Pese al boom, los chinos se deprimen cada vez más
Con 30 millones de pacientes, la nación es la mayor consumidora de antidepresivos en Asia
PEKÍN.- En tiempos de optimismo generalizado, de bonanza económica, posibilidades de apertura financiera e ideológica, en donde el gobierno anuncia el éxito del "sueño chino" y en donde las reformas muestran una renovación, China comienza a desarrollar otra cara, una en la que la depresión se hace cada vez más común.
Se calcula que hay más de 30 millones de personas que sufren síntomas agudos de depresión, según un estudio realizado por el Centro de Salud Mental de Shanghai. Es la segunda enfermedad más diagnosticada del país -el primer lugar lo llevan los padecimientos cardíacos- y le cuesta al país 8350 millones de dólares al año, según una investigación de la revista Caixin.
La depresión es el diagnóstico psiquiátrico que señala a personas que sufren de anhedonia (incapacidad de disfrutar), sentimientos de tristeza y abatimiento patológicos. Este estado puede ser transitorio o crónico.
"Cuando vine desde Xinjiang a Pekín con un nuevo puesto de alta responsabilidad, al poco tiempo de haberme casado y haber tenido un hijo, empecé a sentirme muy mal. No quería levantarme para ir al trabajo, por la noche no quería volver a casa y ver a mi familia. Sentía que no podía respirar", dice a LA NACION Yun, una joven empresaria que fue diagnosticada de depresión en octubre de este año, después de haber pasado varios meses con recaídas que la obligaban a dejar el trabajo.
Como un resultado del aumento de casos, en 2012 el mercado de las pastillas antidepresivas tuvo una facturación de 350 millones de dólares, un 22,6% más que el año anterior, de acuerdo con un informe de la OCDE. El consumo de antidepresivos aumentó tanto que China se convirtió en la mayor compradora de estos fármacos en toda Asia.
Sin embargo, a pesar de los avances en el campo de la psicología (en 2012, las consultas crecieron un 30%, según un informe de la Sociedad Psicoanalítica Internacional), aún no hay una correcta atención para este diagnóstico.
El 63% de los pacientes con trastornos mentales, durante 2005 y 2012, no recibieron la atención adecuada, según el Centro de Salud Mental de Shanghai. Además, sólo el 6,9% de las personas que sufren de depresión consultan a un profesional.
Si bien esta tendencia también existe en las grandes ciudades chinas, es especialmente grave en las zonas rurales del país donde el desconocimiento ante este tipo de patología es casi absoluto.
Desbordados
Además, la salud mental en China enfrenta hoy el problema de que la cantidad de pacientes desborda a la de profesionales. Para paliar esta situación, el Ministerio de Recursos Humanos y Seguridad Social adoptó recientemente medidas para ampliar las filas profesionales de la nación mediante el ajuste de los criterios para la certificación de consejeros de salud mental. Ahora las personas con un nuevo título, llamado consejero certificado, pueden tratar a los pacientes que sufren síntomas de depresión leve.
Pero el principal problema de los pacientes chinos que padecen de depresión es que en la mayoría de los casos no son reconocidos y hay dificultades para obtener el tratamiento adecuado, poder pedir días de reposo y cobertura médica.
"No existe un «sistema de salud chino», sino una variedad de programas de seguros y, por lo tanto, los niveles de cobertura varían según la región y la ocupación. Actualmente China reconoció la depresión como una enfermedad crónica crítica y se tomaron medidas para que los pacientes puedan tener acceso a la atención y los desafíos relacionados", explica a LA NACION Karen Eggleston, profesora especializada en Políticas de Salud en China de la Universidad de Stanford.
Sin embargo, estas medidas aún no alcanzan a la mayor parte de la sociedad, que carece de información sobre esta enfermedad. La empresa de Internet Tencent lanzó una encuesta en línea en la que participaron 83.000 personas. El 75% dijo desconocer por completo qué es la depresión, sólo el 7,5% aceptó que buscaría ayuda profesional en caso de sentirse deprimido y el 62% de los chinos encuestados no ven a la depresión como una enfermedad.
En marzo del año pasado, una estudiante de la ciudad de Nanjing puso un mensaje en Weibo, donde firmaba como Zou Fan: "Estoy deprimida y elijo la muerte. No hay una razón para esto. No lo tomen seriamente". Fueron sus últimas palabras. En Weibo se reprodujo 80.000 veces y hubo más de 100.000 comentarios.
El hecho puso de nuevo el tema de la depresión sobre la mesa. La agencia oficial Xinhua reportó que en 2012 se suicidaron 287.000 personas, lo que representa un 3,6% de las muertes anuales.
"Si bien las causas de depresión siempre son muy complejas y múltiples, muchos de los pacientes que sufren depresión en China se sienten especialmente estresados por la presión de sus trabajos y por las exigencias que la vida actual impone en el país", dice a LA NACION Hudrey Attalí, psicóloga belga que trabaja en China desde hace cinco años.
Es esa misma presión la que muchas veces los lleva a no consultar a un profesional ante los primeros síntomas de depresión. El famoso miedo chino al diumianzi , la pérdida de reputación.
"Mientras que en Europa los antidepresivos suelen recetarse en los casos de trastornos más agudos, en China es corriente que se receten en casos de depresión pasajera ante los primeros síntomas", dice Attalí.
El Prozac -o su equivalente genérico- es el antidepresivo más consumido en China. El Prozac es el nombre comercial de la fluoxetina (un inhibidor de la recaptación de serotonina) que se indica para los pacientes con depresión, trastorno obsesivo-compulsivo, pánico o trastornos bipolares.
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