Pompeo, de gira por países árabes para forjar una coalición contra el régimen
El secretario de Estado de Trump se reunió con el rey saudita Salmán, como parte de una ofensiva diplomática
DUBAI.- "Necesitamos promover la seguridad marítima en el estrecho de Ormuz", se justificó ayer el secretario de Estado norteamericano, Mike Pompeo, después de reunirse con el rey Salmán de Arabia Saudita, en la ciudad de Yedda. La gira de Pompeo, que proseguirá en Emiratos Árabes Unidos, es parte de la ofensiva diplomática de Estados Unidos para formar una alianza contra Irán. Teherán desestima, sin embargo, las crecientes presiones y niega que las nuevas sanciones de Washington vayan a suponer ningún cambio. También desmintió que el ciberataque contra su ejército haya tenido efecto.
En un tuit, Pompeo calificó la reunión con el monarca saudita de "productiva", pero no dio otros detalles. Contra todo, antes de emprender el viaje explicó que, tanto en Yedda como en Abu Dhabi, su objetivo era abordar con sus interlocutores, "todos estratégicamente aliados", cómo forjar una coalición global" contra Irán.
"El intento de formar una coalición contra Irán no es algo nuevo; hasta ahora, esa clase de coaliciones ha fallado", desestimó poco después el vocero del Ministerio de Relaciones Exteriores de Irán, Abbas Mousavi. El ministro de Tecnología de la Información y Comunicaciones, Mohammad Javad Azari-Jahromi, también recurrió a Twitter para asegurar que su país no sufrió ningún daño tras los "presuntos ciberataques" norteamericanos. "Aunque se han esforzado, no tuvieron éxito", escribió.
El secretario de Estado de Donald Trump, que hablaba de "cambiar la naturaleza de lo que hace el régimen iraní", repitió la oferta a Teherán de negociar "sin precondiciones" para rebajar la tensión suscitada por el derribo del dron estadounidense por parte de la Guardia Revolucionaria la semana última y los sabotajes previos de barcos petroleros que Washington le atribuye también a ese ejército iraní.
Pero, tras la frustración del acuerdo nuclear, que Estados Unidos abandonó de forma unilateral el año pasado, destruyendo las esperanzas que los iraníes habían puesto en el pacto, resulta improbable que Teherán acepte esa invitación. De hecho, la única autoridad iraní que tiene poder de decidir en este asunto, el ayatollah Ali Khamenei, en su capacidad de líder supremo, rechazó de plano tal posibilidad, aconsejado y secundado por el ala más radical del régimen, que incluye a los altos mandos de la Guardia Revolucionaria. Ese sector siempre temió la pérdida de influencia que podía alentar la apertura económica que prometía el Plan Integral de Acción Conjunta (PIAC, nombre oficial del acuerdo).
"No es aceptable la supuesta disposición de Estados Unidos para negociar sin precondiciones mientras continúan las amenazas y sanciones. Si quieren algo más que el PIAC, tienen que dar algo más que el PIAC, y con garantías internacionales", explicó Hesameddin Ashena, asesor del presidente Hasan Rohani, en lo que algún observador ha querido ver como un indicio de que las negociaciones son posibles. Pero por mucho que ese sea el deseo de Ashena o su jefe, "ambos están en el punto de mira de los conservadores, que son a quienes escucha el líder", señala un analista iraní.
Pompeo insistió en que la campaña de la Casa Blanca va a continuar, como lo demostraría el paquete de sanciones anunciado ayer. Antes de conocer su contenido, el vocero iraní Mousavi descartó que puedan dar algún resultado. "Aun así nos tomamos en serio cualquier sanción y la consideramos un acto hostil consistente con el terrorismo y la guerra económica lanzados contra nuestra nación", dijo.
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