Polémica por los McDonald's: Roma le dice no a un local en un sitio emblemático
ROMA.- ¿Un McDonald’s en las bellísimas y antiquísimas Termas de Caracalla? Su instalación en uno de los lugares más emblemáticos de Roma estuvo a punto de ser realidad. Y, en los últimos días de verano con temperaturas africanas, estuvo al centro de encendidas polémicas.
Todo comenzó hace seis días, cuando el diario La Repubblica reveló que en un predio de 10.000 metros cuadrados ubicado frente a las fascinantes ruinas de termas completadas por el emperador Caracalla en el 217 d.C., donde hasta hace poco había un vivero, habían comenzado obras para la construcción de un flamante McDonald’s.
La multinacional de la hamburguesa, presente en Italia desde hace más de 30 años –pese a las protestas de los adversarios de la comida chatarra-, había obtenido las autorizaciones correspondientes para levantar un nuevo local para 250 personas, con AutoMc y un estacionamiento para 180 autos en una zona de la ciudad considerada "sagrada".
Las ruinas de las Termas de Caracalla, de hecho, se levantan en una de las áreas arqueológicas más prestigiosas de Roma, en la colina Celio, que domina el Coliseo, que es patrimonio de la Unesco e incluye, entre otras maravillas, la muralla Aureliana. Las Termas de Caracalla, que tenían capacidad para 1500 personas, funcionaron durante unos 300 años, hasta que los godos destruyeron su sistema de cañerías. Emplazadas hoy en jardines de pinos milenarios, no sólo pueden visitarse para contemplar sus ruinas, que dejan entrever lo que fueron un gimnasio, biblioteca, piscina, calidarium (sala muy caliente), tepidarium, (sala templada) y frigidarium (sala fría), entre otros espacios. En esta época de verano uno puede deleitarse en las Termas de Caracalla con espectáculos de ópera nocturnos, en un escenerio único.
La noticia de un nuevo McDonald's a metros del lugar enseguida causó un terremoto. Mientras que romanos, asociaciones de vecinos y defensoras de la cultura y el medio ambiente pusieron el grito en el cielo, las diversas oficinas municipales y regionales que concedieron los respectivos permisos a la cadena de la M dorada, intentaban dar explicaciones y se acusaban mutuamente. La alcaldesa de Roma, Virgina Raggi, aseguraba no saber absolutamente nada y el ministro de Bienes Culturales, Alberto Bonisoli, expresaba en Twitter su rechazo al proyecto. "No me gusta la idea, así como tampocome gustaba la idea de una rueda panorámica en las ruinas de Pompeya. Nuestro patrimonio cultural merece ser tratado bien, en modo digno, con amabilidad, atención y respeto", indicaba.
Finalmente ayer, luego de días de controversia, el ministerio de Bienes Culturales intervino. Y decretó el cierre de las obras en cuestión tras anular las autorizaciones que se habían concedido "para la construcción de un fast-food en el interior de un área arqueológica" prohibida, según pudo leerse en un comunicado.
¿Otro en el Panteón?
Aunque muchos celebraron y respiraron de alivio por lo que hubiera sido un verdadero espanto –con un impacto terrible no sólo a nivel visual, sino también ecológico-, la tormenta no se aplacó porque evidentemente hay problemas de fondo a la hora de conceder concesiones y autorizaciones que deben ser resueltos en forma urgente.
De hecho, ahora la preocupación es por otro McDonald’s que se está construyendo en Piazza della Rotonda, a metros del maravilloso Panteón, en el corazón de Roma. En este antiguo edificio se encuentran la tumba de Rafael y de los reyes de la Italia moderna, aunque la construcción es famosa por el "oculus", el orificio situado en la parte superior de su cúpula, que proporciona su única iluminación, una maravilla de la ingeniería romana realizada gracias al emperador Adriano hace 2000 años.
A metros de allí -horror-, McDonald’s está por construir un local de 300 metros cuadrados en un palazzo donde hasta hace poco funcionó un banco. ¿Logrará avanzar y ser una realidad? Imposible saberlo. Hace veinte años, en la misma Piazza della Rotonda, uno de los lugares más visitados por los turistas, donde suelen actuar payasos y artistas ambulantes varios, funcionó por un tiempo otro McDonald’s, que terminó siendo clausurado. Organizaciones como Slow-Food, la asociación ecogastronómica fundada por Carlo Petrini en 1986 justo después de darle batalla a otro McDonald’s que abrió sus puertas en la Piazza di Spagna -que sigue abierto-, llamó a "no bajar los brazos" ante lo que denominó, sin medias tintas, "un estrago cultural".
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