Por el avance de la ómicron, Italia endurece los requisitos para los turistas europeos e irrita a la UE
A partir de mañana y hasta el 31 de enero incluso los ya vacunados que ingresen de países del bloque deberán hacer un test de hisopado; quienes no estén inmunizados deberán hacer una cuarentena de cinco días
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ROMA.- Para frenar el inexorable y cada vez más preocupante avance de la variante ómicron, Italia decidió blindar a partir de mañana sus fronteras, exigiendo incluso a los vacunados que ingresen de países de la Unión Europea (UE) un test de hisopado negativo, en una ordenanza que irritó a Bruselas, que pidió explicaciones.
Si hasta ahora para entrar desde países pertenecientes al bloque solo hacía falta el denominado “green pass” -el pase sanitario que se obtiene con la vacunación, un certificado de alta de la enfermedad o con un test de hisopado negativo-, a partir de mañana y hasta el 31 de enero las cosas cambiarán.
Más allá de la vacunación, será necesario para todos hacer un test de hisopado; y los no vacunados, aunque con hisopado negativo, deberán hacer una cuarentena de cinco días. Quedarán exceptuados los chicos menores de 12 años cuyos padres se han vacunado, que no deberán aislarse pese a no estar inmunizados. Y en los próximos días probablemente también se hará otra excepción para los llamados “transfrontalieri”, es decir, esas personas que viven muy cerca de la frontera que, por ejemplo, todos los días cruzan a Suiza para trabajar y vuelven, o viceversa.
Reacción de la UE
La nueva vuelta de tuerca, anunciada el mismo día en que el gobierno de Mario Draghi decidió prolongar el estado de emergencia que reina en Italia desde enero de 2020, hasta el 31 de marzo del año próximo, no cayó bien en Bruselas. Desde hace varios meses, desde cuando se habían ido levantando los diversos y sucesivos confinamientos, en el seno de la UE las medidas de viaje eran homogéneas.
“Cuando los Estados miembros introducen ulteriores condiciones o las vuelven más severas, como en el caso de Italia y quizás Portugal, esta decisión debe ser justificada sobre la base de la situación real”, se quejó Vera Jourova, vicepresidente de la Comisión Europea. El tema será tratado en el Consejo europeo que tendrá lugar mañana, adelantó la funcionaria, que subrayó que “estas decisiones individuales de los Estados minan la confianza de las personas en el hecho de que las condiciones sean iguales en todos lados en la UE”. Jourova recordó que el llamado “certificado verde” fue uno de los “proyectos de mayor éxito de la Unión de los últimos años porque ayuda a las personas a viajar, el turismo a sobrevivir y los servicios a seguir adelante”. Hasta ahora este implicaba que los ciudadanos europeos pudieran viajar en toda la UE estando vacunados, o teniendo un certificado que indica que cursaron la enfermedad o se hicieron un test negativo.
Si bien los Estados miembros tienen el poder de introducir ulteriores requisitos al “green pass”, el gran temor que dejó claro Jourova es que la nueva disposición de Italia signifique la muerte del “certificado verde”.
Lo cierto es que el primer ministro italiano, Mario Draghi, que mañana participará de la reunión del Consejo europeo, defendió ante el Parlamento la nueva medida, que es totalmente legal, al destacar que si bien la ómicron, que tiene una capacidad de difusión netamente superior a las demás variantes, en Italia aún no es dominante -está por debajo del 0,2% de los casos-, para prevenir escenarios más complejos, como se están dando en otros países europeos, había que subir la guardia.
Restricciones
En esta perspectiva y con la idea de que no hay tiempo que perder y que la vacunación es la única arma para defenderse, el gobierno también decidió prolongar hasta el 31 de enero la duración del llamado “súper green pass” o green pass reforzado. En principio este pase, que castiga a los no vacunados porque no les permite entrar a restaurantes, cines, teatros, estadios, que entró en vigor desde el 6 de diciembre, iba a durar hasta el 15 de enero.
“La llegada del invierno y la difusión de la variante ómicron, mucho más contagiosa de las más dominantes hasta ahora, nos imponen máxima atención en la gestión de la pandemia”, subrayó Draghi. En su intervención ante el Parlamento, el expresidente del Banco Central Europeo y prestigioso economista destacó que los contagios están aumentando en toda la UE –en la última semana se registró un promedio de 57 casos por día cada 100.000 habitantes- y aunque en Italia la incidencia es más baja, casi la mitad, igual está en crecimiento. En este marco, diversas ciudades, como Nápoles y Venecia, decidieron cancelar eventos, conciertos y demás festejos que se habían previsto para celebrar el aquí llamado “Capodanno”, Año Nuevo.
Luego de invitar a los italianos a mantener “máxima cautela” y a “seguir respetando las reglas que nos hemos dado”, para que no se creara demasiada alarma, el primer ministro también destacó que la situación actual es totalmente distinta a la del año pasado, cuando los italianos vivieron una Navidad marcada a fuego por el confinamiento y los cierres.
“El número total de personas actualmente positivas al virus en Italia es 297.000. Hace 12 meses eran 675.000, pese a un nivel de restricciones mucho mayor. Las personas internadas son 8026, el 14 de diciembre de 2020 eran 30.860. En los últimos 7 días hubo un promedio de 95 decesos por día; en el mismo período, hace un año, había habido 629″, recordó. “Debemos ser prudentes, pero nos acercamos a la Navidad más preparados y más seguros”, agregó el premier, al recordar que la mejora de la situación se debe sobre todo a una campaña de vacunación exitosa, por la que más del 85% de la población mayor de 12 años ya recibió las dos dosis y casi el 20%, la tercera.
En este marco Draghi, que goza de gran popularidad, volvió a llamar a los no vacunados –unos 6 millones de personas- a hacerlo lo antes posible y a quien ya se dio las dos dosis, a darse la tercera “apenas posible”. “Como demuestra un reciente estudio del Instituto Superior de la Sanidad, los no vacunados tienen un riesgo de morir 11 veces mayor respecto a quien ya recibió la segunda dosis y casi 17 veces mayor respecto a quien ya se ha dado la tercera”, indicó. “Vacunarse es esencial para protegernos a nosotros mismos, a nuestros seres queridos, nuestra comunidad. Y es esencial para seguir manteniendo abierta la economía, las escuelas, los lugares de socialidad, como logramos hacer hasta ahora”, concluyó.
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