Pesimismo económico y malestar social: Chile se dirige hacia su elección más incierta
La tensión política y la falta de candidatos favoritos marcan la recta final de la campaña y mantienen en vilo al país, que lleva dos años de fuertes convulsiones
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SANTIAGO, Chile.– Estallido social, pandemia, la elaboración de una nueva Constitución y las elecciones presidenciales de noviembre. Sin pausas, en Chile los hitos se precipitan y hoy el país vive en una clara incertidumbre. No hay certeza sobre quién será el sucesor de Sebastián Piñera, y sus habitantes han recibido los últimos anuncios económicos con cierto pesimismo.
Bajo ese panorama, la tensión política también ha ido en aumento de la mano del endurecimiento de la campaña presidencial. A menos de cinco semanas de los próximos comicios, los reproches cruzados de los candidatos a La Moneda han alimentado la agenda informativa mientras el presidente Piñera vive su propio calvario: la oposición busca destituirlo y ya presentó una acusación constitucional. Las revelaciones de los Pandora Papers por la millonaria venta de la mina Domina que se selló en paraísos fiscales, y en la que su familia participó, lo tienen en el ojo del huracán.
“Es bueno recordar que la política no es solo una confrontación entre gobierno y oposición”, dijo Piñera el día después de la presentación de la denuncia en la Cámara de Diputados, y quien también está siendo investigado por la Fiscalía Nacional, que abrió de oficio una indagatoria por eventuales delitos tributarios.
Los últimos sondeos han dado cuenta de las dudas que atraviesan los chilenos y que se refleja en las opciones para llegar a La Moneda.
Según la encuestadora Cadem, el representante de la izquierda antineoliberal Gabriel Boric encabeza las preferencias con un 21%, seguido por el líder de la ultraderecha José Antonio Kast con 18%. En el tercer puesto asoma la carta de la centroizquierda, Yasna Provoste con 13%, y en cuarto lugar Sebastián Sichel, el hombre de Piñera, que tras muchas polémicas no supera el 10%.
Pensiones
“Sabíamos que defender las pensiones de las personas iba a tener costos, pero no estamos dispuestos a obtener más votos a costa de medidas populistas”, aseguró Katherine Martorell, vocera de la candidatura de Sichel, en relación a su rechazo a un cuarto retiro del 10% de los fondos que manejan administradoras privadas (AFP) y cuya aprobación se votará la última semana de octubre en el Senado.
Ante este tema, precisamente, tres candidatos presidenciales de oposición se comprometieron de manera expresa a enterrar el sistema de pensiones en vigencia.
“Las AFP solo el año pasado ganaron 30.000 millones de pesos [36,3 millones de dólares] mientras seguían entregando pensiones de miseria a los chilenos y chilenas”, dijo Boric, que propone un sistema público sin fines de lucro con aporte tripartito: empleador, trabajador y Estado. En tanto, el oficialista Sebastián Sichel planteó su oposición a la idea de su rival. “Yo no quiero que mi plata [fondo de pensión] la administre un ente fiscal”, dijo.
Al respecto, Claudio Elórtegui Gómez, académico de la Pontificia Universidad Católica de Valparaíso, apuntó a que la mirada social y mediática está comenzando a focalizarse en los contenidos programáticos de las candidaturas. “El próximo gobierno tendrá que gestionar las expectativas y dificultades del ciclo post pandemia. En lo económico y social, las personas han manifestado que quieren tener claridad con el futuro de las pensiones y esto es una urgencia que debe ser disipada prontamente por el sistema político, por lo que es un tema recurrente de campaña”, dijo a LA NACIÓN.
El clima en las calles también se ha encendido: en el sur del país –el epicentro del conflicto mapuche– se inició un proceso de militarización, mientras que el lunes próximo se celebra un nuevo aniversario de la revuelta ciudadana de 2019, con llamados a múltiples convocatorias.
Golpe de timón
“El gobierno optó por una estrategia de ir asegurando su nicho y sumar sus votantes más cercanos ideológicamente, entonces por eso decretó el estado de excepción: para dar un golpe de timón y dar una señal de que todavía administran el país”, señaló Alejandro Olivares, analista político de la Universidad Católica de Temuco, sobre la declaratoria en la zona del conflicto.
“El estallido social cumple dos años, y claramente hay una situación de insatisfacción en cuanto a los avances; de hecho, aún está en discusión un cuarto retiro de los fondos previsionales, los cuales podrían solventar y darles mayor respiro a los chilenos. Es un momento álgido con un contexto electoral presidencial, parlamentario y constitucional en pleno funcionamiento. Sin duda, todo esto hace que el movimiento en las calles pueda recobrar fuerza, aunque no al nivel de lo que fue en 2019″, añadió Rafael Pizarro, académico de la Universidad Tecnológica Metropolitana.
Con las presiones inflacionarias rondado y la posibilidad que un cuarto retiro de fondos recaliente mucho más la economía, el Banco Central realizó la suba de tasas de interés mas grande de los últimos 20 años, y acordó elevar el índice en 125 puntos, para quedar en 2,75%.
La medida golpeó a la clase media y sus expectativas por adquirir una vivienda, ya que los bancos han ido planteando mayores restricciones y el promedio de la tasa de interés hipotecaria pasó de 2,3 a 3,1.
“Hay una coyuntura económica no favorable, lo que hace pensar en un eventual malestar y en una acumulación de molestia: es difícil optar a la casa propia y la inflación va a golpear a la gente más pobre. Esto se podría traducir en apoyo a candidatos que ofrezcan medidas más radicales como Boric o Kast”, dijo Olivares.
“La incertidumbre está siendo procesada por los mercados mediante los factores inflacionarios-económicos que está evidenciando Chile y esto ya está siendo asimilado por la ciudadanía, que comienza a percibir que hay un sobrecalentamiento en las condiciones de vida y, por tanto, un rebote para el próximo año que puede ser complejo”, señaló Claudio Elórtegui, investigador en comunicación política.
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