Persecución contra la Iglesia en Nicaragua: secuestran al obispo más crítico del régimen, en medio del silencio del Papa
Fuerzas policiales arrestaron esta madrugada a monseñor Rolando Álvarez, junto a otros ocho religiosos en la sede episcopal de Matagalpa; el hijo de la expresidenta Violeta Chamorro y una exmagistrada sandinista expresaron a LA NACION su preocupación por el asedio al catolicismo
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Luego de un sitio de dos semanas a la sede episcopal, la policía de Nicaragua asaltó esta mañana la curia de Matagalpa y secuestró al obispo Rolando José Álvarez y a siete de los ocho colaboradores del líder religioso que permanecían encerrados.
En un mensaje a través de su página de Facebook, a las 3.20 de la madrugada (hora local), la diócesis matagalpina anunció: “¡Urgente!, en estos momentos la Policía Nacional ha ingresado a la Curia Episcopal de nuestra Diócesis de Matagalpa!”.
El sitio confidencial.digital señaló que fuentes religiosas confirmaron que a Álvarez lo llevaron en un vehículo, separado de los otros. El operativo fue liderado por el comisionado general Sergio Gutiérrez, jefe de Matagalpa, bajo el mando del también comisionado general Ramón Avellán, subdirector de la Policía y uno de los funcionarios más fieles de Daniel Ortega, acusado de la comisión de delitos de lesa humanidad en las protestas de 2018, cuando más de 300 personas fueron asesinadas según las denuncias de organismos de derechos humanos nacionales e internacionales.
Con el corazón indignado y dolido condeno el secuestro nocturno de Mons. Álvarez. ¡Quienes lo sepan, digan dónde está mi hermano obispo! ¡Que sus secuestradores respeten su dignidad y lo liberen! De nuevo, la dictadura vuelve a superar su propia maldad y su espíritu diabólico.
— Silvio José Báez (@silviojbaez) August 19, 2022
Desde el exilio en Costa Rica, el director de confidencial.digital, Carlos Fernando Chamorro -hijo de la expresidenta Violeta Chamorro (1990-1997), y con dos hermanos en prisión domicilaria en Managua- transmitió su angustia. “Ya no queda ninguna otra voz opositora como la del obispo Rolando Álvarez. Si lo callan, y más aún si lo hacen con la anuencia o el silencio del Vaticano, será devastador para el pueblo de Nicaragua”, dijo Chamorro.
La persecución contra la Iglesia es el último eslabón de la cadena represiva lanzada por el matrimonio presidencial Daniel Ortega-Rosario Murillo, que desmanteló la oposición política, y el año pasado llevó a prisión, entre otros, a siete candidatos presidenciales, incluyendo a Cristiana Chamorro. “Mi hermana, y mi hermano también, están en prisión domiciliaria pero en aislamiento total, sin teléfono ni internet. Adentro de sus casas tienen permanentemente policías que les toman fotos varias veces al día y las envían a las autoridades”, dijo con preocupación a LA NACION Carlos Fernando Chamorro en una entrevista por Zoom.
El sandinismo y la Iglesia
Al comienzo de la Revolución Sandinista, la buena relación con la Iglesia duró lo que el entusiasmo con la victoria de quienes pusieron fin a la dictadura de la familia Somoza, que rigió con mano de hierro entre 1937 y 1979. En la primera Junta de Gobierno y en el gabinete había reconocidos líderes religiosos e incluso cuatro sacerdotes: el canciller Miguel D’Escoto (1979-1990), el ministro de Bienestar Social, Edgard Parrales (1980-1982) el también poeta Ernesto Cardenal, ministro de Cultura (1979-1987), y su hermano Fernando Cardenal, ministro de Educación (1984-1990). Al igual que el resto de los prelados sandinistas ellos adherían a la Teología de la Liberación que no descarta la activa participación en la vida política como forma de plasmar su “opción preferencial por los pobres”.
Pero ya al año siguiente del triunfo revolucionario, varios líderes laicos y religiosos denunciaron que Ortega se estaba apartando de los postulados iniciales y Violeta Chamorro, entre otros, se alejaron del gobierno. La primera voz opositora que se hizo escuchar con fuerza desde la Iglesia fue la del arzobispo de Managua, Miguel Obando y Bravo (1926-2018), quien ya en aquel momento no dudó en comparar al régimen con una “víbora venenosa y traicionera”.
“El sandinismo fue destruyendo totalmente sus ideales”, afirmó a LA NACION en una entrevista por Zoom desde Managua la doctora Vilma Núñez de Escorcia, que fue la primera vicepresidenta de la Corte Suprema de Justicia hasta 1987.
Esta prestigiosa abogada, quien había sufrido cárcel y tortura en los tiempos de Somoza, conoció de primera mano las atrocidades cometidas por Ortega, cuando la hijastra del presidente, Zoilamérica Ortega Murillo, le pidió que fuera su defensora en la acusación por abusos sexuales cometidos por su padrastro durante la infancia.
Hoy, Núñez de Escorcia dirige el Centro Nicaragüense de Derechos Humanos (Cenidh). Pese a las dificultades y a la persecución es la única organización activista que sigue trabajando en Managua, posiblemente debido al prestigio internacional de la exmagistrada, que años atrás fue propuesta para el Premio Nobel de la Paz.
“No sé qué pueden estar tramando en mi contra”, dijo la exmagistrada.
Su mayor preocupación en este momento, junto a la situación de los más de 190 presos políticos que hay en las cárceles sandinistas, es la persecución de los cristianos.
La última escalada represiva contra la Iglesia católica comenzó en marzo pasado con la expulsión del nuncio apostólico Waldemar Sommertag. Luego, en julio, fueron echadas del país las Misioneras de la Caridad de la Madre Teresa de Calcuta, acusadas de actividades “terroristas”.
Después se cerraron varias radio católicas, hubo profanación de templos con bombas incendiarias, se encarceló a sacerdotes, y ahora, después de dos semanas con la sede episcopal de Matagalpa sitiada, finalmente se concretó el asalto. Además, el domingo pasado se prohibió a la feligresía el ingreso al templo de Ciudad Darío, también en el municipio de Matagalpa, y el sacerdote se vio obligado a repartir la eucaristía a través de las rejas.
“El gobierno cree que luego del silenciamiento de la oposición política, con estas acciones callarán la última voz diferente que se escucha en Nicaragua. Pero van a obtener lo contrario. Mucha gente que no suele acercarse a la Iglesia me cuenta que decidió participar de peregrinaciones o celebraciones, aunque fueran a puertas cerradas, y experimentó mucho alivio de sentir que estaba venciendo el miedo”, señaló Núñez de Escorcia.
🇳🇮 | ATENCIÓN: Régimen de Daniel Ortega impide a los católicos entrar a la iglesia para celebrar una misa en Nicaragua. @Pontifex_es pic.twitter.com/zBADwyTcnz
— Alerta Mundial (@AIertaMundiaI) August 14, 2022
De todas maneras, precisó que la Iglesia no tiene una posición uniforme frente al gobierno.
“Por un lado hay obispos muy coherentes con la predicación del Evangelio, como monseñor Álvarez o Silvio Báez [en 2019 fue trasladado fuera del país, supuestamente para cumplir funciones en el Vaticano, pero en realidad terminó exiliado en Estados Unidos]. En el otro extremo está gente como el obispo de León, monseñor René Sándigo, que días atrás permitió que en una celebración en la catedral se embandere el templo con la insignia del Frente Sandinista. Y en el medio, desgraciadamente, está la mayoría del clero, encabezado por el cardenal Leopoldo Brenes, que en su discurso se muestran ‘neutrales’ o directamente mantienen un silencio condenable”, explicó la directora del Cenidh.
El silencio de Francisco
Carlos Fernando Chamorro tiene dudas sobre en cuál de estos grupos incluir al papa Francisco, quien no ha emitido hasta ahora ningún pronunciamiento sobre la situación, un silencio muy cuestionado.
“Uno ve que el Papa se expresa con mucha espontaneidad sobre otros temas delicados, incluso semanas atrás dijo que tenía una ‘relación humana’ con Raúl Castro. Y, sin embargo, hay cuestiones como la situación en Nicaragua sobre los que directamente no ha hablado nunca”, reflexionó Chamorro.
También recordó que la semana pasada la expresión del observador permanente de la Santa Sede ante la OEA, Juan Antonio Cruz Serrano, fue que ‘las dos partes’ debían buscar el diálogo. “¿Cuáles dos partes?... ¡Si la oposición política está encarcelada! ¡En Nicaragua solo hay una dictadura que tiene al pueblo aplastado! ¡Cómo va a decir que las ‘dos partes’ tienen que acercarse! Yo no podría especular sobre si Francisco tiene un ‘silencio estratégico’. Los hechos son estos. En la reunión de la OEA todos los embajadores denunciaron la persecución y su representante no lo hizo”, concluyó Chamorro
En tanto, por estos días se ha hecho muy popular en las redes sociales una frase que resume la lucha del obispo sitiado en Matagalpa, monseñor Rolando Álvarez: “Podrás llevarte mi cabeza, podrás quemarme las Iglesias, podrás echarme de la tierra que me vio nacer, podrán tus armas convencerte de que has logrado someterme, pero el Espíritu me sopla hacia la libertad. ¡No hay cadenas para la verdad!”
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