Perfumes caros, ropa de marca, viagra y preservativos: los hallazgos en el escondite del mafioso más buscado

ROMA.- Ropa de marca, decenas de zapatos y zapatillas fashion, de Prada y Vuitton, perfumes costosos, lentes de sol Ray ban, así como también preservativos y Viagra. Es lo que la policía halló en el último escondite de Matteo Messina Denaro, el padrino de la Cosa Nostra detenido ayer, después de 30 años en la clandestinidad, en una clínica de Palermo donde había ido a hacer una sesión de quimioterapia.

Los carabineros del comando especial que dieron con él, encontraron la guarida anoche. Se trata de un departamento ubicado en pleno centro de Campobello di Mazara, pueblo que queda tan sólo a 8 kilómetros de Castelvetrano, cuna y feudo del capomafia “invisible” de las últimas tres décadas, en provincia de Trapani. En este mismo lugar vivía su chofer Giovanni Luppino, detenido ayer en el mismo operativo considerado por las autoridades italianas un hito en la lucha contra la criminalidad organizada.

La guarida de quien es considerado el último rey de la Cosa Nostra de la etapa “terrorista”, la más sangrienta, que le declaró la guerra al Estado hace más de 30 años, asesinando en 1992 a los emblemáticos jueces antimafia Giovanni Falcone y Paolo Borsellino y abriendo un período de atentados sangrientos, es un edificio modesto, de dos pisos, con paredes pintadas de amarillo, según pudo verse en noticieros de televisión.

Como todos destacaron, el interior de la vivienda donde se escondió Messina Denaro en los últimos tiempos refleja esas características desde siempre conocidas del hombre hasta ayer más buscado de Italia. Un personaje de 60 años, autor de innumerables delitos y despiadado, que amaba el lujo y las mujeres. El hallazgo de píldoras tipo viagra para poder potenciar las relaciones sexuales y los preservativos demuestran, en efecto, que la pasión del boss por las mujeres no se había apagado, ni siquiera con la enfermedad, ese cáncer de colon que terminó siendo para él una trampa. Los investigadores están analizando si Messina Denaro haya gozado allí de compañía femenina, indicó el Corriere della Sera, que subrayó que el departamento estaba ordenado, limpio y con la heladera llena.

El lugar estaba a nombre de Andrea Bonafede, la identidad falsa con la que se movía Messina Denaro, que fue justamente arrestado con un documento de identidad con ese nombre, poco después de ingresar, ayer por la mañana, a la clínica La Maddalena de Palermo, un centro de excelencia para los tratamientos oncológicos. El padrino, que padece un cáncer de colon, del que se operó en otra parte de Sicilia en 2020, tuvo otra cirujía en esta clínica privada en mayo de 2022. Fue entonces que los investigadores, que habían comenzado a seguir una pista relacionada con su enfermedad, cruzando información a través de la base de datos del servicio sanitario nacional que registra todos los tratamientos oncológicos, se dieron cuenta que el día que había sido operado un tal “Andrea Bonafede” de la misma edad del mafioso, el real, de carne y hueso, no estaba en el quirófano, sino paseando a su perro.

Fue el verdadero Andrea Bonafede quien, presionado por los carabineros, reveló que compró hace unos años el departamento hoy bajo la lupa con dinero que le pasó de Messina Denaro, algo que complicó seriamente su situación procesal. “Pensamos que es una vivienda utilizada con continuidad en el último período, una vivienda que ocupaba en foma estable, en cuyo interior pensamos encontrar elementos significativos”, dijo el general Pasquale Angelosanto, comandante del grupo especial de carabineros que ayer dio el gran golpe.

“Es un departamento normal, bien refaccionado, confortable. Se comprende que las condiciones económicas del prófugo eran discretas, buenas. Vivía allí desde hace al menos seis meses”, apuntó el coronel Marco Bottino, comandante provincial de los carabineros de Trapani, que subrayó la existencia de una decoración refinada, “con objetos de un cierto tenor, no tanto de lujo, pero de bastante valor”.

Al parecer Messina Denaro, que ayer, en el momento de la detención, vestía un gamulán de corderito con gorro haciendo juego –de marca- y llevaba en la muñeca un reloj de 36.000 euros, también tenía un teléfono celular, que está siendo examinado. Según fuentes de prensa, quien es considerado “el último padrino” de los “corleoneses” -la vieja mafia que se remonta a Salvatore Totó Riina y su sucesor, Bernardo Provenzano, los últimos dos “capi di tutti i capi”-, llevaba una vida totalmente normal: salía, iba hacer compras. Pero ninguno de sus vecinos sospechaba que ese hombre de la puerta de al lado fuera el “gran fugitivo” de la historia reciente de la Cosa Nostra.

Se cree que Messina Denaro se encuentra ahora en una cárcel de máxima seguridad de la ciudad de l’Aquila, en el centro de Italia, donde llegó anoche en un avión militar. “Me trataron bien”, le habría dicho a los carabineros.

Durante el allanamiento de su última guarida no fueron hallados documentos. Por lo que se cree que el padrino escondió en otro lado su tesoro, un patrimonio estimado por la prensa italiana en unos 4000 millones de euros, acumulados gracias a los negocios por tráfico de droga, extorsiones, reciclaje, inversiones en energía eólica, en supermercados, turismo y otros sectores.

El pool de policía, jueces e investigadores que se anotó una victoria histórica con el arresto del también llamado “Diabolik”, seguía a todo ritmo con allanamientos para dar con esa red de protección con la que contó Messina Denaro durante tres décadas. Al margen de el verdadero Angelo Bonafede y Giovanni Luppino, su chófer, también terminó bajo la lupa Alfonso Tumbarello, el médico de Campobello di Mazara que estaba tratando al capo mafia. De 70 años, Tumbarello se jubiló el año pasado y entre sus pacientes también tenía al verdadero Angelo Bonafede, cuyo aspecto físico conocía perfectamente y a quien solía prescribirle fármacos.

“No puedo negar gran amargura e incredulidad al saber que en los últimos meses de su clandestinidad el ‘boss’ vivió justamente en Campobello”, comentó el alcalde de este pueblo que de repente saltó a la fama internacional, Giuseppe Castiglione, que reconoció sentirse “mortificado” y “derrotado”, como varias “personas de bien” del lugar. “Pero -destacó- no perdimos: hoy el Estado nos demostró que la mafia puede y debe derrotarse”.

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