Perú y Ecuador perdieron tierras, pero ganaron la paz

LIMA (Reuter). - El acuerdo que termina con más de 50 años de conflicto entre Perú y Ecuador significó sacrificios para ambas partes, pero las dos ganaron más de lo que perdieron: la paz.

Analistas y políticos dijeron ayer que el histórico acuerdo que se firmará mañana en Brasilia es un triunfo de la diplomacia y confirma el deseo de pacificación en América latina, con el importante papel de los países garantes, la Argentina, Brasil, Chile y los Estados Unidos.

"Me complace que se haya llegado a un acuerdo con Ecuador, pero esa satisfacción se explica porque el problema al parecer va a ser resuelto y deseo que esta solución sea durable", dijo desde París el ex secretario general de las Naciones Unidas, el peruano Javier Pérez de Cuéllar.

Después de más de cinco décadas de tensiones y enfrentamientos bélicos, Perú y Ecuador aceptaron una propuesta de por los garantes para demarcar definitivamente la frontera y comenzar una nueva etapa.

Los garantes establecieron que los hitos deben colocarse en las cumbres de la cordillera del Cóndor y que Perú debe ceder a perpetuidad y en calidad de propiedad privada a Quito, un kilómetro cuadrado en el área de Tiwinza, de gran valor emotivo para los ecuatorianos.

Asimismo, se planteó la creación de parques ecológicos binacionales colindantes, con sólo la presencia de dos puestos militares existentes.

"Que se haya logrado este acuerdo es un claro triunfo para Perú y Ecuador, porque de lo que se trata es hacer que la frontera peruano-ecuatoriana sea el punto de encuentro entre dos pueblos hermanos", dijo ayer el presidente Alberto Fujimori.

Satisfacción en Quito

En Ecuador, también el gobierno mostró su satisfacción por la finalización del conflicto y por haber ganado un terreno de valor emocional.

"Es una resolución controvertida, (pero) es indudable que la mayoría de los ecuatorianos queremos la paz. La paz es necesaria para que en el país haya estabilidad, haya la seguridad de que Ecuador tiene un futuro viable", dijo el presidente del Congreso ecuatoriano, Juan José Pons.

A pesar del optimismo evidente también en las capitales de los países garantes, al haberse eliminado el último foco de conflicto bélico en América latina, algunos sectores políticos se quejaron de la propuesta obligatoria de los garantes.

Un mayor sentimiento de derrota se evidenció en Ecuador, que vio cortadas sus aspiraciones amazónicas.

"Me niego a cantar victoria por lo ocurrido porque esto es una derrota para el país. Es cierto que podemos conquistar la paz, pero también es cierto que esta paz tiene como precio la entrega de una nueva franja territorial a Perú", dijo el ex presidente ecuatoriano Rodrigo Borja.

El analista peruano Fernando Rospigliosi dijo a Reuter que, "si se miran las reivindicaciones que ha tenido Ecuador desde hace muchas décadas y no ha conseguido, Ecuador ha perdido y Perú ganado".

"Pero si se mira cómo estaban las cosas hace años y cómo se habían desenvuelto la opinión pública y la clase política ecuatoriana, de que no iban a alcanzar esas reivindicaciones, ellos han ganado en cosas que nunca tuvieron", agregó.

En Perú, la mayor crítica se centró en la cesión del kilómetro cuadrado en Tiwinza, escenario de una corta guerra en 1995. Asimismo, algunos políticos peruanos criticaron las concesiones que le dará Lima a Quito en el tratado de Comercio y Navegación, para darle acceso al río Amazonas.

Más bienestar

Pero en ambos países se reconoció que el fin del conflicto, donde ambas partes debían ceder para llegar a una salida, significará más bienestar y tranquilidad y, sobre todo, permitirá el desarrollo de los dos pueblos.

"Estamos logrando una solución a un problema más grave que el narcotráfico y el terrorismo, que ha significado para Perú y Ecuador gastar diariamente un millón de dólares en armas", dijo el jurista y ex primer ministro, Javier Valle Riestra.

Sectores económicos, diplomáticos y políticos dijeron que la eliminación del último escollo en las relaciones binacionales permitirá una mayor integración y dará al exterior una imagen de estabilidad y pacificación, que atraerá numerosas inversiones.

"Hay un trabajo muy importante para desarrollar el acuerdo ampliado de integración fronteriza y eso hará que con la participación de entidades cooperantes y componentes de inversión privada se logren desarrollar proyectos en esa zona por 3000 millones de dólares", dijo Manuel Sotomayor, presidente de la Confederación de Empresarios de Perú.

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