Persecución y renuncias: la suerte de Juan Guaidó navega sus horas más oscuras
CARACAS.– Máxima presión contra Juan Guaidó en vísperas de la jura de mañana en la Asamblea Nacional (AN) chavista surgida de las elecciones fraudulentas de diciembre. Negociaciones de última hora entre las fuerzas democráticas, el paso atrás de varios diputados y el hostigamiento de la revolución contra los diputados dibujan la peor encrucijada de la oposición durante los dos años de desafío contra Nicolás Maduro .
Parecida tensión a la padecida por el "hijo de Chávez" durante el primer trimestre de 2019, con la proclamación de Guaidó, se vive hoy dentro de la Unidad y, sobre todo, en la presidencia interina reconocida por 60 democracias del planeta. "La defensa de la democracia no es un capricho, sino un deber ciudadano. Derrotar la dictadura es recuperar la paz y detener la amenaza del régimen al continente. Hemos resistido, pero debemos darle solución urgente al conflicto. Para eso unión y movilización son clave", clamó ayer el líder opositor durante la reunión telemática de la Comisión Delegada (CD) de la AN cuyo quinquenio, sobre el papel, acababa mañana, y que de momento sustituirá al pleno del Parlamento como órgano de gobierno interno.
Y no solo es que la solución urgente implorada por Guaidó no se vislumbra en horizontes cercanos, sino que también su propia situación y la de sus fuerzas es tan inédita como comprometedora. La presidencia encargada ha logrado, de momento, imponer su tesis de la continuidad constitucional a través de la modificación del Estatuto de la Transición, con la abstención del principal partido opositor, Acción Democrática (AD). Pese a este voto salvado, los socialdemócratas liderados por Henry Ramos Allup ocupan seis puestos en las presidencias y vicepresidencias de las distintas comisiones que conforman la CD. Los otros lugares se los reparten Voluntad Popular (VP), partido de Guaidó, con cuatro; la centrista Primero Justicia, con cinco, y la socialcristiana Un Nuevo Tiempo, con seis.
Todos ellos aprobaron ayer el acuerdo sobre la necesidad de participar en el mecanismo Covax de la Organización Mundial de la Salud (OMS) para el acceso global a las vacunas contra el Covid-19 y, sobre todo, el acuerdo para el rescate de la democracia y la atención de la crisis humanitaria.
Pero el respaldo al gobierno interino pende de varios hilos. Los internos son frágiles y se reconstruyen cada día a través de los acuerdos entre los grandes partidos y de la postura final de unos diputados hostigados desde el poder y que ya arrastran cinco años de persecución.
Varios de ellos han decidido abandonar el país, revelaron a LA NACION fuentes opositoras. Otros han dado un paso atrás para evitar la ira anunciada de la revolución, incluso así lo han hecho saber al país cambiando las biografías en sus redes sociales. "Fui diputada por 10 años, ya ese ciclo se cerró. Seguiré luchando por el rescate de la calidad de vida de todos en la trinchera de la participación democrática", aseguró Dennis Fernández, directiva de AD.
Una nueva víctima
La noticia de la última víctima del régimen bolivariano golpeó duramente en las filas democráticas. El líder indígena Salvador Franco murió ayer en la cárcel caraqueña de El Rodeo por "falta de atención médica", según el Foro Penal, quien durante semanas denunció su caso. Desde el 21 de noviembre el prisionero político contaba con una orden judicial para ser trasladado a un centro médico, algo que nunca se llevó a cabo.
Su estado de salud se había deteriorado en los últimos meses por la insalubridad existente en el centro penitenciario, donde en los últimos días también había sufrido síntomas de padecer coronavirus. "Esto es un asesinato de la dictadura. Es un patrón de este régimen la persecución, el secuestro, la tortura y hasta el asesinato político y por eso están señalados como criminales de lesa humanidad e investigados por la justicia internacional", intervino Guaidó.
La misma incertidumbre se vive respecto al respaldo internacional, aunque en el Parlamento dan por hecho que cuentan con el de sus aliados latinoamericanos. Otro cantar es el de la Unión Europea, que se dio un mes de plazo para observar los acontecimientos de las próximas horas.
Con el principal aliado hasta ahora, Estados Unidos, se mantiene la gran incógnita: ¿Cuál será la postura definitiva de la administración de Joe Biden? El equipo de Guaidó no las tiene todas consigo, tras saberse que colaboradores del presidente electo plantearán a Caracas negociar las sanciones por elecciones. Los recientes pronunciamientos de la administración de Donald Trump tienen fecha de caducidad: el 20 de este mes.
Mientras la suerte de Guaidó navega entre tinieblas, la revolución prepara sus mejores galas bolivarianas para juramentar mañana a sus diputados en la Asamblea Nacional (AN) surgida del fraude electoral de diciembre pasado. Diosdado Cabello , número dos del chavismo, dio a conocer ayer las reformas emprendidas en el hemiciclo del Palacio Federal Legislativo para acoger a 277 diputados, 110 más que en 2016.
El reparto de escaños confirma que todo estaba bien atado para la revolución pese a haber perdido ya hace años el respaldo popular: 256 pertenecen al Partido Socialista de Venezuela (PSUV), uno al Partido Comunista de Venezuela y 20 para los grupúsculos de la oposición a la medida creada desde el poder bolivariano.
"La (nueva) AN se convertirá en el epicentro político del reencuentro y la reconciliación", vaticinó Maduro pese a todos los precedentes.
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