Se inventó hace más de 40 años inspirado en una artista, hermana de una diseñadora de juegos de mesa; ninguna de las empresas que hoy lo comercializa lo hace con la licencia original
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Es el juguete “imprescindible” del momento. Simple pero irresistible. Son pequeñas protuberancias de goma que se pueden empujar hacia adentro y hacia afuera y que producen un sonido estilo “pop” y provoca una sensación muy satisfactoria.
Ya sea que se use como un juego, un juguete o simplemente como una forma relajante de calmarse en estos tiempos difíciles, el pop-it apareció supuestamente de la nada el año pasado en tiendas, mercados y en internet.
El impacto de este exitoso producto, que en realidad se inventó hace más de 40 años, aumentó gracias a un video de un mono capuchino en Carolina del Norte, Estados Unidos, jugando con él.
¿Cómo nació la idea?
El pop-it original fue una creación de dos diseñadores de juegos israelíes: Theo y Ora Coster. Ellos inventaron más de 190 juegos. Uno de los más famosos es “Guess Who?” (Traducido como “Adivina quién” o “¿Quién es quién?”), un juego de reconocimiento de caras que se vendió en varios idiomas en todo el mundo.
Theo nació en Ámsterdam en 1928 y fue compañero de clase de Ana Frank, cuyo diario se convirtió en uno de los relatos más conocidos del holocausto nazi.
Sobrevivió a la guerra viviendo con una familia no judía y cambiando el nombre que tenía -Morris Simon- porque sonaba demasiado judío. En 1955, condujo hacia Israel en una moto. Allí eligió vivir y conoció a su esposa Ora, profesora de arte. Fusionaron sus nombres para formar su empresa, Theora Design.
La pareja comenzó produciendo cosas para que las empresas las regalaran como obsequios, incluido un palito de helado muy exitoso que también funcionaba como un juguete de construcción. Eso generó suficiente dinero y les permitió concentrarse en diseñar juegos.
El primer juguete pop-it tuvo una inspiración trágica. Cuando la hermana de Ora, que era una artista, murió de cáncer de mama en 1974, a Ora se le ocurrió una idea en un sueño.
“Ella dijo: ‘Theo, imagina un gran campo de senos, senos de mujer, que puedas empujar el pezón’. Ella era muy abierta, decía lo que le venía a la mente, a cualquiera”, dice Boaz Coster, el hijo de Theo y Ora que dirige la empresa con su hermano Gideon.
“Ella le dijo: ‘Haz como una alfombra de pezones que puedas presionar de un lado a otro. Y él hizo exactamente eso”, añade. La pareja produjo algunos prototipos, pero la idea no prosperó, en parte porque la goma de silicona con la que están hechos los pop-its actuales no estaba disponible en ese momento.
Impulso de las redes sociales
Hace unos años, los hermanos desempolvaron la idea de sus padres, que había estado archivada desde la década de 1970 y llegaron a un acuerdo con Foxmind, la compañía de juegos con sede en Montreal. Se volvió a presentar como “Last One Lost”, un juego de dos jugadores en el que los participantes se turnan para empujar las burbujas y tratan de evitar empujar la última.
Lanzado en 2014, vendió “algunos miles”, dice Boaz. Pero en 2019 lo empezó a vender el minorista estadounidense Target.
“Comenzaron a vender un poco más, pero aún así no fue un éxito, hasta que alguien creó algunos videos y clips en TikTok y YouTube. Y había uno específico con un pequeño mono que presiona desde un lado y luego lo gira y presiona desde el otro lado”, explica.
“Fue la esencia de la idea en la que pensaron nuestros padres y esto generó 500 millones de visitas”, cuenta Boaz.
El nombre del mono “influencer” es Gaitlyn Rae y es una hembra. Vive en Elizabeth City, Carolina del Norte con sus dueños, Jessica Lacher, quien tiene una granja y su esposo, Paul, que dirige una empresa de riego.
“Alguien le envió un pop-it para su cumpleaños”, dice Jessica. “Esa fue la primera vez que lo veíamos. No sé si era original o no pero luego lo comenzaron a hacer otras marcas y sus fans siguieron enviándolos. Quiero decir, tenemos cajas y cajas de pop-its”, describe. Y así nació la locura.
Luchar contra las imitaciones
Ahora puedes comprar piñas pop-it, dinosaurios, unicornios, pistolas, logos de Apple, incluso el personaje de televisión infantil Peppa Pig, ninguno de ellos con licencia de Foxmind o Theora Design.
“El estimado de ventas es de entre 500 y 1.000 millones de copias”, afirma Boaz. “Pero el 99,99 % de ellas son imitaciones”, añade Gideon.
La mayoría de esos artículos se encuentran en tiendasy en Internet, pero ninguno tiene licencia, mientras que las versiones oficiales son difíciles de encontrar.
Amazon dice que está trabajando con Foxmind para proteger sus derechos de propiedad intelectual y los productos oficiales se muestran de manera más destacada en su plataforma de EE.UU.
La BBC se puso en contacto con algunas de las empresas que vendían pop-its sin licencia, pero ninguna quiso hablar con nosotros. Mientras tanto, Foxmind planea recuperar parte de ese mercado con diseños propios más innovadores. Y hacen lo que pueden para luchar legalmente contra los imitadores.
Pese a ello, los hermanos están encantados con la creatividad que ha desatado la idea familiar. Los pop-its se han utilizado para hornear dulces y pasteles, mientras que otros los usan para ayudar a las personas con autismo.
“No nos quejamos”, dice Booz.
Ora falleció hace unos meses, a los 90 años, feliz de que su invento se hubiera convertido en un éxito mundial después de todos estos años. Fue enterrada en un cementerio en Tel Aviv junto a su esposo Theo, quien había muerto 2 años antes.
Sus lápidas están diseñadas con referencias a uno de los juegos más famosos de la pareja: las tarjetas de “¿Quién es quién?”.
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