Petróleo y extorsión, los secretos detrás de la fortuna de EI
Es uno de los grupos más ricos de la historia; tiene entre US$ 1300 y 2000 millones
Los talibanes en Afganistán recaudan unos 200 millones de dólares al año, gracias al contrabando de opio y otros recursos naturales; Al-Qaeda en el Magreb, alrededor de 100 millones, a través de rescates de secuestros; Boko Haram, en Nigeria, unas decenas de millones, de extorsiones e impuestos.
Son fondos tan escabrosos como los grupos que los administran. Pero al lado de las arcas de Estado Islámico (EI), una de las organizaciones terroristas más ricas del mundo, representan apenas un vuelto: según autoridades iraquíes, los activos de la insurgencia sunnita que hoy desvela a Occidente oscilan entre 1300 y 2000 millones de dólares, una cifra espeluznante que crece a medida que los extremistas expanden su califato islámico en Siria e Irak.
"Los ataques [de Al-Qaeda] del 11 de septiembre de 2001 contra Estados Unidos costaron un millón de dólares. Hoy, estimamos que EI tiene varios miles de millones de dólares", advirtió la semana pasada el ministro de Relaciones Exterior de Francia, Laurent Fabius. "Estamos, probablemente, ante el grupo terrorista más pudiente que jamás haya existido", coincidió en señalar, hace unos días, Matthew Levitt, ex subsecretario de Inteligencia y Análisis en el Departamento del Tesoro de Estados Unidos.
En sus inicios, las donaciones de millonarios musulmanes procedentes de países sunnitas, como Arabia Saudita o Kuwait, mantuvieron a flote a los jihadistas de EI en su lucha contra los gobiernos chiitas de Damasco y Bagdad. Pero a medida que el grupo avanzó en sus conquistas, comenzó a tender redes económicas ilícitas en las regiones bajo su control para enriquecerse. Y en un país como Irak, uno de los principales productores de petróleo del mundo, el oro negro se convirtió en su bien más preciado.
EI controla siete campos petroleros y dos refinerías en el norte de Irak, así como seis campos petroleros y dos refinerías en Siria. Se trata de instalaciones con una capacidad productiva de entre 30.000 y 80.000 barriles de crudo por día.
Según expertos, a través de intermediarios en Turquía y Siria, los militantes venden esos barriles a entre 25 y 60 dólares en el mercado negro (el precio internacional supera los 100 dólares por barril) y obtienen la módica suma de dos millones de dólares diarios. Aparte de los recursos petrolíferos, la elaborada economía de guerra de EI tiene otros tentáculos recaudadores, varios de los cuales fueron revelados semanas atrás por el diario británico The Guardian, que tuvo acceso a 160 memorias USB que le fueron confiscadas a un líder de EI por el ejército iraquí.
Según consta en esos archivos, los jihadistas recaudan millones con extorsiones, principalmente a minorías religiosas a cambio de su protección; el contrabando de armas; el cobro de peajes en las rutas que controlan; el pago de rescates de secuestros; la venta de materiales de fábricas desmanteladas; la recaudación de todo tipo de impuestos; el tráfico de obras arqueológicas de sitios sagrados... y la lista sigue.
Consciente de la necesidad de no depender de una financiación externa, sino de sus propios recursos, EI apeló a estas fuentes de financiación desde sus inicios, cuando aún era parte de Al-Qaeda.
El gran salto, sin embargo, llegó con la captura relámpago de Mosul, la segunda ciudad de Irak, en junio pasado. Los islamistas saquearon entonces la sucursal del Banco Central y se hicieron con más de 400 millones de dólares, que terminó por consolidar su poderío económico.
Hoy, con un territorio que se extiende desde Raqqa, en Siria, hasta Mosul, en Irak -una superficie más grande que Gran Bretaña-, donde viven unas ocho millones de personas, EI se financia por sus propios medios a una escala sorprendente.
Esa autofinanciación plantea un desafío enorme a los gobiernos que intentan frenar su avance: al no estar tan integrado al sistema financiero internacional, EI no es vulnerable a sanciones, leyes contra el lavado de dinero y regulaciones bancarias. Y prueba de ello es que cada día se hace más rico.
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