Perú: quién es Lilia Paredes, la mujer de Pedro Castillo que se opuso a la candidatura y hoy quiere un despacho en el palacio presidencial
La maestra de 48 años tiene tres hijos y 21 años de casada con el futuro presidente peruano; “Confiando en Dios todo va a salir bien”, dijo, sobre la gestión de su marido
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LIMA.- Poco después que su esposo Pedro Castillo pasara a la segunda vuelta electoral, en su afán de convertirse en presidente de la República del Perú, a Lilia Ulcida Paredes Navarro le preguntaba un periodista qué le pasó por la mente su marido este le informó el año pasado de esa ambición política. “Que era una responsabilidad muy grande… Al inicio no estuve de acuerdo. Eso significaba prácticamente apartarse de la familia. La capital está muy lejos…”.
La noche del 19 de julio, sin embargo, luego que el Jurado Nacional de Elecciones proclamara al profesor cajamarquino como mandatario electo para el periodo 2021-2026, la también maestra de primaria, artesana, tejedora y ganadera de 48 años tenía claro que ella y sus hijos Alondra, Arnold y Jennifer debían partir con él. “Lo primero que hemos hecho al enterarnos ha sido dar gracias a Dios. Nos hemos puesto en oración, como cristianos, dando gracias a nuestro Dios. Yo le diría [a Castillo] que no se aparte de sus caminos. Que ponga su mente en su sabiduría”.
Paredes, y todos en la familia, pertenecen a la Iglesia Cristiana del Nazareno. Y, en principio, a partir de las contadas declaraciones que ha dado hasta a la fecha, pareciera ser precisamente la firme profesión de su fe una de las particularidades más destacadas de su personalidad.
“[Castillo] debe seguir con el proceso de vacunación. Lo más importante es la salud y la educación. La agricultura, también. Confiando en Dios todo va a salir bien”.
“Siempre nos hemos encaminado por el camino de Dios. Es el único que nos ha dado fortaleza. A mi esposo le aconsejaría que se dedique a trabajar. Él sabe cuál es la pobreza de nuestra zona, sabe cuál es nuestra realidad. Sé que no va a fallar al pueblo peruano”.
Las citas, recientes ambas, le pertenecen también a la mujer nacida el 23 de abril de 1973 en el distrito de Anguia, provincia de Chota, Cajamarca. Hasta el momento, la familia ha vivido en el campo de Chugur, un centro poblado de unos 1000 habitantes ubicado en Tacabamba, a siete horas de la capital de la región.
Casada hace 21 años con Pedro Castillo, “la jefa de la casa”, como la ha llamado él, es de trato directo, adusto. Siempre, educado. Lo cierto es que ha quedado claro no tener pelos en la lengua al responderle a la prensa cuando no está de acuerdo con algo. “Usted misma está preparando el desayuno, ¿podemos ver qué está haciendo?”, le preguntó, por ejemplo, un periodista de TV metiendo la cámara en el lugar donde preparaban a la leña el tradicional caldo verde de la zona. Era la mañana de la primera vuelta. Era temprano. Paredes, vestida con una camiseta de la selección peruana de fútbol, atajó la intención y con una mirada pétrea le respondió: “Después que esté listo le enseño…”.
En los últimos días, sin ir muy lejos, fue consultada por una periodista de radio en su casa si tenía planeada la ropa que vestiría en la toma de mando. “Señorita, la ropa no hace a la persona. Lo que importa son las buenas acciones que uno pueda tener con la gente más humilde”.
La pareja
Lilia Paredes y Pedro Castillo se conocieron cuando los dos cursaban la primaria en Tacabamba. Estuvieron separados unos años y se reencontraron en el secundario. Después estudiaron juntos en el Instituto Superior Pedagógico Octavio Mata Contreras de Cutervo. “Él me ayudaba mucho a hacer las tareas”. Ella trabajaría con el tiempo en un colegio de Tacabamba.
“A mí me indigna, como su esposa que soy de José (así le dice ella a Pedro Castillo)… Me indigna que la gente lo esté tildando que es terrorista, que es comunista. Siento lástima por esas personas porque no saben cómo es él. Dios sabrá qué es lo que hace con ellas. Yo lo dejo en manos de Dios”, también afirmó hace unas semanas. El consejo para su socio de vida: que no preste atención. No tienen como probar lo que afirman.
Entonces también fue enfática en lo que hará ella como nueva primera dama: “Mi rol implicaría acompañar a mi esposo y trabajar en los programas sociales. Me interesa apoyar a las mujeres, veo el maltrato que sufren. Además, como maestra que soy, me inclino por el bienestar de los niños. Me da mucha pena saber que son violados. Eso a mí me destroza”.
Consultada más tarde por lo mismo agregó: “Me gustaría (tener un despacho en Palacio de Gobierno) porque es importante atender todos los reclamos de las mujeres, y en general, de los problemas que se presenten (...) Velaremos por la salud y alimentación de los niños”.
Añadió que aún no saben si vivirán en palacio. “Todavía no lo he conversado con mi esposo, ya lo haremos seguramente. Ponernos de acuerdo ambos es muy importante”. Este año ella, explica, no fue contratada como docente de un colegio público, por lo que no tendría que pedir licencia.
Todavía queda mucho por conocer sobre la nueva primera dama. Paredes y sus tres hijos llegaron ayer a Lima en los próximos días para la toma de mando y para establecerse definitivamente.
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