Piñera: "Buscaremos una nueva forma de gobernar"
El presidente electo quiere diálogo y acuerdos con la oposición
SANTIAGO, Chile.– Sebastián Piñera parece otro. No se lo ve agobiado por la responsabilidad que se echó encima el domingo pasado, cuando ganó las elecciones y se transformó en el presidente electo. Por el contrario, parece aliviado.
Como está de tan buen humor, bromea con el fotógrafo, quien le pide que se siente por aquí o mire para allá. "¡No me mande tanto! Fíjese que gané las elecciones y resulta que ahora todo el mundo me manda mucho más que antes. ¿Que no era al revés la cosa?" En una extensa entrevista, revela cómo vivió la victoria, traza sus primeras definiciones a días de la elección que lo convirtió en el gobernante número 48 de Chile.
–El 51,6% que obtuvo, ¿era lo que esperaba o aspiraba a más?
–No. Siempre tuve la convicción de que íbamos a ganar. No solamente porque lo mostraban las encuestas, sino porque uno lo siente en la calle.
–¿Nunca dudó?
–No. Recuerdo cuando algunos de mis amigos y colaboradores planteaban la teoría de la "tormenta perfecta". Consistía en que se conjugaran varias cosas: que la presidenta se jugara del todo por Frei, incluso en términos algo agresivos hacia nosotros; que la Concertación se uniera y se entusiasmara con la posibilidad de triunfo; que hubiera una renovación de los rostros gastados de los presidentes de los partidos y llegaran rostros más jóvenes de la Concertación; que Enríquez-Ominami terminara apoyando a Frei. Algunos consideraron que al final de la campaña se terminó dando la "tormenta perfecta" y que no era posible ganar. Yo dije: "Igual vamos a ganar".
–¿Y por qué ganó?
–Por dos razones. La primera, porque teníamos un gran proyecto de futuro, porque Chile necesitaba un remezón, un renacimiento, porque era una candidatura y un proyecto de gobierno moderno, innovador, emprendedor, entusiasta, alegre, con ganas. Y, en segundo lugar, porque la Concertación estaba profundamente agotada. Se le había acabado la bencina, se le había fundido el motor, porque Frei ya había sido presidente, porque no merecían una quinta oportunidad.
–¿El análisis es que Chile esta vez escogió a la derecha?
–No. La gente votó por el futuro, por una causa, por algo que caló hondo en el alma de los chilenos.
–Usted ha dicho que su gobierno será de "unidad nacional". ¿Qué significa exactamente eso?
–Primero, quebrar la imagen de que hay dos países antagónicos, irreconciliables. Segundo, una nueva forma de gobernar, mucho más dialogante y dispuesta a los acuerdos. En tercer lugar, un gobierno con buena onda, que convoca a todos los chilenos sin odios.
–¿El gobierno de unidad nacional se va a expresar también en la diversidad ideológica de las autoridades?
–Por supuesto. Nuestra intención es designar un gobierno amplio y diverso, sin cuoteo ni repartija política, sino buscando a los mejores. No vamos a restringirnos al mundo de la Coalición por el Cambio. Invitaremos a independientes y también a figuras del mundo de la Concertación.
–Aunque consiga formar un gobierno de unidad nacional, es obvio que tendrá una oposición. ¿Será la actual Concertación o algo distinto?
–Al perder el poder después de 20 años, la Concertación tendrá un proceso de autocrítica y algunos querrán revivir la noche de los cuchillos largos. Ese proceso ya partió. Hay muchos que pretenden conquistar un nuevo liderazgo dentro de la Concertación, desde los tradicionales presidentes de partido que todavía se defienden hasta una generación nueva que va surgiendo. También los grandes líderes de la Concertación, como Ricardo Lagos y la propia Michelle Bachelet. No sé qué va a pasar con la situación de Enríquez-Ominami... De una cosa estoy seguro: de esto va a surgir algo muy distinto de la Concertación antigua. Si no, significa que no han aprendido nada..
–Todo gobierno de coalición supone algún cuoteo, pues parece justo que los sectores que lo han apoyado estén representados en el gabinete...
–A ver, diferenciemos. Una cosa es que la Coalición por el Cambio va a tener participación, y yo espero que fecunda y entusiasta en nuestro gobierno. Y otra cosa muy distinta es el cuoteo político, que significa poner en cargos de alta responsabilidad a personas no por su capacidad, sino porque algún padrino o cacique lo impone. A nosotros ningún padrino, ningún cacique nos va a imponer ninguna autoridad ni funcionario en nuestro gobierno.
–En Estados Unidos la gente votó por el cambio. Eligió a Obama, que hizo grandes promesas que le ha costado cumplir. Después de un año, su popularidad ha decrecido mucho. ¿Está mirando ese caso para sacar lecciones?
–Hemos seguido muy de cerca el caso de Obama. Muchas de sus promesas se hicieron antes de que se desatara la crisis económica. A poco de asumir, le cambió el mundo. Yo espero que a nosotros no nos cambie el mundo; al revés, espero que el mundo vaya mejorando. Porque nuestro proyecto de gobierno se basa en una estimación y proyección de la economía mundial, como es natural, y que hasta ahora se está dando muy bien.
–Hugo Chávez le dijo hace unos días que no se metiera con él. ¿Le preocupa su relación con el gobernante venezolano?
–Quiero ratificar lo que afirmé. Es un pilar de la política exterior de nuestro país el respeto al derecho internacional, a los tratados internacionales, a la autodeterminación de los pueblos, a la no interferencia en asuntos de otros países, y eso se va a cumplir fielmente. Pero también yo puedo expresar mi opinión con firmeza y con respeto sobre la forma en que se está practicando la democracia en Venezuela, y el proyecto que yo tengo para Chile en materia de cómo practicar la democracia y cómo conducir el proceso de desarrollo económico es muy distinto de la forma en que la está aplicando el presidente Chávez.
–¿Tiene expectativas de que Chávez venga a su asunción?
–No lo sé. Mire, yo le aseguro a usted que si le preguntara al presidente Chávez si su modelo es idéntico al que yo pretendo implementar en Chile, estaría de acuerdo en que son muy distintos, y yo no me ofendería si él dijera que el modelo que él está aplicando en Venezuela es muy distinto del que yo intento aplicar en Chile.
–¿Cómo cambió su vida desde que fue elegido?
–Una cosa curiosa es cómo cambia el trato, tanto de las autoridades como de los propios amigos. Por ejemplo, cuando me fueron a ver los consejeros del Banco Central. De todos ellos soy amigo. Y me llamó la atención cuando el presidente de Banco Central me trataba de usted y de señor presidente.
Primeras polémicas
- LAN. "El martes después de las elecciones, pasada la medianoche, porque fue el único minuto que encontré, convoqué al equipo de ejecutivos y abogados encargados del tema a poner en marcha el proceso de venta de las acciones de LAN. En consecuencia, no veo dónde está la crítica (...) No he ganado nada", dijo Piñera.
- Codelco. "Va a seguir siendo una empresa pública y del Estado durante nuestro gobierno (...).Pero eso no significa que vayamos a quedarnos tranquilos con el Codelco actual", manifestó.
- Libertad de prensa. "Como creo en la libertad de expresión y en la libertad de prensa, también creo en la libertad de las personas, y por tanto creo que no estoy obligado a contestar todo lo que me preguntan", dijo, en alusión a su negativa a contestar a un periodista sobre el tema LAN.
Primeros viajes a Brasil y la Argentina
SANTIAGO, Chile (ANSA).– Brasil y la Argentina serán los dos primeros países que visitará el presidente electo de Chile, Sebastián Piñera, quien también se mostró dispuesto a aceptar las invitaciones de los gobierno de España y Francia, según declaró ayer en una entrevista con el diario La Tercera.