Pese a no tener evidencia, el magnate pide al Congreso que investigue a Obama
Trump acusa a su antecesor de haber ordenado espiarlo durante la campaña; rechazo de los demócratas y de funcionarios

WASHINGTON.- Donald Trump pidió ayer al Congreso de Estados Unidos que investigue si el presidente Barack Obama ordenó espiarlo durante la campaña presidencial, una acusación sin evidencias a la vista que fue rechazada por demócratas y funcionarios del último gobierno.
Ayer, la Casa Blanca informó a través de un comunicado del secretario de Prensa, Sean Spicer, que los "informes" (no se aclaró si eran informes periodísticos o de inteligencia) sobre "investigaciones políticamente motivadas" eran "muy perturbadores" y que Trump le solicitaba al Congreso que determinara, como parte de la investigación del Rusiagate, si Obama abusó de su poder y ordenó "pincharle" los teléfonos.
"Ni la Casa Blanca ni el presidente comentarán más hasta que esa supervisión haya concluido", cerró del comunicado.
La movida de la Casa Blanca llegó tras un día de deliberaciones en Mar-a-Lago, el lugar de descanso de Trump en Palm Beach, donde su círculo más cercano de colaboradores se encerró ayer para decidir cómo contenían el terremoto que el presidente soltó en Twitter el día anterior con su acusación.

Sarah Sanders, vocera de la Casa Blanca, fue la única funcionaria que dio la cara. En una entrevista con la cadena ABC, intentó bajarle el tono de la acusación de Trump.
"Todo lo que estamos diciendo es que miremos esto más a fondo", dijo Sanders. "El pueblo norteamericano tiene derecho a saber si esto ocurrió, porque si ocurrió, es el mayor abuso de poder que jamás hemos visto", agregó.
Un día antes, Trump había dado por hecho que Obama había "pinchado" sus teléfonos.
Sanders, además, sugirió que el presidente había basado su acusación en información de The New York Times, la cadena británica BBC, la cadena Fox y Breitbart News. Ningún medio dio por hecho hasta ahora que el espionaje ocurrió.
James Clapper, director nacional de Inteligencia durante el gobierno de Obama y quien timoneó la investigación que concluyó que el Kremlin había interferido en la campaña presidencial para favorecer a Trump, fue el último funcionario de Obama que negó ayer cualquier espionaje contra la campaña de Trump o la existencia de una orden de un juez federal del tribunal secreto que autoriza esas pesquisas.
"No hubo actividad para pinchar cables contra el presidente electo en su momento, o como candidato, o contra su campaña", dijo Clapper en una entrevista en el programa Meet the Press.
En tanto, el director del FBI, James Comey, también rechazó públicamente las acusaciones de Trump y dijo que eran falsas y que debían ser corregidas, según reportó The New York Times. Además, ejerció presión sobre el Departamento de Justicia para que desmienta las declaraciones, "tanto porque no hay pruebas de las interceptaciones como porque con las palabras del presidente se insinúa que el FBI violó la ley".
Los comités de inteligencia del Senado y de la Cámara de Representantes del Congreso investigan desde hace tiempo las acusaciones de las agencias de inteligencia contra el gobierno de Vladimir Putin.
Los líderes demócratas en el Congreso, Chuck Schumer y Nancy Pelosi, quieren darle una mayor independencia y envergadura a esa investigación, y por eso insistieron, ayer, en exigir la designación de un "fiscal especial" para que vaya al fondo del Rusiagate.
Schumer puso en duda la credibilidad y la real voluntad de los republicanos, que controlan ambos comités, para investigar. Pelosi escaló sus ataques contra Trump al llamarlo el "deflactor en jefe" y acusarlo de recurrir a tácticas "autoritarias", y dijo que las acusaciones contra Obama eran "ridículas".
Marco Rubio, uno de los senadores republicanos que integran el Comité de Inteligencia y que está involucrado en la investigación, intentó frenar la ofensiva demócrata al afirmar que aún es prematuro para sacar la investigación del Congreso.
"Ahora no. No creo que estemos en ese punto en este momento", dijo Rubio. "Le he dicho a todo el mundo que no voy a ser parte de una cacería de brujas, pero tampoco voy a ser parte de un encubrimiento", prometió.
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