Pepe Mujica pronostica un balotaje peleado en Uruguay: “Gane quien gane, va a tener que aprender a negociar”
El expresidente asegura que la segunda vuelta del 24 de noviembre será una elección ajustada; volverá a la campaña por pedido de su partido y dice que a pesar de sus casi 90 años la política le tira
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MONTEVIDEO.- El expresidente José Mujica recibió a El País en su chacra de Rincón del Cerro, en donde atraviesa una lenta recuperación por la intervención que recibió a raíz de un tumor en el esófago, que da por superado. Todavía necesita ayuda para alimentarse, pero eso no le impedirá volver al ruedo político en campaña y llamando por el voto a Yamandú Orsi en algunas recorridas.
En poco más de una hora de charla, dio su visión política, trazó un panorama del actual ciclo electoral y aventuró una definición para el balotaje. Rumbo a los 90 años, Mujica afirma que sigue “peleando” por el desarrollo del país. “De lo contrario, no serviremos ni para que nos exploten”, advirtió.
-¿Cómo está su salud tras la intervención que le hicieron para curarlo del cáncer?
-Me hicieron pelota. Tengo un agujero en el esófago que se está rellenando, porque las células cancerosas no se reproducen, se reproducen las sanas. Y yo ya casi tengo 90 años. La reproducción celular de un viejo no es rápida, es un proceso.
-¿Y cómo se siente?
-Me siento bien. Ando con el tractor y todo, pero no puedo hacer nada, nada extra; no puedo andar muy lejos tampoco. Me dan ese asunto (la comida) de mañana y de tarde. Y yo por el buche tomo un poco de té, leche, a veces un huevo disuelto, pero más nada. Es así. Hasta que no pueda comer bien... Tengo una debilidad encima que es brutal.
-¿Y así y todo va a salir al ruedo de nuevo? Este fin de semana se anuncia su presencia en varios actos…
-Son solo tres lugares, y por acá, por Canelones. Campaña ya no. Eso ahora me queda grande a mí.
-¿Fue una decisión suya salir a hacer campaña ahora?
-Me lo pidieron los compañeros del MPP (Movimiento de Participación Popular).
-¿Lo extrañaba?
-Y sí. Pero lo que más extraño es trabajar en la chacra. Hace más de tres años que no voy a la dirección de la MPP. Con el presidente del Frente Amplio (Fernando Pereira) hace un año que no hablo por teléfono. El otro día vino (Juan) Castillo a saludarme, pero vino más bien en una visita protocolar, no política. Estoy totalmente apartado de todo, pero la política me tira. Soy un animal político. No puedo zafar cien por ciento.
-El otro día fue al homenaje del exvicepresidente y exministro Danilo Astori, y elogió el papel que tuvo en su gobierno. Siempre se ha dicho que en esa época había dos equipos económicos. ¿Eso era así?
-Eso es una leyenda. Había uno solo. Lo que pasaba es que yo quería priorizar las inversiones en UTE y Antel. Y Astori tenía que repartir los recursos. La angustia de los ministros de Economía es que nunca alcanza. Él tenía sus razones, y yo las mías. Pero Astori fue fundamental. No solo para nosotros, para el país. Alguien tiene que decir que no.
-¿Está de acuerdo entonces con lo que dijo (Gabriel) Oddone (el eventual ministro de Economía de Yamandú Orsi) hace pocos días, que no hay plata para todo?
-Es así, hay límites para la economía. Gane quien gane, el primer desafío del próximo gobierno es hacer crecer la economía. Si la economía no crece, no hay para repartir. Entonces, hay que respetar esos límites. Y los pedidos siempre superan la posibilidad de lo que se tiene.
-¿Qué cree que va a pasar el 24 de noviembre?
-Creo que va a ganar Yamandú, pero por poco margen. Pero si le toca ganar al otro (por Álvaro Delgado), también será por poco. Vamos a asistir a un gobierno que va a tener que negociar. Gane quien gane, va a tener que aprender a negociar.
-¿Quién está en mejor posición para negociar?
-Yamandú estuvo de intendente y consiguió apoyos, a veces hasta contra la dirección del presidente (Luis Lacalle Pou). Es un buen negociador. Veinte años en Canelones no es cocoa. Es un laboratorio, porque tiene todos los problemas que tiene Uruguay en chiquito. Tampoco (Orsi) es Dios. Es un ser humano y hará lo que pueda.
-¿Esperaba que el Frente Amplio llegara con una ventaja mayor a esta definición?
-Tenía condiciones para tener más, pero el plebiscito [de reforma previsional], que impulsaron el Partido Comunista y el Partido Socialista, le quitó parte de la pimienta. Le quitó al Frente un caudal militante para salir a buscar el voto. En lugar de pelear por el voto, estaban peleando por las firmas. El MPP hizo actividades en todo el país y siempre estábamos solos. Estaban absorbidos por el plebiscito. Ahí perdimos votos que hubieran sido decisivos.
-¿Quedaron heridas a la interna del Frente Amplio?
-De nuestra parte no. Nosotros creemos que hay que modificar la ley, pero con paciencia. Con seis o siete pequeñas leyes, y con poca bulla. Los cambios del mundo se ven reflejados en la seguridad social. ¿Las máquinas que piensan no deberían aportar? ¿Una máquina que sustituyó a un cajero de supermercado, no debería pagar? La ley actual no dice ni una palabra de esto. Tampoco lo dice la reforma que quisieron hacer los compañeros.
-¿Se imagina teniendo incidencia en un gobierno de Orsi?
-Yo tendré incidencia en la cuadra esta en la que vivo, que hay pocos vecinos. Si es presidente, tendrá que decidir él. Le insistí, a él y a Oddone, que el Ministerio de Economía debe tener buena sintonía con el Ministerio de Ganadería y Agricultura. ¿Por qué? Porque este país por ahora es agroexportador. Y, dicho sea de paso, me revienta la poca perspectiva que le dieron al trabajo rural en la campaña. Nos ganó la urbanización. Hay que mirar al interior.
-¿Pero usted no ha tenido incidencia en lo que el Frente propuso en el programa?
-Tenía. Hice lo que pude.
-Delgado hizo campaña mostrándose como dialoguista, ¿está de acuerdo en que lo es?
-Estuvo cuatro años, no negoció y no llamó a nadie. En el Parlamento era un tipo con el que se podía charlar, eso es cierto, pero cuando lo apretó el jefe... No sé lo que va a pasar. Si el presidente actual sigue siendo el jefe del partido, o si Delgado, llamado a ser gobernante, será independiente. Tengo mis dudas. Lo llamé un día porque quería plantearle que debía haber una política sobre cambio climático. Pero el hombre estaba en la Secretaría (de Presidencia) y no me dio pelota.
-¿Dónde se ubica hoy usted ideológicamente?
-Peleo por el desarrollo del país, por los niños. Estamos en un cambio de época, y se nos viene encima el tiempo del conocimiento. El país va progresar de acuerdo a la calidad que tenga su población. Si no, seremos irrelevantes. No serviremos ni para que nos exploten. La capacidad de la gente es decisiva. Eso es ideológico, porque la enseñanza técnica y científica es cara. No lo arreglás con un pizarrón. Yo peleo por el desarrollo en una sociedad de mercado que, por ahora, es lo único que hay. Sueño que la humanidad pueda construir un mundo mejor, pero no será en mi tiempo.
-¿Aquello de “por la liberación nacional y el socialismo” sigue vigente?
-La liberación es llegar al desarrollo y depender de nosotros. El socialismo está más allá. Lo que tengo claro es que la dictadura del proletariado no sirve como modelo. Crea burocracia que es parásita. Hace 40 años, yo no pensaba así.
-¿Por qué le gustaría que se recuerde a su gobierno?
-Siempre se quiere hacer mucho más, y hay cantidad de cosas que quedan en el tintero. Hicimos un acuerdo energético y al final se rompió. Hace treinta años que luchamos por el gas y no tenemos gas...
-¿Se arrepiente de todo lo que pasó con Gas Sayago?
-Claro, sí tendríamos que tener la regasificadora funcionando. Yo les garantizo que en el directorio de Ancap se discutió y se estuvo de acuerdo en que el país precisaba una regasificadora. Pero, ¿quién abre la boca después del escándalo?
-¿Piensa que alguna vez se podrá cerrar el capítulo vinculado al pasado reciente? Usted dijo alguna vez que eso se lograría cuando todos los involucrados estuvieran muertos...
-Eso que dije, hoy no lo diría. Hay gente muy golpeada, y los tengo que comprender. Por mi manera de ser, no miro atrás, miro para adelante. Hay cosas que no te las va a devolver a nadie. Eso no quiere decir que lo justifiques, ni que perdones. He tratado de pelear toda mi vida. Me gasté 35 años en el MPP y ahí está. Ahora no sé cómo van a seguir, pero eso es otra cosa.
-¿Le preocupa cómo lo van a recordar?
-Algunos bien y otros mal. Algunos me van a putear. No estoy para cobrar cuentas. Lo que quiero es, en lo que me queda, contribuir para que el Uruguay se pueda desarrollar. O nos subimos al pescante o quedamos archivados.
Por Fabián Cambiaso y Carlos Tapia
El País (Uruguay)Temas
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