Perú, frente a una elección bisagra que llega en el peor momento de la pandemia
El sistema de salud está al borde del colapso, con la tasa de letalidad más alta del mundo; la vacunación en tanto avanza lentamente
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“Necesito cama UCI urgente para mi papá. Por favor, si tienen información o saben dónde hay alguna disponible en Lima, me escriben”, suplica una usuaria en la red social Twitter. Menos de una semana después, la misma cuenta postea: “Muchas gracias a todos por compartir la información. No logramos conseguir la cama UCI y mi papá hoy es un ángel que descansa en paz”.
El coronavirus se cobró la vida de 185.380 personas en Perú, un país que atraviesa una situación crítica por tener su sistema de salud al borde del colapso. Los desesperados pedidos de ayuda por camas en terapia intensiva y recursos médicos abundan en las redes sociales de los peruanos y son cada vez más habituales, a solo dos días de la segunda vuelta electoral que definirá al presidente del país andino por los próximos cinco años.
Perú atraviesa el peor momento desde que comenzó la pandemia. Esta semana, la cifra de muertes registrada por coronavirus se disparó a más de 185.000 decesos tras una revisión del balance oficial, un dato tres veces mayor al último reporte de 69.342 fallecidos.
Con la actualización, que agregó nuevos criterios para evitar la subestimación de fallecidos, la tasa de muertes pasó a ser la más alta del mundo con 5551 fallecimientos por cada millón de habitantes.
A pesar de que el país optó por una estrategia de estrictos confinamientos para contener los contagios, el frágil sistema de salud marcado por la desigualdad generó que muchos pacientes murieran sin recibir atención, lo que impulsó a registrar la quinta cifra más alta de decesos por la enfermedad.
La situación se torna crítica al observar los centros de salud. En el país ya casi no quedan camas vacías para ingresar a los pacientes críticos. La Superintendencia Nacional de Salud (Susalud) contabilizó hasta ayer 2654 camas ocupadas en las terapias intensivas de un total de 2808. Esto implica que solo hay un 5% de disponibilidad en estas áreas para una población que supera los 32 millones de habitantes.
La gran mayoría de los hospitales están cerca de saturarse, desbordados de pacientes gravemente afectados por el coronavirus, ya que registran un 95% o más de ocupación en sus espacios de cuidados críticos.
“Es realmente catastrófico”, aseguró en conversación con LA NACION Hélène Dupré, limeña de origen franco-peruano. “Ha llegado un punto de colapso tan fuerte, que hasta la gente que tenga muchos recursos no se puede ir a tratar porque simplemente falta oxígeno, personal médico y camas UCI”.
Las familias forman largas filas para conseguir tanques de oxígeno destinados a abastecer a sus seres queridos que necesitan de respiración asistida y en muchos casos llegan a necesitar entre 60 y 70 litros de oxígeno por minuto. Las probabilidades de acceder al insumo son bajas, en especial al ver que los centros en donde usualmente se venden o alquilan carecen de suministros. Los datos oficiales demuestran que en muchos de estos puestos ni siquiera existe la posibilidad de recargar los cilindros.
“Las personas buscan más que todo soluciones caseras por decirlo así, porque los hospitales y clínicas están completamente colapsados. Es casi imposible ingresar a una institución médica”, informó a este medio Gerardo Rodríguez, venezolano viviendo en Perú.
“Tengo casos de familiares muy cercanos que prefirieron armar un pequeño hospital en sus casa con enfermeros antes que llevar a estas personas mayores al hospital porque sabían que no había camas”, advirtió Dupré.
Tres de las 26 regiones peruanas se encuentran en la lista de “riesgo extremo” y otras cinco han sido etiquetadas como “riesgo alto”. En una de estas regiones, la capacidad de camas tanto hospitalarias como en unidades intensivas ya ha colapsado, según muestra la información de OpenCovid Perú.
Mientras tanto, la campaña de vacunación es una de las más lentas del mundo, lo que agudiza la incidencia de la segunda ola. Desde que comenzó en febrero hasta el día de hoy, Perú inoculó con las dosis de Pfizer, Sinopharm y AstraZeneca al 5,1% de la población con una dosis y solo al 3.9% con ambas partes.
Además de las capacidades del sistema de salud, “la otra cosa que nos preocupa muchísimo, que es lo más importante para controlar la epidemia, es la vacuna”, dijo a LA NACION Francesco Segoni, coordinador de emergencias de Médicos Sin Fronteras (MSF) en Perú.
“En Europa y en América del Norte ya se están vacunando a niños. Acá inoculan a personas de 60 años en adelante y con comorbilidades, y planean terminar con este grupo para fines de junio o julio”, profundizó Segoni, quien aseguró que “si la población no está protegida, esto se puede volver peor”.
La crisis del coronavirus presente en Perú es reflejo de un panorama que se repite en todo América Latina, en alerta por un constante aumento de casos en varios países como Uruguay y Chile.
En la región, la desigualdad marca el paso de la vacunación, con solo el 3% de los habitantes vacunados, según la Organización Panamericana de la Salud (OPS)
“La brecha de vacunas es responsabilidad de la comunidad internacional”, mencionó Segoni. Perú recibe vacunas del mecanismo Covax, pero para el coordinador de MSF “no está funcionando porque no toman en cuenta los índices epidemiológicos. Perú recibe la misma cantidad de vacunas que países donde ya no hay Covid”, lo que impide que el plan de inmunización progrese en medio de un estallido de casos.
Carissa F. Etienne, directora de la OPS, aseguró el miércoles en el comunicado semanal de la organización que la “pandemia nos ha mostrado una y otra vez que la eficacia de la respuesta de un país depende de su liderazgo”.
Esta frase refleja el futuro de Keiko Fujimori o de Pedro Castillo, los dos candidatos a la presidencia de Perú que se enfrentarán en el ballottage este domingo.
Los asuntos relacionados con el coronavirus son la principal preocupación para la ciudadanía en Perú, estableció el último informe de Directorio Legislativo. De hecho, la crisis actual es uno de los factores que elevó la imagen negativa del actual presidente, Francisco Sagasti, a un 64%, estropeando sus últimos días en el gobierno.
Quien asuma entonces el poder el próximo 28 de julio, no solo tendrá que buscar respuesta a la peor tasa de muertes por coronavirus del mundo, sino también tratar de evitar que se hunda en el abismo una de las economías más afectadas por las consecuencias de la epidemia.
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