desobedecieron la ley son estudiantes musulmanas, entre los casos se encuentran algunos escolares sikhs que se negaron a quitarse el turbante. La pequeña comunidad sikh de Francia, calculada entre 5000 y 7000 personas, se enteró de que los turbantes también fueron afectados por la ley.
Según responsables educativos, las expulsiones de alumnos se retrasaron por el secuestro de dos periodistas franceses en Irak, retenidos por un grupo radical islámico desde el 20 de agosto, que pidió en un principio a cambio de su liberación la abolición de esta ley. No obstante, el Ejército Islámico en Irak acabó retirando esta petición, considerada una injerencia en los asuntos internos franceses. Los dos periodistas, Christian Chesnot y Christian Malbrunot, siguen retenidos en Irak.
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