Podemos pone en marcha un plan para superar al socialismo español
La gran apuesta de su líder, Pablo Iglesias, es sellar un pacto con Izquierda Unida, que le aportaría los votos necesarios para convertirse en la segunda fuerza en las elecciones
MADRID.- Pablo Iglesias levanta la voz y advierte: "¡Vamos a patear el tablero otra vez!". El creador de Podemos vive casi como un triunfo personal el fracaso institucional que obliga a España a repetir las elecciones generales después de cuatro meses de negociaciones estériles para formar gobierno.
Lanzado ya a la campaña, Iglesias apura la ofensiva política con la que ansía cumplir su sueño de superar en las urnas al socialismo, asumir la primacía de la izquierda y acercarse al poder real.
La gran apuesta de Podemos es sellar un pacto electoral con Izquierda Unida (IU), que podría aportarle en los comicios del 26 de junio el caudal de votos que en diciembre le faltó para capturar el segundo lugar.
La estrategia agresiva de Iglesias contempla también recurrir al método de la movilización callejera, con la excusa de celebrar los cinco años del 15-M, el movimiento de los indignados que fue el germen del partido.
"Va a ser una campaña estática, fea, centrada en quién tuvo la culpa por la Legislatura fallida. Pero nuestro objetivo será movilizar la ilusión colectiva. Otra vez pediremos el voto para cambiar de verdad las cosas", sostiene Pablo Bustinduy, miembro de la cúpula de Podemos.
Iglesias llega a la revancha electoral después de enfrentar una seria crisis interna que agrietó su relación con el principal estratega del partido, Íñigo Errejón. Las tensiones respondían sobre todo a visiones opuestas acerca de cómo encarar las negociaciones de investidura con el socialista Pedro Sánchez.
Finalmente se impuso la visión de Iglesias: negarse a cualquier acuerdo, salvo que el PSOE le diera posiciones efectivas de poder en el gobierno.
El fracaso de esas gestiones permite al conservador Mariano Rajoy seguir al frente del Ejecutivo con funciones limitadas.
Las encuestas reflejan que los cuatro meses de disputas dañaron a Podemos. Afectaron su intención de voto y la imagen de Iglesias, retratado en los debates con discursos hirientes contra sus rivales y contra la prensa. Pero un acuerdo con IU podría significar ahora un cambio de escenario.
La consultora Metroscopia calculó esta semana que juntos los dos bloques de la izquierda radical sumarían el 24,4% de los votos, 2 puntos más que el PSOE y 4 menos que el PP, que se mantiene como primera fuerza en los sondeos. Las negociaciones para esa alianza avanzan a toda marcha.
Viejos rencores
Pese a la afinidad de discurso y propuestas, Iglesias había descartado la coalición con los dirigentes de IU en diciembre. Los acusaba de ser los viejos comunistas, que no entendían la necesidad de una fuerza moderna y transversal con aspiraciones de poder. Había algo personal: él mismo empezó su carrera política en IU, de donde se fue frustrado tiempo antes de alumbrar la idea de Podemos.
Se suponía que IU iba a derrumbarse. Sin embargo, aguantó el tipo. Liderado por el muy mediático Alberto Garzón (de 30 años), obtuvo en diciembre 923.000 votos (3,67%). La dispersión de sus apoyos hizo que sólo cosechara dos diputados, pero el botín se antoja demasiado apetecible para Podemos.
Iglesias y Garzón acordaron que los dos consultarán a sus bases sobre la viabilidad del acuerdo. Será la semana que viene, cuando se concrete el llamado a elecciones. Descuentan el sí. Quedará pendiente luego la engorrosa discusión de las listas.
En paralelo, Podemos debe reeditar los acuerdos con sus aliados regionales en Cataluña, Valencia y Galicia, que tienen aspiraciones de mayor autonomía y espacios de poder.
"Si conseguimos volver a ir todos juntos y sumar a Izquierda Unida, el sorpasso al PSOE es muy posible", señala Joan Baldoví, diputado de Compromis (los socios valencianos de Podemos).
Nadie puede asegurar que las sumas sean automáticas. Pero tomando como referencia las elecciones de diciembre, hay datos para sostener esa expectativa: Podemos más IU alcanzaron el 24,3%. Los socialistas se quedaron en 22% y el PP de Rajoy salió a la cabeza con 28,7%. El cuarto lugar fue para los liberales Ciudadanos, con 13,9%.
Iglesias trabaja en la erosión del PSOE a raíz del pacto que Sánchez firmó con Ciudadanos cuando en marzo intentó sin éxito conseguir la confianza de la mayoría del Congreso. Lo acusa de girar a la derecha: un mensaje que le sirve para montar una campaña más ideologizada que la anterior (en la que encajaría mejor su aliado Garzón).
El modelo que mira Podemos es el ascenso al poder de la izquierda radical Syriza en Grecia, después de una serie de elecciones anticipadas que erosionaron a los partidos tradicionales y condenaron al socialismo a la insignificancia.
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