Polémico fallo en Myanmar: después de derrocarla, condenaron a la Nobel de la Paz Aung San Suu Kyi a dos años de prisión
La junta militar que gobierna el país desde la destitución de la histórica activista dio a conocer la primera sentencia entre varios procesos, en este caso, por incitación e incumplimiento de restricciones
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RANGÚN.- La Nobel de la Paz Aung San Suu Kyi pasó de ser la líder de Myanmar y cara de la transición democrática a mandataria derrocada y ahora a condenada a dos años de prisión, número que podría aumentar por otros proceso abiertos, en uno de los países más inestables del mundo, hoy a cargo de un régimen militar.
Una corte especial en la capital de Myanmar condenó en primer lugar a Aung San Suu Kyi a cuatro años de prisión tras declararla culpable de incitación y de incumplimiento de las restricciones contra el coronavirus, según un funcionario legal. Sin embargo, horas después anunciaron que el jefe de la junta militar, Min Aung Hlaing, “perdonó dos años” y redujo la pena a la mitad, dijo la televisión estatal.
La exlíder, de 76 años, se encuentra detenida desde que los militares derrocaron su gobierno el 1° de febrero, poniendo fin a un breve período de democracia en Birmania. Desde entonces, la junta estableció una serie de acusaciones contra ella, incluyendo violación de la ley de secretos oficiales, corrupción y fraude electoral.
Suu Kyi “fue sentenciada a dos años de prisión bajo la sección 505(b) y dos años de prisión bajo la ley de desastres naturales”, había anunciado Zaw Min Tun, portavoz de la junta militar que gobierna el país.
Varios expertos denuncian que se trata de un proceso político para neutralizar a la política que resultó ganadora de las elecciones en 2015 y 2020.
Las acusaciones
Si es condenada en todos los procesos, podría sumar sentencias de más de 100 años de prisión. La corte no aclaró el lunes si Suu Kyi iría a prisión por sus dos nuevas condenas o quedaría bajo arresto domiciliario, indicó el funcionario legal.
Suu Kyi pasó 15 años en arresto domiciliario a partir de 1989 en su larga lucha por la democracia.
El caso de incitación giraba en torno a mensajes compartidos en la página de Facebook del partido cuando la líder y otros miembros destacados del grupo ya habían sido detenidos por el Ejército. Por su parte, el cargo relacionado con el coronavirus implicaba un acto de campaña celebrado antes de los comicios de noviembre del año pasado, que su partido ganó por abrumadora mayoría.
Sin embargo, los detalles no están claros, ya que el gobierno impone una orden de silencio en los procesos judiciales. Los periodistas no tienen acceso al tribunal especial en la capital birmana y los abogados de Suu Kyi tienen prohibido hablar con la prensa.
En las últimas semanas, otros miembros de la LND fueron condenados a duras penas de cárcel. Un exministro fue sentenciado este mes a 75 años de prisión y un allegado de Suu Kyi deberá pasar 20 años en la cárcel.
Se esperaba que los abogados de la defensa apelaran en nombre de Suu Kyi y otros dos colegas condenados el lunes, indicó el funcionario.
Los casos contra Suu Kyi están ampliamente considerados como un intento de desacreditarla e impedir que se presente a las próximas elecciones. La constitución impide que alguien condenado a prisión por un delito ocupe cargos de responsabilidad o se convierta en legislador.
La oposición al régimen militar sigue siendo fuerte 10 meses después del golpe militar, y el veredicto podría agravar las tensiones.
El domingo hubo protestas contra el gobierno militar y para pedir la liberación de Suu Kyi y oros miembros detenidos de su gobierno. Un camión militar arremetió de forma deliberada contra una marcha de unos 30 jóvenes en Yangón, la ciudad más grande del país, y al menos tres de los manifestantes murieron, según reportes sin confirmar.
Rechazo internacional
Las condenas fueron recibidas con duras críticas. Yanghee Lee, exenviado especial de derechos humanos de Naciones Unidas a Myanmar, describió las acusaciones y el veredicto de “falsos” y declaró que cualquier juicio celebrado en el país sería injusto, porque la Justicia estaba controlada por el gobierno instalado por el Ejército.
Amnistía Internacional denunció que “las severas sentencias infligidas a Aung San Suu Kyi por estas falsas acusaciones son el último ejemplo hasta ahora de la determinación del ejército para eliminar y asfixiar las libertades en Myanmar”, afirmó la ONG en un comunicado.
En tanto, la jefa de Derechos Humanos de Naciones Unidas, Michelle Bachelet, señaló en un comunicado que la condena de Suu Kyi “cierra otra puerta al diálogo político” en Myanmar, donde los militares tomaron el poder el 1 de febrero, y “no hará más que profundizar el rechazo al golpe”.
“La condena tras un juicio farsa en un proceso secreto ante un tribunal controlado por los militares solo tiene motivaciones políticas”, afirmó Bachelet. “El ejército está intentando instrumentalizar los tribunales para acabar con cualquier oposición política”.
El asesor principal para Birmania del centro de estudio International Crisis Group Richard Horsey explicó que las sentencias “son una forma para que los militares muestren su poder”.
“Sería sorprendente, sin embargo, que fuera enviada a prisión. Lo más probable es que cumpla esta y las próximas condenas en su casa o en un régimen especial de ‘residencia de huéspedes’”, agregó.
Más de 1300 personas han muerto y más de 10.000 han sido detenidas en la represión de los disidentes desde el golpe, según un grupo local de monitoreo.
Los militares que han gobernado durante décadas en Myanmar defendieron el golpe de Estado afirmándose en denuncias de fraude en las elecciones del año pasado.
Agencias, AP, Reuters y AFP